/ lunes 1 de noviembre de 2021

Ampliar la alianza a la ciudadanía de a pie

Por: Amín Anchondo

Todavía no terminamos de reponernos de las elecciones de este año, cuando ya se está hablando de qué va a pasar en el 2024 en las elecciones presidenciales y las estatales que vienen en estos próximos dos años. Todo se basa en el contexto actual para evaluar lo que pasará ese año, pero no hablamos de lo que puede pasar en estos dos que repercutirán en el 24.

Ya comienzan a configurarse las alianzas basadas en cálculos aritméticos para ver de qué forma se puede ganar a Morena, el problema es que esos cálculos se hacen como si los ciudadanos fueran borregos que al juntarlos en un corral se comportan igual, cálculos que se hacen pensando que los partidos aún tienen el “voto duro” de antes o que simplemente los ciudadanos no tienen criterio propio.

Cuando suman en una ecuación PAN + PRI + PRD, y se cree que la suma dará como resultado, al menos, el “voto duro” de cada uno, se equivocan. No sucedió en el 2021 (hablo de los resultados nacionales) y no sucederá en el 2024. De hecho, justo desde que se empezó a generar esa alianza (julio 2020), la popularidad de Andrés Manuel comenzó a elevarse cuando venía cayendo. Y la razón es muy simple y se puede responder cuestionando: ¿Cuál es la propuesta de valor de esta alianza? ¿Qué tiene que ofrecer esta alianza? Cada partido tiene su propia propuesta e historia, pero el conjunto, ¿que ofrece?

Gran parte del problema de la oposición es que se perdió contacto con la gente, con “la ciudadanía de a pie” en cuestión de representatividad. Me refiero a que se perdió la confianza de la gente en ellos y se creyó que sólo con los apoyos sociales se tendría su fidelidad, y no es cierto. La fidelidad que construyó AMLO por muchos años fue gracias a que recorrió el país completo, hablando de verdades sociales que tienen que cambiar (Ojo: hablo de realidades en su discurso, pero no estoy de acuerdo con las soluciones que ejecuta). Eso le falta a la alianza.

Lo positivo de esta primera prueba de alianza es que se está creando desde “ciudadanos” y me refiero a Claudio X, Gustavo de Hoyos, etc., pero el primer problema es que los partidos siguen teniendo la exclusiva potestad de poner candidaturas, y es cuando los ciudadanos pasan a segundo término para dar prioridad a los políticos más cercanos a la cúpula partidista antes que a ciudadanos con méritos y honorabilidad. El segundo problema que veo es que son los mismos ciudadanos de siempre, las cámaras empresariales, que acaparan por completo el término de “ciudadanía” para los gobiernos. Me refiero a que siempre son las mismas personas las que tienen la posibilidad de participar en las decisiones y seguimos excluyendo a las personas que tienen interés de participar pero que sus condiciones socioeconómicas les impiden. Lo digo como una autocrítica, porque yo soy parte de las cámaras empresariales y participé gracias a ello en el servicio público, pero fue gracias a esa participación que ahora tengo esta perspectiva. Por eso tenemos que ampliar la alianza con ciudadanos de a pie. Dejar de pensar cupularmente y empezar a ver desde la perspectiva del mexicano que trabaja todos los días para mantener su familia y que por lo mismo, tiene poca oportunidad de participar activamente en la toma de decisiones. Porque como esa persona es la gran mayoría de las y los mexicanos. Es por y con ellos con los que se tiene que iniciar la alianza. Ahí dejo el reto.


Por: Amín Anchondo

Todavía no terminamos de reponernos de las elecciones de este año, cuando ya se está hablando de qué va a pasar en el 2024 en las elecciones presidenciales y las estatales que vienen en estos próximos dos años. Todo se basa en el contexto actual para evaluar lo que pasará ese año, pero no hablamos de lo que puede pasar en estos dos que repercutirán en el 24.

Ya comienzan a configurarse las alianzas basadas en cálculos aritméticos para ver de qué forma se puede ganar a Morena, el problema es que esos cálculos se hacen como si los ciudadanos fueran borregos que al juntarlos en un corral se comportan igual, cálculos que se hacen pensando que los partidos aún tienen el “voto duro” de antes o que simplemente los ciudadanos no tienen criterio propio.

Cuando suman en una ecuación PAN + PRI + PRD, y se cree que la suma dará como resultado, al menos, el “voto duro” de cada uno, se equivocan. No sucedió en el 2021 (hablo de los resultados nacionales) y no sucederá en el 2024. De hecho, justo desde que se empezó a generar esa alianza (julio 2020), la popularidad de Andrés Manuel comenzó a elevarse cuando venía cayendo. Y la razón es muy simple y se puede responder cuestionando: ¿Cuál es la propuesta de valor de esta alianza? ¿Qué tiene que ofrecer esta alianza? Cada partido tiene su propia propuesta e historia, pero el conjunto, ¿que ofrece?

Gran parte del problema de la oposición es que se perdió contacto con la gente, con “la ciudadanía de a pie” en cuestión de representatividad. Me refiero a que se perdió la confianza de la gente en ellos y se creyó que sólo con los apoyos sociales se tendría su fidelidad, y no es cierto. La fidelidad que construyó AMLO por muchos años fue gracias a que recorrió el país completo, hablando de verdades sociales que tienen que cambiar (Ojo: hablo de realidades en su discurso, pero no estoy de acuerdo con las soluciones que ejecuta). Eso le falta a la alianza.

Lo positivo de esta primera prueba de alianza es que se está creando desde “ciudadanos” y me refiero a Claudio X, Gustavo de Hoyos, etc., pero el primer problema es que los partidos siguen teniendo la exclusiva potestad de poner candidaturas, y es cuando los ciudadanos pasan a segundo término para dar prioridad a los políticos más cercanos a la cúpula partidista antes que a ciudadanos con méritos y honorabilidad. El segundo problema que veo es que son los mismos ciudadanos de siempre, las cámaras empresariales, que acaparan por completo el término de “ciudadanía” para los gobiernos. Me refiero a que siempre son las mismas personas las que tienen la posibilidad de participar en las decisiones y seguimos excluyendo a las personas que tienen interés de participar pero que sus condiciones socioeconómicas les impiden. Lo digo como una autocrítica, porque yo soy parte de las cámaras empresariales y participé gracias a ello en el servicio público, pero fue gracias a esa participación que ahora tengo esta perspectiva. Por eso tenemos que ampliar la alianza con ciudadanos de a pie. Dejar de pensar cupularmente y empezar a ver desde la perspectiva del mexicano que trabaja todos los días para mantener su familia y que por lo mismo, tiene poca oportunidad de participar activamente en la toma de decisiones. Porque como esa persona es la gran mayoría de las y los mexicanos. Es por y con ellos con los que se tiene que iniciar la alianza. Ahí dejo el reto.