/ sábado 4 de diciembre de 2021

Antes que se nos olvide: Liberando a Manson 

Por: Carlos A. Esparza Deister

A mediados de los años cincuenta, Charles Manson llegó a Los Ángeles, California, procedente de su natal Cincinnati, deseaba ser un rock star y mientras algún productor lo descubría laboró en varias empresas, pero tenía poco talento musical, a nadie le interesó su arte. Entonces se olvidó del trabajo honesto y empezó a delinquir, por lo cual fue detenido en varias ocasiones. Después, a finales de los sesenta, con el movimiento hippie en pleno apogeo, comenzó a reunirse con jóvenes que tenían sus mismos gustos, drogas alucinógenas, racismo y música psicodélica. La gran cantidad de LSD y marihuana que consumía hizo surgir el gurú existencialista que llevaba dentro. Su filosofía impresionó a sus amigos, que comenzaron a verlo como líder, surgiendo el clan, La Familia, conformado en su mayoría por hombres y mujeres adolescentes, Manson tenía más de 30 años. Al principio el grupo parecía inofensivo, máxime, porque el amor y la paz reinaban entre la juventud en esa época, pero las drogas continuaban atrofiando el cerebro de Charles, sus ideas cada vez se hicieron más radicales, entonces convocó a una revolución racial y en 1969 atacó junto con su clan la casa de una joven actriz, Sharon Tate, quien tenía ocho meses de embarazo, los jóvenes estaban completamente trastornados, el desenlace fue fatal, asesinaron cruelmente a Sharon y a cuatro personas más. La infernal revolución continuó, Manson y sus discípulos visitaron otra residencia californiana, donde mataron a un matrimonio.

Posteriormente fueron capturados, eran tres hombres y cuatro mujeres jóvenes que llevaban tatuada una cruz en la frente. Luego de un juicio mediático, fueron sentenciados a cadena perpetua. Manson originalmente sería ejecutado, pero se salvó, pues justo ese año anularon la pena capital en California durante un corto periodo. La muerte llega tarde o temprano, Charles Manson falleció en 2017, a los 83 años; en las entrevistas que concedió mientras estuvo encarcelado siempre mostró el mismo rostro siniestro de cuando lo apresaron y jamás mostró arrepentimiento por lo que hizo.

Charles fue abandonado de pequeño por su madre adolescente. Cuando creció intentó formar una familia, estuvo casado en dos ocasiones, pero fracasaron sus matrimonios. Luego quiso triunfar en el mundo artístico, tampoco pudo. Esas frustraciones se acumularon en su interior, orillándolo a la locura, por supuesto, también influyeron las grandes cantidades de droga que consumía y en un momento determinado todo se salió de control en su vida, convirtiéndose en uno de los personajes más despreciables del siglo XX.

Todos en algún momento de la vida hemos experimentado frustración por no alcanzar un objetivo, claro, no por eso nos convertimos en psicópatas que buscan dañar al prójimo, sin embargo, muchos evidencian sus frustraciones actuando de manera negativa u hostil, afectando el entorno social, por ejemplo, algunos agreden a diestra y siniestra por medio de las redes sociales. Otros gritonean en el tráfico vehicular, a veces hasta intentan embestir a quien osó cruzarse en su camino. Y algunos más liberan su Manson interior agarrándose a golpes mientras hacen una larga fila con tal de conseguir boletos para ver la nueva película del Hombre Araña, No way Home.

Twitter : @carlosaesparza

esparzadeister@gmail.com


Por: Carlos A. Esparza Deister

A mediados de los años cincuenta, Charles Manson llegó a Los Ángeles, California, procedente de su natal Cincinnati, deseaba ser un rock star y mientras algún productor lo descubría laboró en varias empresas, pero tenía poco talento musical, a nadie le interesó su arte. Entonces se olvidó del trabajo honesto y empezó a delinquir, por lo cual fue detenido en varias ocasiones. Después, a finales de los sesenta, con el movimiento hippie en pleno apogeo, comenzó a reunirse con jóvenes que tenían sus mismos gustos, drogas alucinógenas, racismo y música psicodélica. La gran cantidad de LSD y marihuana que consumía hizo surgir el gurú existencialista que llevaba dentro. Su filosofía impresionó a sus amigos, que comenzaron a verlo como líder, surgiendo el clan, La Familia, conformado en su mayoría por hombres y mujeres adolescentes, Manson tenía más de 30 años. Al principio el grupo parecía inofensivo, máxime, porque el amor y la paz reinaban entre la juventud en esa época, pero las drogas continuaban atrofiando el cerebro de Charles, sus ideas cada vez se hicieron más radicales, entonces convocó a una revolución racial y en 1969 atacó junto con su clan la casa de una joven actriz, Sharon Tate, quien tenía ocho meses de embarazo, los jóvenes estaban completamente trastornados, el desenlace fue fatal, asesinaron cruelmente a Sharon y a cuatro personas más. La infernal revolución continuó, Manson y sus discípulos visitaron otra residencia californiana, donde mataron a un matrimonio.

Posteriormente fueron capturados, eran tres hombres y cuatro mujeres jóvenes que llevaban tatuada una cruz en la frente. Luego de un juicio mediático, fueron sentenciados a cadena perpetua. Manson originalmente sería ejecutado, pero se salvó, pues justo ese año anularon la pena capital en California durante un corto periodo. La muerte llega tarde o temprano, Charles Manson falleció en 2017, a los 83 años; en las entrevistas que concedió mientras estuvo encarcelado siempre mostró el mismo rostro siniestro de cuando lo apresaron y jamás mostró arrepentimiento por lo que hizo.

Charles fue abandonado de pequeño por su madre adolescente. Cuando creció intentó formar una familia, estuvo casado en dos ocasiones, pero fracasaron sus matrimonios. Luego quiso triunfar en el mundo artístico, tampoco pudo. Esas frustraciones se acumularon en su interior, orillándolo a la locura, por supuesto, también influyeron las grandes cantidades de droga que consumía y en un momento determinado todo se salió de control en su vida, convirtiéndose en uno de los personajes más despreciables del siglo XX.

Todos en algún momento de la vida hemos experimentado frustración por no alcanzar un objetivo, claro, no por eso nos convertimos en psicópatas que buscan dañar al prójimo, sin embargo, muchos evidencian sus frustraciones actuando de manera negativa u hostil, afectando el entorno social, por ejemplo, algunos agreden a diestra y siniestra por medio de las redes sociales. Otros gritonean en el tráfico vehicular, a veces hasta intentan embestir a quien osó cruzarse en su camino. Y algunos más liberan su Manson interior agarrándose a golpes mientras hacen una larga fila con tal de conseguir boletos para ver la nueva película del Hombre Araña, No way Home.

Twitter : @carlosaesparza

esparzadeister@gmail.com