/ miércoles 25 de noviembre de 2020

Acertar en la definición de lo que será mejor para México

Los panistas estaremos a prueba en esta elección. Como pocos momentos en la vida, el de hoy nos ofrece la oportunidad de ser factor decisivo de la historia de México: Hacer del PAN un instrumento de los ciudadanos para construir un mejor futuro o priorizar los intereses personales o de grupo y ponerlos por encima del interés general, del anhelado “bien común”.

En la pasada sesión del Consejo Estatal del PAN en Chihuahua ganaron los consejeros que prefirieron votar en contra de las alianzas con otros partidos políticos, pese a la contundente insistencia de los ciudadanos para que los partidos de oposición a Morena nos sumemos para hacer un contrapeso, una mayoría opositora en la Cámara de Diputados y obtener los mayores triunfos posibles en las gubernaturas, alcaldías y congresos locales para restablecer los contrapesos democráticos perdidos.

Los mexicanos nos dividimos en dos grandes posiciones: los que están contentos con el gobierno de Morena y creen que las cosas van bien o al menos que vamos por el camino correcto y que pronto van a mejorar; y quienes estamos muy preocupados por la forma de gobernar de López Obrador y pensamos que las cosas van mal y que van a estar peor. Los del segundo grupo somos más, pero estamos dispersos en diversas fuerzas políticas de oposición y por eso los ciudadanos preocupados nos piden que hagamos todo lo posible por construir un frente opositor.

En el pasado Consejo Estatal, el exgobernador Francisco Barrio inició citando a nuestro fundador Manuel Gómez Morín en la asamblea constitutiva de Acción Nacional hace 81 años y que hoy tiene la mayor vigencia: “Hagamos pues, en nuestro corazón, una decisión inicial: la de no apartarnos en un solo punto del alto espíritu de trabajo común que a esta Asamblea nos ha traído; de entregar lealmente nuestras propias opiniones y recibir con generosa ponderación las que nos sean dadas; de recordar constantemente que aquí nadie viene a triunfar ni a obtener; que sólo un objetivo ha de guiarnos: el de acertar en la definición de lo que será mejor para México”.

En Chihuahua hay un panismo que se opuso a la vanguardista iniciativa “PASO” Primarias, Abiertas, Simultáneas y Abiertas que presentó el gobernador Javier Corral para liberar del yugo a los partidos que lleguen a estar cooptados por grupos de interés que los aíslan de la ciudadanía. Un primer grave error de oportunidad para que Acción Nacional liderara la apertura y democratización de los partidos políticos para recuperar el vínculo con la ciudadanía. Hoy los ciudadanos no se sienten representados por los partidos ni por los políticos y este déficit ha llevado a los ciudadanos a la apatía, la irritación y a la elección de líderes populistas de derecha o de izquierda por su hartazgo y molestia frente a los partidos históricos y tradicionales. Ese mensaje no ha sido aún cabalmente comprendido por la mayoría de los panistas y siguen jugando el juego endogámico tradicional de enfocarse en sus proyectos particulares y de grupo y alejarse de la intención de representar y encarnar los intereses y las agendas de la ciudadanía.

Hoy, no impulsar proyectos plurales y amplios, que tengan potencia y articulación para presentar una alternativa a Morena, es un desatino y un error histórico.

El dilema no debe ser si hacer alianzas y proyectos comunes con otras fuerzas políticas; sino el definir el cómo, el con quién y el para qué.



Los panistas estaremos a prueba en esta elección. Como pocos momentos en la vida, el de hoy nos ofrece la oportunidad de ser factor decisivo de la historia de México: Hacer del PAN un instrumento de los ciudadanos para construir un mejor futuro o priorizar los intereses personales o de grupo y ponerlos por encima del interés general, del anhelado “bien común”.

En la pasada sesión del Consejo Estatal del PAN en Chihuahua ganaron los consejeros que prefirieron votar en contra de las alianzas con otros partidos políticos, pese a la contundente insistencia de los ciudadanos para que los partidos de oposición a Morena nos sumemos para hacer un contrapeso, una mayoría opositora en la Cámara de Diputados y obtener los mayores triunfos posibles en las gubernaturas, alcaldías y congresos locales para restablecer los contrapesos democráticos perdidos.

Los mexicanos nos dividimos en dos grandes posiciones: los que están contentos con el gobierno de Morena y creen que las cosas van bien o al menos que vamos por el camino correcto y que pronto van a mejorar; y quienes estamos muy preocupados por la forma de gobernar de López Obrador y pensamos que las cosas van mal y que van a estar peor. Los del segundo grupo somos más, pero estamos dispersos en diversas fuerzas políticas de oposición y por eso los ciudadanos preocupados nos piden que hagamos todo lo posible por construir un frente opositor.

En el pasado Consejo Estatal, el exgobernador Francisco Barrio inició citando a nuestro fundador Manuel Gómez Morín en la asamblea constitutiva de Acción Nacional hace 81 años y que hoy tiene la mayor vigencia: “Hagamos pues, en nuestro corazón, una decisión inicial: la de no apartarnos en un solo punto del alto espíritu de trabajo común que a esta Asamblea nos ha traído; de entregar lealmente nuestras propias opiniones y recibir con generosa ponderación las que nos sean dadas; de recordar constantemente que aquí nadie viene a triunfar ni a obtener; que sólo un objetivo ha de guiarnos: el de acertar en la definición de lo que será mejor para México”.

En Chihuahua hay un panismo que se opuso a la vanguardista iniciativa “PASO” Primarias, Abiertas, Simultáneas y Abiertas que presentó el gobernador Javier Corral para liberar del yugo a los partidos que lleguen a estar cooptados por grupos de interés que los aíslan de la ciudadanía. Un primer grave error de oportunidad para que Acción Nacional liderara la apertura y democratización de los partidos políticos para recuperar el vínculo con la ciudadanía. Hoy los ciudadanos no se sienten representados por los partidos ni por los políticos y este déficit ha llevado a los ciudadanos a la apatía, la irritación y a la elección de líderes populistas de derecha o de izquierda por su hartazgo y molestia frente a los partidos históricos y tradicionales. Ese mensaje no ha sido aún cabalmente comprendido por la mayoría de los panistas y siguen jugando el juego endogámico tradicional de enfocarse en sus proyectos particulares y de grupo y alejarse de la intención de representar y encarnar los intereses y las agendas de la ciudadanía.

Hoy, no impulsar proyectos plurales y amplios, que tengan potencia y articulación para presentar una alternativa a Morena, es un desatino y un error histórico.

El dilema no debe ser si hacer alianzas y proyectos comunes con otras fuerzas políticas; sino el definir el cómo, el con quién y el para qué.