/ sábado 19 de marzo de 2022

Antes que se nos olvide | Fedor Dostoievski

Por: Carlos A. Esparza Deister

La avenida Dostoievski es una importante vialidad de nuestra ciudad, hace algunas décadas se le conocía simplemente como “la calle que está por las maquilas”. Posteriormente fueron estableciéndose innumerables comercios. Luego, varias personas comenzaron a poner puestos o “tendidos” de artículos usados, con el paso del tiempo los vendedores ambulantes incrementaron, hasta convertirse en el famoso “tianguis de la Dosto”.

Pero ¿Quién fue Dostoievski? Probablemente muchos lo saben, pero quizás algunos piensan que fue el inventor de algún artefacto electrónico como los que venden en dicha avenida o tal vez un famoso cantante de ópera o un reconocido político de talla internacional. No, Fedor Dostoyevski o Dostoievski fue uno de los genios literarios más importantes del mundo. Nació en Rusia en 1821, sus obras más importantes son: “Los hermanos Karamasov”, “Crimen y castigo” y “El jugador”. A los 25 años publicó su primera novela, “Pobres gentes”, con un éxito relativo. En ese tiempo se reunía con jóvenes de ideas radicales para la época, donde estudiaban socialismo francés, así mismo, ideaban reformas para su país. Pero realizar esas actividades en Rusia era considerado un delito muy grave, entonces, a los 28 años fue detenido por “conspirador”, casi inmediatamente fue condenado a muerte, pero faltando unos minutos para la ejecución llegó una orden del rey, lo perdonaba, a cambio de cuatro años de trabajos forzados en Siberia.

Durante su encarcelamiento escribió una emotiva carta a su hermano, donde manifiesta el enorme deseo de retomar su carrera de escritor, un fragmento dice: “Hermano, no me siento deprimido. La vida en cualquier parte es vida, vida dentro de uno, no en cosas externas. Junto a mí estarán otros, y la vida es eso, ser un hombre entre la gente y mantenerse hombre, no descorazonarse, ni abatirse por muchas desventuras que acaezcan. Eso es la vida, es la tarea de vivir. Me he dado cuenta de ello y esa idea se me ha metido en la carne y la sangre. Espero que, transcurridos los cuatro años, llegue la posibilidad de tomar una pluma nuevamente, ¡Cuántas cosas imaginadas perecerán, se extinguirán en mi cerebro, o van a derramarse como veneno en mi sangre! ¡Prefiero quince años de prisión con una pluma en la mano! ¡Si no me dejan escribir me muero!”.

Afortunadamente sus ideas no se esfumaron, al salir de la cárcel volvió a escribir con renovados bríos, hasta su muerte en 1881. Varias de sus novelas no han perdido vigencia, pues hablan de la inconsciencia humana, la cual, difícilmente desaparecerá.

Las historias de Dostoievski son universales, seguramente a través de los años, en esa avenida chihuahuense que lleva su nombre, varios habitantes de esa zona han protagonizado de manera involuntaria algunas de sus obras. Por ejemplo, esas “Pobres gentes”, hombres y mujeres que quizá fueron “Humillados y ofendidos”, por “El idiota”, pero más tarde sacaron el orgullo, las mujeres trabajaron muy duro y con el paso del tiempo, varias de ellas se convirtieron en “La patrona”.

“La vida es un don, la vida es dicha, cada minuto puede ser un momento feliz”, frase de Dostoievski que debería estar en algún sitio visible de su avenida.

Siga en Face: @Antes que se nos olvide

esparzadeister@gmail.com


Por: Carlos A. Esparza Deister

La avenida Dostoievski es una importante vialidad de nuestra ciudad, hace algunas décadas se le conocía simplemente como “la calle que está por las maquilas”. Posteriormente fueron estableciéndose innumerables comercios. Luego, varias personas comenzaron a poner puestos o “tendidos” de artículos usados, con el paso del tiempo los vendedores ambulantes incrementaron, hasta convertirse en el famoso “tianguis de la Dosto”.

Pero ¿Quién fue Dostoievski? Probablemente muchos lo saben, pero quizás algunos piensan que fue el inventor de algún artefacto electrónico como los que venden en dicha avenida o tal vez un famoso cantante de ópera o un reconocido político de talla internacional. No, Fedor Dostoyevski o Dostoievski fue uno de los genios literarios más importantes del mundo. Nació en Rusia en 1821, sus obras más importantes son: “Los hermanos Karamasov”, “Crimen y castigo” y “El jugador”. A los 25 años publicó su primera novela, “Pobres gentes”, con un éxito relativo. En ese tiempo se reunía con jóvenes de ideas radicales para la época, donde estudiaban socialismo francés, así mismo, ideaban reformas para su país. Pero realizar esas actividades en Rusia era considerado un delito muy grave, entonces, a los 28 años fue detenido por “conspirador”, casi inmediatamente fue condenado a muerte, pero faltando unos minutos para la ejecución llegó una orden del rey, lo perdonaba, a cambio de cuatro años de trabajos forzados en Siberia.

Durante su encarcelamiento escribió una emotiva carta a su hermano, donde manifiesta el enorme deseo de retomar su carrera de escritor, un fragmento dice: “Hermano, no me siento deprimido. La vida en cualquier parte es vida, vida dentro de uno, no en cosas externas. Junto a mí estarán otros, y la vida es eso, ser un hombre entre la gente y mantenerse hombre, no descorazonarse, ni abatirse por muchas desventuras que acaezcan. Eso es la vida, es la tarea de vivir. Me he dado cuenta de ello y esa idea se me ha metido en la carne y la sangre. Espero que, transcurridos los cuatro años, llegue la posibilidad de tomar una pluma nuevamente, ¡Cuántas cosas imaginadas perecerán, se extinguirán en mi cerebro, o van a derramarse como veneno en mi sangre! ¡Prefiero quince años de prisión con una pluma en la mano! ¡Si no me dejan escribir me muero!”.

Afortunadamente sus ideas no se esfumaron, al salir de la cárcel volvió a escribir con renovados bríos, hasta su muerte en 1881. Varias de sus novelas no han perdido vigencia, pues hablan de la inconsciencia humana, la cual, difícilmente desaparecerá.

Las historias de Dostoievski son universales, seguramente a través de los años, en esa avenida chihuahuense que lleva su nombre, varios habitantes de esa zona han protagonizado de manera involuntaria algunas de sus obras. Por ejemplo, esas “Pobres gentes”, hombres y mujeres que quizá fueron “Humillados y ofendidos”, por “El idiota”, pero más tarde sacaron el orgullo, las mujeres trabajaron muy duro y con el paso del tiempo, varias de ellas se convirtieron en “La patrona”.

“La vida es un don, la vida es dicha, cada minuto puede ser un momento feliz”, frase de Dostoievski que debería estar en algún sitio visible de su avenida.

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