/ sábado 7 de mayo de 2022

Antes que se nos olvide | Conexionitis

Por: Carlos A. Esparza Deister

A finales de los noventa, el bíper o radiolocalizador, un aparatito por medio del cual llegaban mensajes de texto, era sinónimo de estatus alto, de una moderna comunicación con clientes, amigos y familia, pero después, con el surgimiento de tecnologías más avanzadas, como el mensaje vía teléfono móvil y posteriormente WhatsApp, el bíper pareciera que fue un dispositivo utilizado hace casi cincuenta años, debido a su poca practicidad, por ejemplo , cuando una esposa iracunda quería enviar un mensaje a su marido trasnochador primero tenía que comunicarse con una operadora, quien texteaba la información al bíper del destinatario, llegándole unos segundos más tarde, pero si la esposa estaba casi hiperventilada por el coraje, pues la operadora no entendía, entonces pedía que repitiera nuevamente el mensaje, luego, para asegurarse que era correcto, mencionaba la frase que enviaría, algo así como, “Raúl, no la friegues ya es muy tarde, dijiste que regresarías pronto, no me dejaste ni dinero para pañales”.

Hace 22 años las fotos curiosas, bromas, cadenas, chistes y demás, llegaban por correo electrónico, que regularmente se revisaba en una computadora de escritorio, en ese entonces, los archivos que se recibían no eran tan grandes o pesados como los de ahora, aun así, el mail se saturaba rápidamente teniendo que depurarlo frecuentemente, ahora con los avances no es necesario, la mayoría de los teléfonos inteligentes tienen gran capacidad de almacenaje. Es increíble la manera en que ha evolucionado la tecnología, sin embargo, el internet es portador de una penosa “enfermedad” que ha contagiado a muchas personas a nivel mundial, la conexionitis crónica, peligroso mal, donde el individuo está siempre conectado a un mundo intangible, por medio principalmente de su teléfono celular, desconectándose casi por completo de la realidad, esto ha ocasionado que surjan prácticas nocivas, como el sexting y grooming.

El sexting es cuando alguien se toma fotos o videos de índole sexual con su celular y posteriormente envía de manera confidencial a su pareja, hasta cierto punto es normal, sin embargo, una pelea entre ellos o el extravío del teléfono puede ocasionar, que dichas imágenes sean difundidas a través de la red, acarreando un enorme daño moral al protagonista, esto puede causar afecciones psicológicas graves, depresiones severas que pueden orillar hasta al suicidio. Por otro lado, el grooming es cuando un adulto, regularmente con identidad falsa, se gana la confianza de niños o adolescentes por medio de redes sociales; luego de entablar una supuesta amistad los convence de enviar fotografías con alto contenido sexual, que posteriormente son publicadas en páginas de pornografía infantil, también son utilizadas para amenazar a la víctima con subirlas a la red si no acepta tener un encuentro personal.

Sin duda, la tecnología ha traído múltiples beneficios a nuestras vidas, pero la conexionitis cronica está trastornando a chicos y grandes, para muchos es “anormal” estar desconectados, si no están enchufados a las redes sociales se ponen de mal humor, son agresivos, pierden identidad y hasta su capacidad de pensar, interactuar o expresarse se trunca.

Sígame en Face: @Antes que se nos Olvide

esparzadeister@gmail.com

Por: Carlos A. Esparza Deister

A finales de los noventa, el bíper o radiolocalizador, un aparatito por medio del cual llegaban mensajes de texto, era sinónimo de estatus alto, de una moderna comunicación con clientes, amigos y familia, pero después, con el surgimiento de tecnologías más avanzadas, como el mensaje vía teléfono móvil y posteriormente WhatsApp, el bíper pareciera que fue un dispositivo utilizado hace casi cincuenta años, debido a su poca practicidad, por ejemplo , cuando una esposa iracunda quería enviar un mensaje a su marido trasnochador primero tenía que comunicarse con una operadora, quien texteaba la información al bíper del destinatario, llegándole unos segundos más tarde, pero si la esposa estaba casi hiperventilada por el coraje, pues la operadora no entendía, entonces pedía que repitiera nuevamente el mensaje, luego, para asegurarse que era correcto, mencionaba la frase que enviaría, algo así como, “Raúl, no la friegues ya es muy tarde, dijiste que regresarías pronto, no me dejaste ni dinero para pañales”.

Hace 22 años las fotos curiosas, bromas, cadenas, chistes y demás, llegaban por correo electrónico, que regularmente se revisaba en una computadora de escritorio, en ese entonces, los archivos que se recibían no eran tan grandes o pesados como los de ahora, aun así, el mail se saturaba rápidamente teniendo que depurarlo frecuentemente, ahora con los avances no es necesario, la mayoría de los teléfonos inteligentes tienen gran capacidad de almacenaje. Es increíble la manera en que ha evolucionado la tecnología, sin embargo, el internet es portador de una penosa “enfermedad” que ha contagiado a muchas personas a nivel mundial, la conexionitis crónica, peligroso mal, donde el individuo está siempre conectado a un mundo intangible, por medio principalmente de su teléfono celular, desconectándose casi por completo de la realidad, esto ha ocasionado que surjan prácticas nocivas, como el sexting y grooming.

El sexting es cuando alguien se toma fotos o videos de índole sexual con su celular y posteriormente envía de manera confidencial a su pareja, hasta cierto punto es normal, sin embargo, una pelea entre ellos o el extravío del teléfono puede ocasionar, que dichas imágenes sean difundidas a través de la red, acarreando un enorme daño moral al protagonista, esto puede causar afecciones psicológicas graves, depresiones severas que pueden orillar hasta al suicidio. Por otro lado, el grooming es cuando un adulto, regularmente con identidad falsa, se gana la confianza de niños o adolescentes por medio de redes sociales; luego de entablar una supuesta amistad los convence de enviar fotografías con alto contenido sexual, que posteriormente son publicadas en páginas de pornografía infantil, también son utilizadas para amenazar a la víctima con subirlas a la red si no acepta tener un encuentro personal.

Sin duda, la tecnología ha traído múltiples beneficios a nuestras vidas, pero la conexionitis cronica está trastornando a chicos y grandes, para muchos es “anormal” estar desconectados, si no están enchufados a las redes sociales se ponen de mal humor, son agresivos, pierden identidad y hasta su capacidad de pensar, interactuar o expresarse se trunca.

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