Por: Javier Leyva R.
Siendo el 2020, en una reunión entre amigos, Marco Bonilla me platicaba sobre su mayor sueño: ser alcalde de nuestra ciudad.
Hoy estamos a un año de haber ganado las elecciones y puedo decir con mucho orgullo que ese sueño del que me platicaba, no solo se realizó, sino que se cumplió contundentemente, convirtiendo a Marco en el alcalde más votado en la historia de Chihuahua.
Personalmente, quiero compartirles que en ese momento y ante muchas dudas y circunstancias cambiantes, yo veía en Marco, a la mejor persona para gobernar nuestra ciudad: un hombre íntegro, de familia y honesto en toda la extensión de la palabra.
Luego vino la etapa de la campaña, donde fui testigo de cómo lo que yo admiraba de Marco, lo empezaba a admirar también la madre de familia, el trabajador, el estudiante, donde cada hogar que visitábamos en campaña notaba esas cualidades y le otorgaban su confianza y admiración. La gente esperaba a Marco afuera de sus casas para contarle sus problemas y necesidades, para saludar y conocer al candidato, pero sobre todo a ese hombre del que yo les estoy platicando.
Chihuahua, ¡felicidades! no te equivocaste, tomaste la mejor decisión, estás en las mejores manos y hoy estamos viendo los resultados de esa elección: nuestro municipio se posiciona como uno de los mejores a nivel nacional; con trabajo y resultados, Chihuahua capital es una ciudad cada vez más competitiva y un mejor lugar para vivir.
Hoy, a un año de esa victoria, puedo decir que no hay nada que me dé más gusto y tranquilidad que saber que nuestra ciudad está en manos de Marco; de ese hombre que con sencillez, me compartía su sueño y me hacía parte de él, y que hasta el día de hoy me sigue haciendo parte de sus grandes logros al frente de la administración municipal.