/ miércoles 20 de octubre de 2021

¿A qué le apuestas? 

Por: Sebastián Sáenz Nieto

Gracias a la llegada de las vacunas, los lanzamientos de antivirales, semáforos verdes y clases híbridas, la esperanza a que llegue el día en el que lancemos los cubrebocas al aire como si fuesen birretes de graduación, ha aumentado considerablemente en mí; no obstante, sé que la realidad como la comprendía no será la misma. En los últimos años me he permitido observar cómo es que los gobiernos, los partidos políticos e inclusive las empresas han tomado más en cuenta a la juventud. Quieren saber en qué pensamos, que es lo que queremos y a que o a quienes les otorgaremos nuestro voto de confianza.

Con las redes sociales conseguí ver desde publicaciones por parte de los jóvenes cuya alusión es a la misantropía o a la manera en que discutimos y nos bufoneamos entre nosotros; sin embargo, también se muestra la forma en que nos secundamos y nos tendemos la mano. Esto puede apreciarse en las veces que viralizamos a las personas que necesitan sangre, a los perritos que partieron de casa. Asimismo, viralizamos a las personas desaparecidas, a los agresores y a aquellos que intentan burlarse de nosotros.

No compartimos ideologías, pero si el anhelo de ser escuchados, respetados, el querer tener ese sentimiento de pertenencia y la ambición de salir adelante por nuestra cuenta.

Hoy como joven apuesto por la salud mental. No es un secreto que los casos de jóvenes con depresión y ansiedad, se acrecentaron notoriamente durante esta pandemia ¡NOS ESTAMOS MATANDO! Los gobiernos lo saben por medio de sus instituciones. Igualmente saben que cada vez la juventud se da a percibir más a través de su voz. Apuesten por nosotros con políticas públicas que realmente nos favorezcan, con más inclusión, apuesten por la salud mental y la juventud apostará por ustedes.

Les pregunté a mis amigos en Instagram: Cuando la pandemia termine ¿A qué o a quienes le apostarás para volver a tener la vida que tenías antes o una mucho mejor?

Unos respondieron a la escuela. Y es que en su mayoría tuvimos que optar por volvernos autodidactas. Quiero creer que el estar de nuevo en el salón de clase, viendo a mis compañeros y escuchando las explicaciones de los maestros, me harán sentir mejor. Otros le apostarán a Dios, a los amigos, a su familia, a la salud o a su trabajo.

Una de ellas respondió que no es algo que debamos hacer hasta el final, puesto a que somos seres cambiantes indistintamente de la existencia de una pandemia y que a lo que debemos apostar desde un inicio es a nosotros mismos. De ahí en delante todas las respuestas fueron ¨A mí misma¨ o ¨A mí mismo¨.

La cúspide de la pirámide de Maslow muestra a la autorrealización. Los jóvenes principalmente apostamos por nosotros mismos porque somos nosotros los que pensamos, los que decidimos, los que nos expresamos los que trabajamos y tocamos puertas una y otra vez a pesar del rechazo. Todo para poder lograr nuestras metas y llegar al sentimiento de bienestar que provoca la autorrealización.

Yo apuesto por mí mismo y tú, ¿A qué le apuestas?


Por: Sebastián Sáenz Nieto

Gracias a la llegada de las vacunas, los lanzamientos de antivirales, semáforos verdes y clases híbridas, la esperanza a que llegue el día en el que lancemos los cubrebocas al aire como si fuesen birretes de graduación, ha aumentado considerablemente en mí; no obstante, sé que la realidad como la comprendía no será la misma. En los últimos años me he permitido observar cómo es que los gobiernos, los partidos políticos e inclusive las empresas han tomado más en cuenta a la juventud. Quieren saber en qué pensamos, que es lo que queremos y a que o a quienes les otorgaremos nuestro voto de confianza.

Con las redes sociales conseguí ver desde publicaciones por parte de los jóvenes cuya alusión es a la misantropía o a la manera en que discutimos y nos bufoneamos entre nosotros; sin embargo, también se muestra la forma en que nos secundamos y nos tendemos la mano. Esto puede apreciarse en las veces que viralizamos a las personas que necesitan sangre, a los perritos que partieron de casa. Asimismo, viralizamos a las personas desaparecidas, a los agresores y a aquellos que intentan burlarse de nosotros.

No compartimos ideologías, pero si el anhelo de ser escuchados, respetados, el querer tener ese sentimiento de pertenencia y la ambición de salir adelante por nuestra cuenta.

Hoy como joven apuesto por la salud mental. No es un secreto que los casos de jóvenes con depresión y ansiedad, se acrecentaron notoriamente durante esta pandemia ¡NOS ESTAMOS MATANDO! Los gobiernos lo saben por medio de sus instituciones. Igualmente saben que cada vez la juventud se da a percibir más a través de su voz. Apuesten por nosotros con políticas públicas que realmente nos favorezcan, con más inclusión, apuesten por la salud mental y la juventud apostará por ustedes.

Les pregunté a mis amigos en Instagram: Cuando la pandemia termine ¿A qué o a quienes le apostarás para volver a tener la vida que tenías antes o una mucho mejor?

Unos respondieron a la escuela. Y es que en su mayoría tuvimos que optar por volvernos autodidactas. Quiero creer que el estar de nuevo en el salón de clase, viendo a mis compañeros y escuchando las explicaciones de los maestros, me harán sentir mejor. Otros le apostarán a Dios, a los amigos, a su familia, a la salud o a su trabajo.

Una de ellas respondió que no es algo que debamos hacer hasta el final, puesto a que somos seres cambiantes indistintamente de la existencia de una pandemia y que a lo que debemos apostar desde un inicio es a nosotros mismos. De ahí en delante todas las respuestas fueron ¨A mí misma¨ o ¨A mí mismo¨.

La cúspide de la pirámide de Maslow muestra a la autorrealización. Los jóvenes principalmente apostamos por nosotros mismos porque somos nosotros los que pensamos, los que decidimos, los que nos expresamos los que trabajamos y tocamos puertas una y otra vez a pesar del rechazo. Todo para poder lograr nuestras metas y llegar al sentimiento de bienestar que provoca la autorrealización.

Yo apuesto por mí mismo y tú, ¿A qué le apuestas?