/ martes 22 de marzo de 2022

Al rescate de las medicinas 

“Las medicinas llegarán hasta los pueblos más apartados o me dejo de llamar Andrés Manuel”

Andrés Manuel López Obrador (AMLO)

(Conferencia matutina del jueves 25 de noviembre de 2021)

Por Agustín Pérez Reynoso

El programa del candidato AMLO en lo que respecta a la salud sólo prometía ofrecer servicios de salud universal y gratuita. Nada más. Según el analista Xavier Tello, el 10 de noviembre de 2021, a casi tres años de iniciada su gestión, el presidente de México reconoció de forma oficial que existe un desabasto de medicamentos. Visiblemente exasperado, se le olvidó que fue él quien dio la orden de desmantelar el sistema de abasto, cambiando las reglas del juego, vetando a distribuidores y fabricantes, ahorcando a proveedores, pacientes, familiares y trabajadores de la salud.

Es evidente que hace falta un golpe de timón que requiere una decisión política y económica bastante seria, sobre todo porque requiere un ejercicio de introspección y asumir la responsabilidad total sobre las fallas y errores cometidos. Esto no va a suceder. De acuerdo con el doctor cirujano Xavier Tello, habría que retroceder varios pasos, y como medida de emergencia, de nuevo poner en marcha el anterior sistema de compra consolidada. Las estructuras existen y sólo hay que recontratar gente de experiencia. Con suerte, esta medida normalizaría el abasto en seis u ocho meses.

En vez de arremeter contra “los monopolios y las mafias”, se puede retomar la lógica de subastas inversas a través de CompraNet. Tanto laboratorios como fabricantes de dispositivos médicos serían seleccionados con base en el mejor precio, características específicas y control de calidad. En cuanto al canal de distribución, se pueden tener como objetivo a las más de 25 mil farmacias privadas en todo el país en lugar de las unidades médicas gubernamentales. De este modo, los fabricantes negociarían con los distribuidores las condiciones de entrega que cubran sus compromisos con el Gobierno.


Los médicos darían al paciente una receta única descargada de un sistema computarizado con un código de barras para acudir a la farmacia más cercana para surtirse sin cargo alguno y la farmacia cobraría por mes al Gobierno los medicamentos que hubiera dispensado. Con este sistema el paciente no tendría que regresar varios días después de hacer filas interminables por desabasto. Se generarían ahorros con el pronóstico del consumo de medicamentos, recortando el gasto de miles de farmacias externas a unidades médicas, que podrían canalizarse en tecnología e infraestructura.

Naturalmente, el ser humano es renuente al cambio. Se requiere voluntad política, visión y ganas de solucionar el problema; dejar de lado la imagen del Estado benefactor al que tanto aspira esta administración. Porque debemos pensar siempre, primero, en la conveniencia del paciente, en la posibilidad de que el derechohabiente sepa anticipadamente dónde está disponible su medicamento. El sistema actual no está trabajando para el paciente. El paciente trabaja para él. Hay que pensar en el paciente más que en la filosofía de la Cuarta Transformación.


agusperez@hotmail.com

Administrador financiero






“Las medicinas llegarán hasta los pueblos más apartados o me dejo de llamar Andrés Manuel”

Andrés Manuel López Obrador (AMLO)

(Conferencia matutina del jueves 25 de noviembre de 2021)

Por Agustín Pérez Reynoso

El programa del candidato AMLO en lo que respecta a la salud sólo prometía ofrecer servicios de salud universal y gratuita. Nada más. Según el analista Xavier Tello, el 10 de noviembre de 2021, a casi tres años de iniciada su gestión, el presidente de México reconoció de forma oficial que existe un desabasto de medicamentos. Visiblemente exasperado, se le olvidó que fue él quien dio la orden de desmantelar el sistema de abasto, cambiando las reglas del juego, vetando a distribuidores y fabricantes, ahorcando a proveedores, pacientes, familiares y trabajadores de la salud.

Es evidente que hace falta un golpe de timón que requiere una decisión política y económica bastante seria, sobre todo porque requiere un ejercicio de introspección y asumir la responsabilidad total sobre las fallas y errores cometidos. Esto no va a suceder. De acuerdo con el doctor cirujano Xavier Tello, habría que retroceder varios pasos, y como medida de emergencia, de nuevo poner en marcha el anterior sistema de compra consolidada. Las estructuras existen y sólo hay que recontratar gente de experiencia. Con suerte, esta medida normalizaría el abasto en seis u ocho meses.

En vez de arremeter contra “los monopolios y las mafias”, se puede retomar la lógica de subastas inversas a través de CompraNet. Tanto laboratorios como fabricantes de dispositivos médicos serían seleccionados con base en el mejor precio, características específicas y control de calidad. En cuanto al canal de distribución, se pueden tener como objetivo a las más de 25 mil farmacias privadas en todo el país en lugar de las unidades médicas gubernamentales. De este modo, los fabricantes negociarían con los distribuidores las condiciones de entrega que cubran sus compromisos con el Gobierno.


Los médicos darían al paciente una receta única descargada de un sistema computarizado con un código de barras para acudir a la farmacia más cercana para surtirse sin cargo alguno y la farmacia cobraría por mes al Gobierno los medicamentos que hubiera dispensado. Con este sistema el paciente no tendría que regresar varios días después de hacer filas interminables por desabasto. Se generarían ahorros con el pronóstico del consumo de medicamentos, recortando el gasto de miles de farmacias externas a unidades médicas, que podrían canalizarse en tecnología e infraestructura.

Naturalmente, el ser humano es renuente al cambio. Se requiere voluntad política, visión y ganas de solucionar el problema; dejar de lado la imagen del Estado benefactor al que tanto aspira esta administración. Porque debemos pensar siempre, primero, en la conveniencia del paciente, en la posibilidad de que el derechohabiente sepa anticipadamente dónde está disponible su medicamento. El sistema actual no está trabajando para el paciente. El paciente trabaja para él. Hay que pensar en el paciente más que en la filosofía de la Cuarta Transformación.


agusperez@hotmail.com

Administrador financiero