/ jueves 2 de diciembre de 2021

Aguas con el agua

Por todo el mundo se yerguen edificios altos, estructuras diferentes en diseños que buscan funcionalidad. También infinidad de fraccionamientos residenciales y locales comerciales se extienden como una plaga, haciendo del negocio de la construcción un círculo de irracionalidad y exceso que lastima sin consideración muchos espacios naturales.

Estos grandes y pequeños esqueletos revestidos de concreto deben llevar dentro un sistema circulatorio indispensable para que proporcionen lo básico para vivir: AGUA. Arterias que se visualizan llenas y dispuestas a proporcionar el líquido vital sin ningún problema. Pero la mente del negocio y el exceso no quiere oír un eco que resuena insistente: ¡No hay suficiente agua!

Cuando falta el agua hay una tendencia de culpar a las autoridades: ¡Cómo es posible que no haya agua! Siendo que el que escasee es culpa de todos, de ese automático que está encendido y que sigue y sigue sin cuestionar qué estamos haciendo para que nuestro recurso más indispensable no se contamine, se agote.

¿Por qué se construye más y más? Primero porque es un gran negocio, y después porque nos encanta lo nuevo, un ir estrenando mientras se deja atrás una bola de construcciones viejas que deberían ser renovadas para su uso.

En Chihuahua y en Mazatlán ya hay claros escenarios de escasez de agua, y sólo menciono estas dos entidades porque es donde me consta, pero el mensaje rotundo está en el mundo entero.

Se habla de guerras futuras por la falta de agua, siendo que ahora es cuando deberíamos estar en una lucha por conservarla, por que se le valore por lo que es: el recurso natural más indispensable. Nos puede faltar la electricidad, el gas y demás, ¡pero el agua no!

Me gustaría ver a las autoridades regulando y frenando construcciones y aprovechando espacios urbanos que ya están. Me encantaría un ejército de ciudadanos cuidando espacios naturales. Sería maravilloso que desde el uso doméstico y comercial se valorara el agua por lo que es: el origen y la permanencia de vida.

¡Aguas con el agua! ¡Cuídala, aprovéchala, valórala, admírala! Es la herencia natural principal que necesita el ser humano para seguir disfrutando de este mundo maravilloso.

Si te interesa cuidar el agua de manera profunda y responsable, infórmate y fórmate. En este mundo de consumismo, muchos productos que se nos ofrecen en el mercado son focos rojos de contaminación y devastación de cuerpos de agua. Dejar de consumirlos es quitarle fuerza a monstruos industriales irresponsables ante el medio ambiente.






Por todo el mundo se yerguen edificios altos, estructuras diferentes en diseños que buscan funcionalidad. También infinidad de fraccionamientos residenciales y locales comerciales se extienden como una plaga, haciendo del negocio de la construcción un círculo de irracionalidad y exceso que lastima sin consideración muchos espacios naturales.

Estos grandes y pequeños esqueletos revestidos de concreto deben llevar dentro un sistema circulatorio indispensable para que proporcionen lo básico para vivir: AGUA. Arterias que se visualizan llenas y dispuestas a proporcionar el líquido vital sin ningún problema. Pero la mente del negocio y el exceso no quiere oír un eco que resuena insistente: ¡No hay suficiente agua!

Cuando falta el agua hay una tendencia de culpar a las autoridades: ¡Cómo es posible que no haya agua! Siendo que el que escasee es culpa de todos, de ese automático que está encendido y que sigue y sigue sin cuestionar qué estamos haciendo para que nuestro recurso más indispensable no se contamine, se agote.

¿Por qué se construye más y más? Primero porque es un gran negocio, y después porque nos encanta lo nuevo, un ir estrenando mientras se deja atrás una bola de construcciones viejas que deberían ser renovadas para su uso.

En Chihuahua y en Mazatlán ya hay claros escenarios de escasez de agua, y sólo menciono estas dos entidades porque es donde me consta, pero el mensaje rotundo está en el mundo entero.

Se habla de guerras futuras por la falta de agua, siendo que ahora es cuando deberíamos estar en una lucha por conservarla, por que se le valore por lo que es: el recurso natural más indispensable. Nos puede faltar la electricidad, el gas y demás, ¡pero el agua no!

Me gustaría ver a las autoridades regulando y frenando construcciones y aprovechando espacios urbanos que ya están. Me encantaría un ejército de ciudadanos cuidando espacios naturales. Sería maravilloso que desde el uso doméstico y comercial se valorara el agua por lo que es: el origen y la permanencia de vida.

¡Aguas con el agua! ¡Cuídala, aprovéchala, valórala, admírala! Es la herencia natural principal que necesita el ser humano para seguir disfrutando de este mundo maravilloso.

Si te interesa cuidar el agua de manera profunda y responsable, infórmate y fórmate. En este mundo de consumismo, muchos productos que se nos ofrecen en el mercado son focos rojos de contaminación y devastación de cuerpos de agua. Dejar de consumirlos es quitarle fuerza a monstruos industriales irresponsables ante el medio ambiente.






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