/ viernes 18 de septiembre de 2020

Ahorro, austeridad y desperdicio en la 4T

Desperdiciar es todo aquello que nos quita algo, ya sea material o de la vida. También lo es una austeridad forzada por el gobierno de López: vestir sencillo, tener un solo par de zapatos, un auto sencillo y austero, viejito y nunca, pero nunca, aspirar a un Ferrari. No debemos tener motivaciones para progresar, pues eso es “ser conservador”. El tiempo bien aprovechado significa ahorrar el desperdicio de nuestra vida y poder alcanzar la felicidad, pues bien utilizado, significa mucho más que el uso de nuestros recursos económicos: el dinero se puede obtener por millones mientras que el tiempo sólo lo tenemos segundo a segundo, día a día.

Muchos se imaginan que el ahorro significa únicamente el guardar el dinero. Podríamos decir que el ahorro es el inicio de la conversión del desperdicio en riqueza. Algunos piensan que ahorrar es símbolo de avaricia, sin embargo, el avaro es simplemente aquél que se coloca un billete en los ojos y deja de ver el resto del mundo. El ahorrador ve el mundo y se prepara para el mismo.

Ahorrar es utilizar nuestro dinero, pero también significa usar nuestro tiempo, nuestro talento y las oportunidades que tenemos para desarrollar plenamente nuestra vida. Todos necesitamos comer, vestir, un techo, salud, educación y esparcimiento, pero tenemos que ganar dinero para pagarlos.

El dinero en sí no es despreciable, sino la codicia por el mismo. Lo importante no es saber cuánto ganamos ni cuánto tenemos en el banco, sino cómo lo empleamos. El dinero es un instrumento para el desarrollo de todo negocio, pero también se convierte en un boleto para comer este día. El tener la habilidad de guardar algo de lo que ganamos significa que estamos evitando el desperdicio en nuestra vidas, a ponerle un freno a muchos de nuestros deseos, a formar nuestro carácter con cosas que el dinero no puede comprar. Experiencias que se adquieren a base de luchas y sacrificios. El ahorro nos enseña a tener autodisciplina, dominio sobre nosotros mismos.

El peso que vale menos es el que recibimos sin haberlo ganado o sin merecerlo. Y el que más vale es el que producimos con nuestro trabajo. Los despilfarradores siempre quieren que se reparta algo si ellos no lo tienen. Es como el que se involucra en la ilegalidad (pafos, CD piratas, etc.) justificando sus actos por su “pobreza”, culpando a la mala economía del país, en lugar de ver cómo el país está en la situación actual por actos como los que ellos mismos promueven.

Todas las cosas buenas de la vida se reparten a diario, pero unos las conservan, otros no las ven ni las sienten y otros más las despilfarran. El único modo de tener más es trabajar y producir más, a pesar de los deseos de la 4T.

Algunos de los que no tienen capital y otros que siendo de la 4ª son ultra corruptos, desean la destrucción de lo que ellos llaman el “neoliberalismo”. Muchos “buenos y sabios” que trabajan, quieren producir menos y ganar más. Hasta China, un país comunista, ha descubierto que el éxito es hacerlo al revés: trabajar más y ganar menos, con lo que a mediano plazo los ha llevado a conquistar al mundo con sus productos sin que tarde el día en que, como nadie más les pueda competir, fijen sus precios a su antojo. Ya lo estamos viendo, los que mediante la práctica del ahorro, se están convirtiendo gradualmente en capitalistas, o como les dice el más corrupto macuspano: neoliberales.


Desperdiciar es todo aquello que nos quita algo, ya sea material o de la vida. También lo es una austeridad forzada por el gobierno de López: vestir sencillo, tener un solo par de zapatos, un auto sencillo y austero, viejito y nunca, pero nunca, aspirar a un Ferrari. No debemos tener motivaciones para progresar, pues eso es “ser conservador”. El tiempo bien aprovechado significa ahorrar el desperdicio de nuestra vida y poder alcanzar la felicidad, pues bien utilizado, significa mucho más que el uso de nuestros recursos económicos: el dinero se puede obtener por millones mientras que el tiempo sólo lo tenemos segundo a segundo, día a día.

Muchos se imaginan que el ahorro significa únicamente el guardar el dinero. Podríamos decir que el ahorro es el inicio de la conversión del desperdicio en riqueza. Algunos piensan que ahorrar es símbolo de avaricia, sin embargo, el avaro es simplemente aquél que se coloca un billete en los ojos y deja de ver el resto del mundo. El ahorrador ve el mundo y se prepara para el mismo.

Ahorrar es utilizar nuestro dinero, pero también significa usar nuestro tiempo, nuestro talento y las oportunidades que tenemos para desarrollar plenamente nuestra vida. Todos necesitamos comer, vestir, un techo, salud, educación y esparcimiento, pero tenemos que ganar dinero para pagarlos.

El dinero en sí no es despreciable, sino la codicia por el mismo. Lo importante no es saber cuánto ganamos ni cuánto tenemos en el banco, sino cómo lo empleamos. El dinero es un instrumento para el desarrollo de todo negocio, pero también se convierte en un boleto para comer este día. El tener la habilidad de guardar algo de lo que ganamos significa que estamos evitando el desperdicio en nuestra vidas, a ponerle un freno a muchos de nuestros deseos, a formar nuestro carácter con cosas que el dinero no puede comprar. Experiencias que se adquieren a base de luchas y sacrificios. El ahorro nos enseña a tener autodisciplina, dominio sobre nosotros mismos.

El peso que vale menos es el que recibimos sin haberlo ganado o sin merecerlo. Y el que más vale es el que producimos con nuestro trabajo. Los despilfarradores siempre quieren que se reparta algo si ellos no lo tienen. Es como el que se involucra en la ilegalidad (pafos, CD piratas, etc.) justificando sus actos por su “pobreza”, culpando a la mala economía del país, en lugar de ver cómo el país está en la situación actual por actos como los que ellos mismos promueven.

Todas las cosas buenas de la vida se reparten a diario, pero unos las conservan, otros no las ven ni las sienten y otros más las despilfarran. El único modo de tener más es trabajar y producir más, a pesar de los deseos de la 4T.

Algunos de los que no tienen capital y otros que siendo de la 4ª son ultra corruptos, desean la destrucción de lo que ellos llaman el “neoliberalismo”. Muchos “buenos y sabios” que trabajan, quieren producir menos y ganar más. Hasta China, un país comunista, ha descubierto que el éxito es hacerlo al revés: trabajar más y ganar menos, con lo que a mediano plazo los ha llevado a conquistar al mundo con sus productos sin que tarde el día en que, como nadie más les pueda competir, fijen sus precios a su antojo. Ya lo estamos viendo, los que mediante la práctica del ahorro, se están convirtiendo gradualmente en capitalistas, o como les dice el más corrupto macuspano: neoliberales.