/ domingo 18 de julio de 2021

Agua para todo(s)

Por: Brenda Ríos

¡Benditas lluvias, si sólo fueran seguras cada año! Ahora que llegan las lluvias, se va Corral “Que el cielo bendiga a Chihuahua”. Porque si algo caracterizó a la actual administración estatal fue su incapacidad o falta de voluntad de encaminar los grandes retos de Chihuahua hacia posibles soluciones, particularmente en el tema del agua.

Imaginemos que pasaron cinco años de gobierno y no avanzamos, más bien hay gran consenso en que retrocedimos. No sólo en materia de “administración” del agua, sino en prácticamente el tema que les guste analizar. Por lo tanto, el gran reto de la próxima administración estatal es garantizar que Chihuahua tenga agua para todo y para tod@s. Más allá de lo que la Ley Nacional de Aguas suscriba, el Gobierno del Estado debe enfrentar el tema de manera frontal y de forma integral; en pocas palabras, como si fuera nuestro problema y no de un lejano y confundido presidente que ve el agua con desdén.

Maru Campos, nuestra gobernadora electa, tiene un enorme reto, pero igualmente la oportunidad histórica de encabezar el futuro económico de Chihuahua a través de la “defensa del agua”. Existen condiciones climatológicas que manifiestan claros retos en cuanto a la planeación de desarrollo económico en todos los sectores; desde el más pequeño productor agrícola hasta la más grande empresa extranjera que invierta en el estado. Hay incertidumbre como nunca antes, desde cuando empieza o termina la temporada de lluvias hasta la capacidad de la infraestructura (ya no se diga la fuente) hidráulica para crecer. Sumémosle una fracasada política pública federal que no tiene ni pies ni cabeza, mucho menos una planeación adecuada de cómo garantizar la preservación de las cuencas, el equilibrio de los acuíferos, o la estabilidad social a través del ordenamiento legal del agua que tanto urge en Chihuahua… gobierno que asemeja una gallina corriendo por el patio sin cabeza luego de que el abuelo le enroscara rápidamente el cuello para hacer el caldo.

En fin, retomo el reto y oportunidad de la gobernadora electa. Fácilmente podría pensar o gobernar con el clásico pensamiento: ¿Para qué me meto en broncas en un tema tan complicado que legalmente no me corresponde?... como lo han hecho tantos gobernadores que sólo se activan a la hora de las sequías, cuando las compuertas de las presas amenazan con abrirse para abonarle al Tratado Internacional de Aguas. Se debe encabezar no sólo la defensa del agua cuando se presenten escenarios de injusticias como vivimos hace escasos meses, sino establecer mecanismos eficaces y permanentes de gestión ante el Gobierno de la República, ante la Cámara de Diputados con proyectos y argumentos de necesidades presupuestales, así como en la reactivación del Consejo de Desarrollo Rural Sustentable y todos los sectores civiles organizados que deben acompañar; y por supuesto finalmente hacer efectiva la Ley Estatal del Agua que brinda al Estado facultades de ordenamiento propio. En pocas palabras, ¡haciendo todo lo que el gobernador actual NO hizo y que requiere muchísimo TRABAJO! Afortunadamente tendremos una gobernadora en Maru Campos que es conocida por dominar estos procesos, por su capacidad de dirección y seguimiento, y más que nada de tener la voluntad clara de coordinar los sectores que deben encabezar estos esfuerzos. Por lo tanto, existen razones para pensar que en los próximos seis años se podrían sentar las bases para restablecer el orden y la correcta planeación que permita que Chihuahua retome el rumbo en materia hídrica. Un rumbo que ponga su mirada en la sierra, donde nace el agua, en los arroyos y ríos que la juntan, en las presas y acuíferos que la almacenan, y en la infraestructura que se requiere para utilizarla de manera ordenada, incluyente y sustentable.

Chihuahua es un estado que aspira a estar entre las más influyentes economías del país, pero sin agua nunca lo logrará. Para mirar hacia el futuro debemos retomar las riendas del tema más importante que enfrentamos los chihuahuenses: la escasez de AGUA.

Por: Brenda Ríos

¡Benditas lluvias, si sólo fueran seguras cada año! Ahora que llegan las lluvias, se va Corral “Que el cielo bendiga a Chihuahua”. Porque si algo caracterizó a la actual administración estatal fue su incapacidad o falta de voluntad de encaminar los grandes retos de Chihuahua hacia posibles soluciones, particularmente en el tema del agua.

Imaginemos que pasaron cinco años de gobierno y no avanzamos, más bien hay gran consenso en que retrocedimos. No sólo en materia de “administración” del agua, sino en prácticamente el tema que les guste analizar. Por lo tanto, el gran reto de la próxima administración estatal es garantizar que Chihuahua tenga agua para todo y para tod@s. Más allá de lo que la Ley Nacional de Aguas suscriba, el Gobierno del Estado debe enfrentar el tema de manera frontal y de forma integral; en pocas palabras, como si fuera nuestro problema y no de un lejano y confundido presidente que ve el agua con desdén.

Maru Campos, nuestra gobernadora electa, tiene un enorme reto, pero igualmente la oportunidad histórica de encabezar el futuro económico de Chihuahua a través de la “defensa del agua”. Existen condiciones climatológicas que manifiestan claros retos en cuanto a la planeación de desarrollo económico en todos los sectores; desde el más pequeño productor agrícola hasta la más grande empresa extranjera que invierta en el estado. Hay incertidumbre como nunca antes, desde cuando empieza o termina la temporada de lluvias hasta la capacidad de la infraestructura (ya no se diga la fuente) hidráulica para crecer. Sumémosle una fracasada política pública federal que no tiene ni pies ni cabeza, mucho menos una planeación adecuada de cómo garantizar la preservación de las cuencas, el equilibrio de los acuíferos, o la estabilidad social a través del ordenamiento legal del agua que tanto urge en Chihuahua… gobierno que asemeja una gallina corriendo por el patio sin cabeza luego de que el abuelo le enroscara rápidamente el cuello para hacer el caldo.

En fin, retomo el reto y oportunidad de la gobernadora electa. Fácilmente podría pensar o gobernar con el clásico pensamiento: ¿Para qué me meto en broncas en un tema tan complicado que legalmente no me corresponde?... como lo han hecho tantos gobernadores que sólo se activan a la hora de las sequías, cuando las compuertas de las presas amenazan con abrirse para abonarle al Tratado Internacional de Aguas. Se debe encabezar no sólo la defensa del agua cuando se presenten escenarios de injusticias como vivimos hace escasos meses, sino establecer mecanismos eficaces y permanentes de gestión ante el Gobierno de la República, ante la Cámara de Diputados con proyectos y argumentos de necesidades presupuestales, así como en la reactivación del Consejo de Desarrollo Rural Sustentable y todos los sectores civiles organizados que deben acompañar; y por supuesto finalmente hacer efectiva la Ley Estatal del Agua que brinda al Estado facultades de ordenamiento propio. En pocas palabras, ¡haciendo todo lo que el gobernador actual NO hizo y que requiere muchísimo TRABAJO! Afortunadamente tendremos una gobernadora en Maru Campos que es conocida por dominar estos procesos, por su capacidad de dirección y seguimiento, y más que nada de tener la voluntad clara de coordinar los sectores que deben encabezar estos esfuerzos. Por lo tanto, existen razones para pensar que en los próximos seis años se podrían sentar las bases para restablecer el orden y la correcta planeación que permita que Chihuahua retome el rumbo en materia hídrica. Un rumbo que ponga su mirada en la sierra, donde nace el agua, en los arroyos y ríos que la juntan, en las presas y acuíferos que la almacenan, y en la infraestructura que se requiere para utilizarla de manera ordenada, incluyente y sustentable.

Chihuahua es un estado que aspira a estar entre las más influyentes economías del país, pero sin agua nunca lo logrará. Para mirar hacia el futuro debemos retomar las riendas del tema más importante que enfrentamos los chihuahuenses: la escasez de AGUA.