/ jueves 2 de abril de 2020

AMLO: Primero, los empresarios

“En las guerras son benditas, no las victorias, sino las derrotas. De las victorias necesitan los Gobiernos, de las derrotas están necesitados los pueblos. De los triunfos se quieren más triunfos, después de una derrota, se quiere la libertad, y casi siempre se logra”. Estas palabras de Alejandro Soljenitsin muestran la verdad que la izquierda no quiere ver y que la Nación no ha aceptado plenamente: para salvar a los pobres, hay que salvar al empresario; la iniciativa privada y el poder de la sociedad civil crean la riqueza; donde el Gobierno debería hacer respetar las reglas del juego.


Los momentos de crisis nos muestran lo que debería ser política en tiempos de paz, separando la eficiencia tecnocrática del despilfarro corruptor de las demagogias. Es momento de abandonar los “elefantes blancos”, donde nuestros impuestos se desperdician en proyectos gubernamentales que no son productivos; de crear Zonas Económicas Especiales, donde se desarrollen marcos económicos atractivos para la inversión del mundo; de probar esquemas impositivos y laborales que atraigan a los emprendedores, sobre todo, tecnológicos, quienes dibujarán el mundo del futuro.


La ideología de izquierda de AMLO (Andrés Manuel López Obrador) se empeña en crear un mundo donde sus utopías no tienen lugar en la vida real, que empobrece al ayudar a los pobres, que dice combatir la violencia, pero estigmatiza y etiqueta a los que están en desacuerdo, y cuando sus planes fallan, se justifica diciendo que tiene “otros datos”. Tanta energía para justificar una poética demagógica debería emplearse para sobreponernos a la crisis económica que viene por causa del COVID-19. Tal vez, ahora sea tiempo para que AMLO acepte que el comunismo ha muerto.


Sí, es tiempo de liberar a la sociedad civil del Estado totalitario y exigir del Gobierno la reciprocidad de la Ley, que sólo sea ha pedido al empresario. Es tiempo de que AMLO reconozca su derrota intelectual si quiere ayudar al pueblo que pretende salvar. Pero si AMLO insiste en lo contrario, el futuro social de México se pintará como el más desolador que hayamos tenido. Sí, los empresarios son primero, si lo que se busca es que no sean pobres lo único que quede, alimentando a unos cuantos monopolios. agusperezr@hotmail.com

“En las guerras son benditas, no las victorias, sino las derrotas. De las victorias necesitan los Gobiernos, de las derrotas están necesitados los pueblos. De los triunfos se quieren más triunfos, después de una derrota, se quiere la libertad, y casi siempre se logra”. Estas palabras de Alejandro Soljenitsin muestran la verdad que la izquierda no quiere ver y que la Nación no ha aceptado plenamente: para salvar a los pobres, hay que salvar al empresario; la iniciativa privada y el poder de la sociedad civil crean la riqueza; donde el Gobierno debería hacer respetar las reglas del juego.


Los momentos de crisis nos muestran lo que debería ser política en tiempos de paz, separando la eficiencia tecnocrática del despilfarro corruptor de las demagogias. Es momento de abandonar los “elefantes blancos”, donde nuestros impuestos se desperdician en proyectos gubernamentales que no son productivos; de crear Zonas Económicas Especiales, donde se desarrollen marcos económicos atractivos para la inversión del mundo; de probar esquemas impositivos y laborales que atraigan a los emprendedores, sobre todo, tecnológicos, quienes dibujarán el mundo del futuro.


La ideología de izquierda de AMLO (Andrés Manuel López Obrador) se empeña en crear un mundo donde sus utopías no tienen lugar en la vida real, que empobrece al ayudar a los pobres, que dice combatir la violencia, pero estigmatiza y etiqueta a los que están en desacuerdo, y cuando sus planes fallan, se justifica diciendo que tiene “otros datos”. Tanta energía para justificar una poética demagógica debería emplearse para sobreponernos a la crisis económica que viene por causa del COVID-19. Tal vez, ahora sea tiempo para que AMLO acepte que el comunismo ha muerto.


Sí, es tiempo de liberar a la sociedad civil del Estado totalitario y exigir del Gobierno la reciprocidad de la Ley, que sólo sea ha pedido al empresario. Es tiempo de que AMLO reconozca su derrota intelectual si quiere ayudar al pueblo que pretende salvar. Pero si AMLO insiste en lo contrario, el futuro social de México se pintará como el más desolador que hayamos tenido. Sí, los empresarios son primero, si lo que se busca es que no sean pobres lo único que quede, alimentando a unos cuantos monopolios. agusperezr@hotmail.com