/ jueves 14 de marzo de 2019

AMLO, las OSC y los organismos autónomos

El presidente López Obrador al parecer les tiene una extraña fobia a las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y los organismos autónomos, lo que ahora se refleja en las políticas de su gobierno.

Los recortes iniciales a las organizaciones civiles terminaron por convertirse en cancelaciones presupuestarias para las estancias infantiles y los refugios para mujeres violentadas. La reacción en contra en estos últimos hasta de sus propios partidarios obligó al mandatario a dar marcha atrás aunque ahora dependerán directamente de la Secretaría de Gobernación.

En un oficio que fue difundido en la prensa firmado por AMLO se ordena a todas dependencias federales no otorgarles más subsidios a las OSC por considerar que buena parte de ellas son ineficaces y corruptas.

La medida precipitada y poco analizada ha perjudicado a más de 300 mil niños, así como a las más de nueve mil estancias infantiles que en buena medida funcionaban gracias a los recursos destinados por la Federación.

La coordinadora de este programa había sido ratificada en este sexenio pero ante la cancelación de las partidas optó mejor por renunciar. La juarense Clara Torres continúa en su batalla política y legal para que las madres trabajadoras humildes puedan tener la alternativa de poder dejar a sus hijos en un lugar más seguro y apropiado.

Nadie objetaría que a las estancias que no hayan cumplido con los requisitos o hayan incurrido en corruptelas se les sancione, pero éstas son una pequeña minoría, por lo que no se debería perjudicar al resto que han funcionado en forma adecuada.

En cuanto a los organismos autónomos es visible y contrastable la poca simpatía presidencial para aquellas entidades públicas que no dependen directamente del Ejecutivo federal.

Tal desdén se reflejó en la cuestionable terna enviada por el presidente para sustituir a los integrantes de la Comisión Reguladora de Energía. Pese a su deficiente y pública formación estos candidatos fueron elegidos por la mayoría legislativa de Morena.

Otro caso es el evidente conflicto de intereses de la terna presidencial para que se escoja a una magistrada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En el caso de las universidades se mandó una iniciativa para echar atrás la Reforma Educativa del sexenio anterior, pero se omitió la autonomía de las mismas, lo cual no se ha corregido y existe por consiguiente la incertidumbre de que se pretenda cancelarla legalmente.

El incremento de las organizaciones no gubernamentales es un síntoma del avance de la democracia participativa en las sociedades contemporáneas. Las ONG están constituidas por ciudadanos libres que pretenden atender de manera autónoma alguna problemática social sin la intervención directa de los organismos oficiales.

La postura presidencial ante la sociedad civil no es precisamente la mejor forma de celebrar los primeros cien días de gobierno de quien fue electo por una amplia mayoría de ciudadanos. Si bien es de humanos errar también es de sabios corregirlos, para lo cual debería prevalecer la prudencia racional sobre la pasión irracional.



El presidente López Obrador al parecer les tiene una extraña fobia a las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y los organismos autónomos, lo que ahora se refleja en las políticas de su gobierno.

Los recortes iniciales a las organizaciones civiles terminaron por convertirse en cancelaciones presupuestarias para las estancias infantiles y los refugios para mujeres violentadas. La reacción en contra en estos últimos hasta de sus propios partidarios obligó al mandatario a dar marcha atrás aunque ahora dependerán directamente de la Secretaría de Gobernación.

En un oficio que fue difundido en la prensa firmado por AMLO se ordena a todas dependencias federales no otorgarles más subsidios a las OSC por considerar que buena parte de ellas son ineficaces y corruptas.

La medida precipitada y poco analizada ha perjudicado a más de 300 mil niños, así como a las más de nueve mil estancias infantiles que en buena medida funcionaban gracias a los recursos destinados por la Federación.

La coordinadora de este programa había sido ratificada en este sexenio pero ante la cancelación de las partidas optó mejor por renunciar. La juarense Clara Torres continúa en su batalla política y legal para que las madres trabajadoras humildes puedan tener la alternativa de poder dejar a sus hijos en un lugar más seguro y apropiado.

Nadie objetaría que a las estancias que no hayan cumplido con los requisitos o hayan incurrido en corruptelas se les sancione, pero éstas son una pequeña minoría, por lo que no se debería perjudicar al resto que han funcionado en forma adecuada.

En cuanto a los organismos autónomos es visible y contrastable la poca simpatía presidencial para aquellas entidades públicas que no dependen directamente del Ejecutivo federal.

Tal desdén se reflejó en la cuestionable terna enviada por el presidente para sustituir a los integrantes de la Comisión Reguladora de Energía. Pese a su deficiente y pública formación estos candidatos fueron elegidos por la mayoría legislativa de Morena.

Otro caso es el evidente conflicto de intereses de la terna presidencial para que se escoja a una magistrada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En el caso de las universidades se mandó una iniciativa para echar atrás la Reforma Educativa del sexenio anterior, pero se omitió la autonomía de las mismas, lo cual no se ha corregido y existe por consiguiente la incertidumbre de que se pretenda cancelarla legalmente.

El incremento de las organizaciones no gubernamentales es un síntoma del avance de la democracia participativa en las sociedades contemporáneas. Las ONG están constituidas por ciudadanos libres que pretenden atender de manera autónoma alguna problemática social sin la intervención directa de los organismos oficiales.

La postura presidencial ante la sociedad civil no es precisamente la mejor forma de celebrar los primeros cien días de gobierno de quien fue electo por una amplia mayoría de ciudadanos. Si bien es de humanos errar también es de sabios corregirlos, para lo cual debería prevalecer la prudencia racional sobre la pasión irracional.