/ lunes 7 de junio de 2021

¿Ahora que c&%”# sigue?

Debemos reconocer que el término de un proceso electoral es un gran alivio para los ciudadanos que fueron agobiados con propaganda electoral por varios meses. Pero también víctimas de estrategias electorales que juegan con la mente de las personas. Narrativas como el voto útil, el más vale malo por conocido, las declinaciones entre partidos, etc. Porque éstas en realidad son estrategias que desde un inicio se planearon para ganar electores. Son válidas y legales todas, pero no éticas frente a una democracia débil aún.

Pero como no hay fecha que no se cumpla, llegó el día y la gente eligió (debo aclarar que estoy escribiendo esta columna un día antes de la elección, por lo que aún no conozco el resultado). En situaciones normales, la ciudadanía cree que al cumplir con su obligación de votar con eso da por concluida su participación democrática, pero esto es justo lo que debemos cambiar.

El voto es sólo el inicio de la ruta democrática participativa. El objetivo de la democracia es que el pueblo decida las acciones de sus gobiernos y no sólo de sus gobernantes. En nuestro país, la verdad es que hay muy poca diferencia entre los partidos políticos. En todos hay personajes buenos y malos, corruptos y justos, etc. Pero esto sólo lo vamos a poder controlar si nos abocamos a cuidar el actuar de los gobiernos por medio de la participación ciudadana. Por eso digo que el voto es sólo el inicio.

Si queremos salir de la espiral de gobiernos que no satisfagan las expectativas sociales, la única forma es con la supervisión continua de los ciudadanos a ellos. Porque ahorita todos creemos que en tres años los premiamos o castigamos, pero ya vimos que ese es el cuento de nunca acabar. Sólo votar y en tres años calificar es exactamente igual que dar un cheque en blanco a un nuevo empleado y en tres años volver a ver si lo hizo bien para ratificar el contrato o despedirlo. Por lo tanto, hoy es el lunes perfecto para iniciar con esta tarea de revisar desde quién será su equipo, revisar las promesas que hizo en campaña el candidato ganador y comenzar a observar las acciones para ver si logrará lo que se prometió.

No olvidemos que un país que olvida su pasado está destinado a repetirlo. Si bien las fuerzas políticas nos representan, no nos deben controlar y debemos confiar en que nuestro voto es para ellos un mandato. Por eso la importancia de la vigilancia continua, porque como dice el dicho: “Orden dada no supervisada, se la lleva la ch¡#%&”. Hoy las y los ganadores de las elecciones gobernarán o legislarán para todas y todos, no para unos cuantos. Por lo que todos tenemos el derecho de vigilar y exigir.

Espero que la decisión que se tomó el día de ayer sea de beneficio para toda la ciudadanía y sea la mejor para el futuro de nuestro país. Debemos construir sobre lo construido y no querer deshacer todo lo anterior para iniciar de cero. Apoyaremos y exigiremos por igual a estos nuevos gobiernos.




Debemos reconocer que el término de un proceso electoral es un gran alivio para los ciudadanos que fueron agobiados con propaganda electoral por varios meses. Pero también víctimas de estrategias electorales que juegan con la mente de las personas. Narrativas como el voto útil, el más vale malo por conocido, las declinaciones entre partidos, etc. Porque éstas en realidad son estrategias que desde un inicio se planearon para ganar electores. Son válidas y legales todas, pero no éticas frente a una democracia débil aún.

Pero como no hay fecha que no se cumpla, llegó el día y la gente eligió (debo aclarar que estoy escribiendo esta columna un día antes de la elección, por lo que aún no conozco el resultado). En situaciones normales, la ciudadanía cree que al cumplir con su obligación de votar con eso da por concluida su participación democrática, pero esto es justo lo que debemos cambiar.

El voto es sólo el inicio de la ruta democrática participativa. El objetivo de la democracia es que el pueblo decida las acciones de sus gobiernos y no sólo de sus gobernantes. En nuestro país, la verdad es que hay muy poca diferencia entre los partidos políticos. En todos hay personajes buenos y malos, corruptos y justos, etc. Pero esto sólo lo vamos a poder controlar si nos abocamos a cuidar el actuar de los gobiernos por medio de la participación ciudadana. Por eso digo que el voto es sólo el inicio.

Si queremos salir de la espiral de gobiernos que no satisfagan las expectativas sociales, la única forma es con la supervisión continua de los ciudadanos a ellos. Porque ahorita todos creemos que en tres años los premiamos o castigamos, pero ya vimos que ese es el cuento de nunca acabar. Sólo votar y en tres años calificar es exactamente igual que dar un cheque en blanco a un nuevo empleado y en tres años volver a ver si lo hizo bien para ratificar el contrato o despedirlo. Por lo tanto, hoy es el lunes perfecto para iniciar con esta tarea de revisar desde quién será su equipo, revisar las promesas que hizo en campaña el candidato ganador y comenzar a observar las acciones para ver si logrará lo que se prometió.

No olvidemos que un país que olvida su pasado está destinado a repetirlo. Si bien las fuerzas políticas nos representan, no nos deben controlar y debemos confiar en que nuestro voto es para ellos un mandato. Por eso la importancia de la vigilancia continua, porque como dice el dicho: “Orden dada no supervisada, se la lleva la ch¡#%&”. Hoy las y los ganadores de las elecciones gobernarán o legislarán para todas y todos, no para unos cuantos. Por lo que todos tenemos el derecho de vigilar y exigir.

Espero que la decisión que se tomó el día de ayer sea de beneficio para toda la ciudadanía y sea la mejor para el futuro de nuestro país. Debemos construir sobre lo construido y no querer deshacer todo lo anterior para iniciar de cero. Apoyaremos y exigiremos por igual a estos nuevos gobiernos.