/ viernes 1 de marzo de 2019

Abundan los mezclilludos

Me parece que hoy abundan los que visten pantalones de mezclilla. Los ves en todas partes. Cansa ver que tantas personas se dejen vencer por una moda. Los modistas internacionales decidieron que todos los habitantes de todo el mundo vistieran de mezclilla, y la gente atendió sus sugerencias. Por eso todo el mundo viste de mezclilla.

Cuando yo era niño, yo era niño pobre, los pantalones de mezclilla eran una prenda de vestir de los pobres. Era la ropa más durable. Aguantaba muchas lavadas. Se le podía agregar muchos parches. Los usábamos a pesar de que estuvieran deshilachados, con “rompidas” (rompidas, es el participio regular del verbo romper). Hoy rompidas suena a un arcaísmo, parece que uno se está equivocando de palabra. No, yo estoy escribiendo en español, y esa es la palabra regular. Hoy hasta los millonarios visten pantalones deshilachados y rajados de las rodillas. Y esto, sólo porque es la moda. La moda esclaviza.

Visten de mezclilla porque es la moda. Los y las que visten de mezclilla han perdido su entereza. No tienen fuerza de voluntad. Son unos títeres que se dejan manejar. No son capaces de tomar una decisión personal distinta. Pobre mundo con tanta persona abúlica. Abúlico significa que ha perdido la voluntad, que ha disminuido su energía para tomar sus decisiones personales, que es una persona inestable.

Los católicos deben vestir decentemente para ir al templo. También en al templo abunda la mezclilla. Los niños van de mezclilla a la doctrina. También la catequista, o el catequista visten de mezclilla. No es una vestidura indecente, no es pecaminosa. Es decente. Llena los requisitos de pudor. Pero es una vestidura impropia. Los católicos van a misa los domingos vestidos de mezclilla. Se acercan a comulgar vestidos de mezclilla. Los que hacen las lecturas en las misas visten de mezclilla. También visten de mezclilla los distribuidores de la comunión. Lo peor, ha visto sacerdotes, ciertamente que jóvenes, que visten de mezclilla. No me parece tolerable que haya tanta gente abúlica. Ya es tiempo de vestirnos con voluntad, y decidirnos a decir no a la moda esclavizante.

Los locutores y las locutoras de los medios de comunicación han adquirido la costumbre de vestir pantalones deshilachados y rompidos. Ya es tiempo de que seamos nosotros los que decidamos por nuestra voluntad qué vestimos y dónde.


Me parece que hoy abundan los que visten pantalones de mezclilla. Los ves en todas partes. Cansa ver que tantas personas se dejen vencer por una moda. Los modistas internacionales decidieron que todos los habitantes de todo el mundo vistieran de mezclilla, y la gente atendió sus sugerencias. Por eso todo el mundo viste de mezclilla.

Cuando yo era niño, yo era niño pobre, los pantalones de mezclilla eran una prenda de vestir de los pobres. Era la ropa más durable. Aguantaba muchas lavadas. Se le podía agregar muchos parches. Los usábamos a pesar de que estuvieran deshilachados, con “rompidas” (rompidas, es el participio regular del verbo romper). Hoy rompidas suena a un arcaísmo, parece que uno se está equivocando de palabra. No, yo estoy escribiendo en español, y esa es la palabra regular. Hoy hasta los millonarios visten pantalones deshilachados y rajados de las rodillas. Y esto, sólo porque es la moda. La moda esclaviza.

Visten de mezclilla porque es la moda. Los y las que visten de mezclilla han perdido su entereza. No tienen fuerza de voluntad. Son unos títeres que se dejan manejar. No son capaces de tomar una decisión personal distinta. Pobre mundo con tanta persona abúlica. Abúlico significa que ha perdido la voluntad, que ha disminuido su energía para tomar sus decisiones personales, que es una persona inestable.

Los católicos deben vestir decentemente para ir al templo. También en al templo abunda la mezclilla. Los niños van de mezclilla a la doctrina. También la catequista, o el catequista visten de mezclilla. No es una vestidura indecente, no es pecaminosa. Es decente. Llena los requisitos de pudor. Pero es una vestidura impropia. Los católicos van a misa los domingos vestidos de mezclilla. Se acercan a comulgar vestidos de mezclilla. Los que hacen las lecturas en las misas visten de mezclilla. También visten de mezclilla los distribuidores de la comunión. Lo peor, ha visto sacerdotes, ciertamente que jóvenes, que visten de mezclilla. No me parece tolerable que haya tanta gente abúlica. Ya es tiempo de vestirnos con voluntad, y decidirnos a decir no a la moda esclavizante.

Los locutores y las locutoras de los medios de comunicación han adquirido la costumbre de vestir pantalones deshilachados y rompidos. Ya es tiempo de que seamos nosotros los que decidamos por nuestra voluntad qué vestimos y dónde.