/ martes 19 de octubre de 2021

A reflexionar | La verdad dignifica al hombre

“Ningún error puede ser útil, así como ninguna verdad puede dañar”. De Maistre Sergio Armendáriz Royval

Goethe expresó: “Se nos concedió la palabra para que pudiéramos ocultar mejor nuestros pensamientos”. Por lo menos, el efecto ha sido ése: la palabra se utiliza para enmascarar, en parte o todo, lo que no se quiere decir. Esto ocurre en todos los ámbitos y muchas veces lo hemos visto entre los representantes (políticos). Históricamente hemos tenido que escuchar a lenguaraces sobre la tierra. Nos referimos a algunos que, según ellos, tienen una gran relación con nosotros y no son ejemplo de probidad ni veracidad. El valor verdad, no sólo es el padre de la ciencia, sino la madre de la dignidad, en ambos casos, en la relación de los hombres dentro de los núcleos sociales, se forjan la armonía y la felicidad.

Pensadores de todas las épocas han intentado convertir la verdad en un proceso inmutable, para justificar actos aberrantes y quedar bien con los amos del poder en turno. Mucho daño han ocasionado al desarrollo social quienes utilizan la palabra como instrumento para decir “a modo” sus verdades, sin que éstas correspondan a la realidad. Reciente gobernador capturó palabras para marbetar a sus enemigos, que no adversarios, para atacar con rencor y espíritu revanchista, y de esa manera justificar su pésima administración.

Muy pronto exhiben los amantes de la retórica retorcida su lado negro, cobarde y falso, sin embargo con frases melifluas, en determinadas situaciones manipulan a sectores de la sociedad que los convierten en sus representantes en la administración pública. En realidad prostituyen el concepto “verdad” y el importante vocablo “democracia”, presumen de ser honestos y son mentirosos, alardean de amar al pueblo, y lo abofetean con actitudes dictatoriales. También ofenden a sus críticos y los tratan con epítetos groseros.

La mayor generosidad de un ser humano es ser veraz consigo mismo y poder resplandecer con decencia y dignidad. Los ciudadanos, con sabiduría atisban el ambiente político y descubren la egolatría del dictador. La revocación del mandato presidencial no será otra cosa que un acto de teatralidad barata, para elevar hasta la ignominia al jefe del Ejecutivo. Además, pretende abonar el terreno para prolongar su presencia en los caprichos que se le ocurren cada día.

Aspiramos los mexicanos a una vida digna, con educación para todos, eliminar la violencia que lacera a millones de seres humanos, tener un desarrollo económico real, no controlado por la dictadura, empleos con percepciones justas y con las prestaciones que marca el Artículo 123, sin escatimar, ni corromper los sindicatos, siempre dependientes de líderes corruptos enchufados al gobierno. Seamos amantes de la verdad, seamos dignos.




“Ningún error puede ser útil, así como ninguna verdad puede dañar”. De Maistre Sergio Armendáriz Royval

Goethe expresó: “Se nos concedió la palabra para que pudiéramos ocultar mejor nuestros pensamientos”. Por lo menos, el efecto ha sido ése: la palabra se utiliza para enmascarar, en parte o todo, lo que no se quiere decir. Esto ocurre en todos los ámbitos y muchas veces lo hemos visto entre los representantes (políticos). Históricamente hemos tenido que escuchar a lenguaraces sobre la tierra. Nos referimos a algunos que, según ellos, tienen una gran relación con nosotros y no son ejemplo de probidad ni veracidad. El valor verdad, no sólo es el padre de la ciencia, sino la madre de la dignidad, en ambos casos, en la relación de los hombres dentro de los núcleos sociales, se forjan la armonía y la felicidad.

Pensadores de todas las épocas han intentado convertir la verdad en un proceso inmutable, para justificar actos aberrantes y quedar bien con los amos del poder en turno. Mucho daño han ocasionado al desarrollo social quienes utilizan la palabra como instrumento para decir “a modo” sus verdades, sin que éstas correspondan a la realidad. Reciente gobernador capturó palabras para marbetar a sus enemigos, que no adversarios, para atacar con rencor y espíritu revanchista, y de esa manera justificar su pésima administración.

Muy pronto exhiben los amantes de la retórica retorcida su lado negro, cobarde y falso, sin embargo con frases melifluas, en determinadas situaciones manipulan a sectores de la sociedad que los convierten en sus representantes en la administración pública. En realidad prostituyen el concepto “verdad” y el importante vocablo “democracia”, presumen de ser honestos y son mentirosos, alardean de amar al pueblo, y lo abofetean con actitudes dictatoriales. También ofenden a sus críticos y los tratan con epítetos groseros.

La mayor generosidad de un ser humano es ser veraz consigo mismo y poder resplandecer con decencia y dignidad. Los ciudadanos, con sabiduría atisban el ambiente político y descubren la egolatría del dictador. La revocación del mandato presidencial no será otra cosa que un acto de teatralidad barata, para elevar hasta la ignominia al jefe del Ejecutivo. Además, pretende abonar el terreno para prolongar su presencia en los caprichos que se le ocurren cada día.

Aspiramos los mexicanos a una vida digna, con educación para todos, eliminar la violencia que lacera a millones de seres humanos, tener un desarrollo económico real, no controlado por la dictadura, empleos con percepciones justas y con las prestaciones que marca el Artículo 123, sin escatimar, ni corromper los sindicatos, siempre dependientes de líderes corruptos enchufados al gobierno. Seamos amantes de la verdad, seamos dignos.