/ sábado 13 de noviembre de 2021

Antes que se nos olvide: De mentiritas

Por: Carlos A. Esparza Deister

Un engaño no es eterno, es imposible sostener una mentira por mucho tiempo, aunque el impostor se empeñe en hacerlo, tarde o temprano será derrumbada por la verdad. La mentira forma parte de nuestra existencia, seguramente todos hemos recurrido a ella en distintas circunstancias, quizás para salvar alguna situación complicada o simplemente porque convenía a nuestros intereses. Algunos para justificarse y no faltarle plenamente al octavo mandamiento, les llaman “mentiritas piadosas”.

Al escuchar la palabra “mentiroso”, nuestra mente de manera irremediable evoca a varios políticos, algo normal en México y una gran cantidad de países, pero cuando el farsante es alguien que fue ejemplo de tenacidad, coraje y valentía, causa una gran desilusión.

En 1996, Lance Armstrong, ciclista profesional de 25 años, es diagnosticado con tumores cancerosos en tres partes del cuerpo, aun cuando su probabilidad de sobrevivir era del 40%, valientemente enfrentó y venció a la mortal enfermedad. Luego en 1999, con renovados bríos, compite en el evento ciclístico más importante del mundo, el Tour de Francia, a partir de ese año consiguió siete títulos consecutivos, rompiendo el récord de cinco, perteneciente al español Miguel Induráin. Durante ese tiempo se convirtió en símbolo de fortaleza y perseverancia, uno de los deportistas más admirados del planeta, era conocido como el Hombre de Hierro. Aprovechó su fama de manera positiva, vendiendo millones de pulseritas amarillas en el mundo con la leyenda “Livestrong”, para capitalizar a su fundación del mismo nombre, la cual apoyaba a personas con cáncer.

Era una celebridad respetada, pero en 2004 es acusado de haber consumido diversos fármacos prohibidos, insinuando que lo habían ayudado en sus logros deportivos. Él lo negó rotundamente en varias ocasiones, asegurando que estaba libre de esteroides. En 2005 se convierte en el ganador histórico de la Tour de Francia, luego anuncia su retiro bajo la sombra del doping. Pero cuatro años después decide regresar dispuesto a ganar un título más, sin embargo sólo consiguió el tercer lugar general, gracias a un esfuerzo titánico en las dos últimas etapas o carreras. Posteriormente se dijo que durante gran parte del evento no se dopó, pero al verse fuera de los tres primeros lugares consumió nuevamente esteroides para poder lograr ese tercer puesto.

Finalmente en 2011 anuncia su retiro definitivo de competencias profesionales, pero el estigma del doping lo perseguía, Armstrong mantenía su postura que nunca había utilizado fármacos en su carrera, sin embargo cada vez eran más los testigos que aseguraban haberlo visto consumir sustancias prohibidas. Después de un show mediático, la verdad salió a la luz y en 2012, la Agencia Antidopaje Estadounidense le quita los siete títulos ganados en Francia; la decisión es ratificada por la Unión Ciclista Internacional, además lo sancionan de por vida, así mismo, el Comité Olímpico Internacional le exige que devuelva la medalla de bronce ganada en las Olimpiadas de Sídney. Ante esta humillación, Armstrong declaró que presentaría pruebas para revertir la situación, pero nunca lo hizo. Después perdería una demanda de 6.5 MDD contra su exequipo US Postal. Agobiado por la presión, en 2013, durante una entrevista otorgada a la periodista Oprah Winfrey, confesó que sí se dopó para mejorar su desempeño. El ídolo forjado en oro puro se convertía en simple estatuilla de yeso, sus logros habían sido de mentiritas.

@carlosaesparza

esparzadeister@gmail.com


Orgulloso miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua A.C.


Por: Carlos A. Esparza Deister

Un engaño no es eterno, es imposible sostener una mentira por mucho tiempo, aunque el impostor se empeñe en hacerlo, tarde o temprano será derrumbada por la verdad. La mentira forma parte de nuestra existencia, seguramente todos hemos recurrido a ella en distintas circunstancias, quizás para salvar alguna situación complicada o simplemente porque convenía a nuestros intereses. Algunos para justificarse y no faltarle plenamente al octavo mandamiento, les llaman “mentiritas piadosas”.

Al escuchar la palabra “mentiroso”, nuestra mente de manera irremediable evoca a varios políticos, algo normal en México y una gran cantidad de países, pero cuando el farsante es alguien que fue ejemplo de tenacidad, coraje y valentía, causa una gran desilusión.

En 1996, Lance Armstrong, ciclista profesional de 25 años, es diagnosticado con tumores cancerosos en tres partes del cuerpo, aun cuando su probabilidad de sobrevivir era del 40%, valientemente enfrentó y venció a la mortal enfermedad. Luego en 1999, con renovados bríos, compite en el evento ciclístico más importante del mundo, el Tour de Francia, a partir de ese año consiguió siete títulos consecutivos, rompiendo el récord de cinco, perteneciente al español Miguel Induráin. Durante ese tiempo se convirtió en símbolo de fortaleza y perseverancia, uno de los deportistas más admirados del planeta, era conocido como el Hombre de Hierro. Aprovechó su fama de manera positiva, vendiendo millones de pulseritas amarillas en el mundo con la leyenda “Livestrong”, para capitalizar a su fundación del mismo nombre, la cual apoyaba a personas con cáncer.

Era una celebridad respetada, pero en 2004 es acusado de haber consumido diversos fármacos prohibidos, insinuando que lo habían ayudado en sus logros deportivos. Él lo negó rotundamente en varias ocasiones, asegurando que estaba libre de esteroides. En 2005 se convierte en el ganador histórico de la Tour de Francia, luego anuncia su retiro bajo la sombra del doping. Pero cuatro años después decide regresar dispuesto a ganar un título más, sin embargo sólo consiguió el tercer lugar general, gracias a un esfuerzo titánico en las dos últimas etapas o carreras. Posteriormente se dijo que durante gran parte del evento no se dopó, pero al verse fuera de los tres primeros lugares consumió nuevamente esteroides para poder lograr ese tercer puesto.

Finalmente en 2011 anuncia su retiro definitivo de competencias profesionales, pero el estigma del doping lo perseguía, Armstrong mantenía su postura que nunca había utilizado fármacos en su carrera, sin embargo cada vez eran más los testigos que aseguraban haberlo visto consumir sustancias prohibidas. Después de un show mediático, la verdad salió a la luz y en 2012, la Agencia Antidopaje Estadounidense le quita los siete títulos ganados en Francia; la decisión es ratificada por la Unión Ciclista Internacional, además lo sancionan de por vida, así mismo, el Comité Olímpico Internacional le exige que devuelva la medalla de bronce ganada en las Olimpiadas de Sídney. Ante esta humillación, Armstrong declaró que presentaría pruebas para revertir la situación, pero nunca lo hizo. Después perdería una demanda de 6.5 MDD contra su exequipo US Postal. Agobiado por la presión, en 2013, durante una entrevista otorgada a la periodista Oprah Winfrey, confesó que sí se dopó para mejorar su desempeño. El ídolo forjado en oro puro se convertía en simple estatuilla de yeso, sus logros habían sido de mentiritas.

@carlosaesparza

esparzadeister@gmail.com


Orgulloso miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua A.C.