/ sábado 17 de abril de 2021

Antes que se nos olvide | Del error al horror

“Me equivoqué, pero tengo derecho, soy humano”, todos en alguna ocasión hemos dicho esta frase para justificar algún error, y es admisible, pero pierde validez cuando la persona sabe de antemano que está cometiendo un grave error y continúa incurriendo en él, llevándolo hasta las últimas consecuencias. Claro, después se disculpa, pero es demasiado tarde, pues seguramente siempre será recordado por esa equivocación.

Hace más de 20 años, Bill Clinton, ex presidente de la nación más poderosa del mundo, cometió un error que desprestigió su imagen. Casi todos recordamos su desliz con la becaria Monica Lewinsky, que se convirtió en un show hollywoodense. Clinton al principio del escándalo negó de manera rotunda haber tenido relaciones sexuales con la joven mujer, sin embargo, para evitar un juicio político donde probablemente hubiese sido cesado, tuvo que reconocerlo en un mensaje televisivo transmitido a nivel nacional. “En efecto, tuve una relación ‘física impropia’ con la señorita Lewinsky, en realidad fue un error muy grave y una falta personal de mi parte, de la cual soy totalmente responsable”. Clinton quedaría marcado por este error en su vida.

Antes de ser capturado, Servando Gómez la Tuta, líder de Los Caballeros Templarios, que sembró terror en el estado de Michoacán hace unos años, en uno de los tantos videos que subió a la red social YouTube decía: “Reconozco, me equivoqué, tendré que pagar en su momento, porque sí soy un delincuente, me equivoqué por pen...”. Sabía que estaba cometiendo un error y no hizo nada para remediarlo, solamente se excusó y continuó delinquiendo y por eso estará el resto de su vida en la cárcel, como él mismo lo dijo, por pen...

En el sexenio de Felipe Calderón la violencia se desbordó, asfixió al país, pues la estrategia para acabar con el crimen organizado falló. Calderón lo sabía, pero no hizo nada para corregir la situación. Han pasado los años y continúa sin reconocer que se equivocó, quizá nunca lo hará, pero probablemente siempre será recordado por la violencia brutal e inseguridad que surgió en su sexenio y que por supuesto aún prevalece en México.

Tal vez el presidente López Obrador sabe que está cometiendo errores en varias decisiones que toma, pero le gana la soberbia como a varios de sus antecesores y prefiere continuar, sin embargo, quizá cuando termine su mandato, y le pregunten por qué lo hizo, dirá: “Cierto, fallé, pero tengo derecho, soy humano”.

Por supuesto, el ser humano está expuesto a cometer errores, pero también tiene la capacidad de razonar, y en determinado momento, su pensamiento alertará que no va por el camino correcto, entonces deberá dar un golpe de timón para corregir el rumbo, evitando de esa manera que sus errores se conviertan en horrores.

Sígame en Twitter : @carlosaesparza

esparzadeister@gmail.com

“Me equivoqué, pero tengo derecho, soy humano”, todos en alguna ocasión hemos dicho esta frase para justificar algún error, y es admisible, pero pierde validez cuando la persona sabe de antemano que está cometiendo un grave error y continúa incurriendo en él, llevándolo hasta las últimas consecuencias. Claro, después se disculpa, pero es demasiado tarde, pues seguramente siempre será recordado por esa equivocación.

Hace más de 20 años, Bill Clinton, ex presidente de la nación más poderosa del mundo, cometió un error que desprestigió su imagen. Casi todos recordamos su desliz con la becaria Monica Lewinsky, que se convirtió en un show hollywoodense. Clinton al principio del escándalo negó de manera rotunda haber tenido relaciones sexuales con la joven mujer, sin embargo, para evitar un juicio político donde probablemente hubiese sido cesado, tuvo que reconocerlo en un mensaje televisivo transmitido a nivel nacional. “En efecto, tuve una relación ‘física impropia’ con la señorita Lewinsky, en realidad fue un error muy grave y una falta personal de mi parte, de la cual soy totalmente responsable”. Clinton quedaría marcado por este error en su vida.

Antes de ser capturado, Servando Gómez la Tuta, líder de Los Caballeros Templarios, que sembró terror en el estado de Michoacán hace unos años, en uno de los tantos videos que subió a la red social YouTube decía: “Reconozco, me equivoqué, tendré que pagar en su momento, porque sí soy un delincuente, me equivoqué por pen...”. Sabía que estaba cometiendo un error y no hizo nada para remediarlo, solamente se excusó y continuó delinquiendo y por eso estará el resto de su vida en la cárcel, como él mismo lo dijo, por pen...

En el sexenio de Felipe Calderón la violencia se desbordó, asfixió al país, pues la estrategia para acabar con el crimen organizado falló. Calderón lo sabía, pero no hizo nada para corregir la situación. Han pasado los años y continúa sin reconocer que se equivocó, quizá nunca lo hará, pero probablemente siempre será recordado por la violencia brutal e inseguridad que surgió en su sexenio y que por supuesto aún prevalece en México.

Tal vez el presidente López Obrador sabe que está cometiendo errores en varias decisiones que toma, pero le gana la soberbia como a varios de sus antecesores y prefiere continuar, sin embargo, quizá cuando termine su mandato, y le pregunten por qué lo hizo, dirá: “Cierto, fallé, pero tengo derecho, soy humano”.

Por supuesto, el ser humano está expuesto a cometer errores, pero también tiene la capacidad de razonar, y en determinado momento, su pensamiento alertará que no va por el camino correcto, entonces deberá dar un golpe de timón para corregir el rumbo, evitando de esa manera que sus errores se conviertan en horrores.

Sígame en Twitter : @carlosaesparza

esparzadeister@gmail.com