/ martes 23 de abril de 2019

Amémonos

“Amar es empapar el pensamiento con la fragancia del edén perdido”. Manuel M Flores


Asombra la calidad y cantidad de canciones que crearon autores mexicanos sobre el amor. Somos un pueblo mestizo, pluricultural, amante de la naturaleza, pero sobre todo, del amor puro y sincero. Una flor, un jardín, una montaña, una nube, una playa, un río, una cascada, el aroma de la tierra mojada y la frescura de los labios anhelantes del ser amado. Desde el siglo XIX, Manuel M. Flores nos legó un poema al amor que fue, es y seguirá siendo, una tierna inspiración para el amor de los mexicanos: “Amémonos”. ¿La recuerda, amable lector? “Buscaba mi alma, con afán tu alma, buscaba yo la virgen que a mi frente tocaba con sus labios dulcemente en el febril insomnio del amor”. Quizás por ello los mexicanos amamos y respetamos tanto a nuestras madres, la mujer que mantuvo por siglos unida a la familia. Fuimos fruto de una admiración y de un profundo amor de dos seres. “Amémonos mi bien en este mundo donde lágrimas tantas se derraman las que vierten quizás los que se aman tienen un no sé qué de bendición”.

Al hurgar en nuestra historia musical, encontramos a un Ricardo Palmerín y su inolvidable “Peregrina”, al “hijo predilecto” de San Cristóbal de las Casas, Alberto Domínguez, con “Frenesí”, y “Perfidia”, que le dieron la vuelta al mundo. O bien, María Grever, de Guanajuato, con sus bellas melodías: “Cuando me vaya” y “Júrame”. Y qué decir de Agustín Lara ¿Recuerdan “Santa”? Nuestra reflexión al recordar algunas canciones del manantial que los mestizos mexicanos le han cantado al amor. Con su inspiración lograremos unir a quienes somos verdaderos hermanos y seguir constituyendo un pueblo singular, que se inspira en el amor.

De “Amémonos” recordemos: “Es tocar los dinteles de la gloria, es ver tus ojos, es escuchar tu acento, es en el alma llevar el firmamento y es morir a tus pies de adoración”. A ti mi amor, siempre a ti.

“Amar es empapar el pensamiento con la fragancia del edén perdido”. Manuel M Flores


Asombra la calidad y cantidad de canciones que crearon autores mexicanos sobre el amor. Somos un pueblo mestizo, pluricultural, amante de la naturaleza, pero sobre todo, del amor puro y sincero. Una flor, un jardín, una montaña, una nube, una playa, un río, una cascada, el aroma de la tierra mojada y la frescura de los labios anhelantes del ser amado. Desde el siglo XIX, Manuel M. Flores nos legó un poema al amor que fue, es y seguirá siendo, una tierna inspiración para el amor de los mexicanos: “Amémonos”. ¿La recuerda, amable lector? “Buscaba mi alma, con afán tu alma, buscaba yo la virgen que a mi frente tocaba con sus labios dulcemente en el febril insomnio del amor”. Quizás por ello los mexicanos amamos y respetamos tanto a nuestras madres, la mujer que mantuvo por siglos unida a la familia. Fuimos fruto de una admiración y de un profundo amor de dos seres. “Amémonos mi bien en este mundo donde lágrimas tantas se derraman las que vierten quizás los que se aman tienen un no sé qué de bendición”.

Al hurgar en nuestra historia musical, encontramos a un Ricardo Palmerín y su inolvidable “Peregrina”, al “hijo predilecto” de San Cristóbal de las Casas, Alberto Domínguez, con “Frenesí”, y “Perfidia”, que le dieron la vuelta al mundo. O bien, María Grever, de Guanajuato, con sus bellas melodías: “Cuando me vaya” y “Júrame”. Y qué decir de Agustín Lara ¿Recuerdan “Santa”? Nuestra reflexión al recordar algunas canciones del manantial que los mestizos mexicanos le han cantado al amor. Con su inspiración lograremos unir a quienes somos verdaderos hermanos y seguir constituyendo un pueblo singular, que se inspira en el amor.

De “Amémonos” recordemos: “Es tocar los dinteles de la gloria, es ver tus ojos, es escuchar tu acento, es en el alma llevar el firmamento y es morir a tus pies de adoración”. A ti mi amor, siempre a ti.