/ sábado 27 de noviembre de 2021

Antes que se nos olvide: Lo sanguinario es rentable

Por: Carlos A. Esparza Deister

Desde hace unos 12 años, a varias televisoras se les ocurrió realizar narcoseries, al principio no invertían mucho presupuesto, pero cuando los directivos de canales como Telemundo vieron que los índices de audiencia paulatinamente iban incrementando, decidieron realizar más producciones de ese tipo, inyectando mayor capital. Actualmente las narcoseries son súper producciones de alta calidad cinematográfica. Es la carta fuerte de varias televisoras, se transmiten a nivel mundial, con gran éxito, pero es absurdo, ya que es un programa donde de cierta manera, se enaltece al crimen organizado que tanto daño hace. Claro, las televisoras que las difunden señalan que no es apología al narcotráfico, simplemente presentan una historia para otorgar entretenimiento, sin embargo, “El señor de los cielos”, una serie que inició relatando la vida de un narcotraficante, de pronto se convirtió en el producto más exitoso de Telemundo, por obvias razones ya no la soltaron, hasta realizar siete temporadas y se dice que van por la octava. Quizá los escritores ya no saben ni qué inventar, pues el protagonista, Aurelio Casillas, últimamente aparece como una especie de Robin Hood, mezclado con Rambo y Terminator, el cual se ha convertido en ídolo de muchos jovencitos que ven la serie, e independientemente de la manera tan inverosímil en que lo presentan en las últimas temporadas, los jóvenes seguidores saben bien que la serie está inspirada en Amado Carrillo, un sanguinario narco de la vida real y varios en un determinado momento querrán emular sus deplorables hazañas. Y es que toda la atmósfera que envuelve a estos tristes personajes termina por afectar, incluso a quienes participan en ese tipo de series; como es sabido, Rafael Amaya, protagonista de “El señor de los cielos”, quedó atrapado por el halo de poder del personaje que representaba, entonces se volvió algo prepotente, hablaba como Aurelio Casillas fuera de cámaras, e incluso comenzó a involucrarse con verdaderos delincuentes. Empezó a consumir drogas frecuentemente, por lo cual fue recluido en una clínica para tratar su problema de adicciones.

Algo parecido le ocurrió a Kate del Castillo, quien protagonizó “La reina del sur”, historia inspirada en Sandra Ávila, famosa narcotraficante, conocida como “La reina del Pacífico”. Dicha serie también muy exitosa, pero Kate quizá se metió demasiado en su personaje, pues luego ya andaba en la vida real involucrándose con el Chapo Guzmán, metiéndose en serios problemas con autoridades estadounidenses y mexicanas.

Las televisoras producen contenidos que les generen mucho dinero y es válido, pues al fin y al cabo es un negocio, pero con narcoseries sólo atizan más el fuego de un país que está envuelto en llamas.

Por supuesto, si no tuvieran altas audiencias esos programas, las cadenas televisivas dejarían de producirlos, pero tristemente en México y otros países, es más atractiva la vida de un cruel narcotraficante que la de un empresario altruista y honesto. Desgraciadamente lo sanguinario es rentable

***

Mi sentido pésame para nuestro presidente de la AECHI, Alejandro Rueda, por la pérdida de su querida madre, doña Mercedes Moreno. Un abrazo afectuoso para toda la familia.

Twitter :@carlosaesparza

esparzadeister@gmail.com


Por: Carlos A. Esparza Deister

Desde hace unos 12 años, a varias televisoras se les ocurrió realizar narcoseries, al principio no invertían mucho presupuesto, pero cuando los directivos de canales como Telemundo vieron que los índices de audiencia paulatinamente iban incrementando, decidieron realizar más producciones de ese tipo, inyectando mayor capital. Actualmente las narcoseries son súper producciones de alta calidad cinematográfica. Es la carta fuerte de varias televisoras, se transmiten a nivel mundial, con gran éxito, pero es absurdo, ya que es un programa donde de cierta manera, se enaltece al crimen organizado que tanto daño hace. Claro, las televisoras que las difunden señalan que no es apología al narcotráfico, simplemente presentan una historia para otorgar entretenimiento, sin embargo, “El señor de los cielos”, una serie que inició relatando la vida de un narcotraficante, de pronto se convirtió en el producto más exitoso de Telemundo, por obvias razones ya no la soltaron, hasta realizar siete temporadas y se dice que van por la octava. Quizá los escritores ya no saben ni qué inventar, pues el protagonista, Aurelio Casillas, últimamente aparece como una especie de Robin Hood, mezclado con Rambo y Terminator, el cual se ha convertido en ídolo de muchos jovencitos que ven la serie, e independientemente de la manera tan inverosímil en que lo presentan en las últimas temporadas, los jóvenes seguidores saben bien que la serie está inspirada en Amado Carrillo, un sanguinario narco de la vida real y varios en un determinado momento querrán emular sus deplorables hazañas. Y es que toda la atmósfera que envuelve a estos tristes personajes termina por afectar, incluso a quienes participan en ese tipo de series; como es sabido, Rafael Amaya, protagonista de “El señor de los cielos”, quedó atrapado por el halo de poder del personaje que representaba, entonces se volvió algo prepotente, hablaba como Aurelio Casillas fuera de cámaras, e incluso comenzó a involucrarse con verdaderos delincuentes. Empezó a consumir drogas frecuentemente, por lo cual fue recluido en una clínica para tratar su problema de adicciones.

Algo parecido le ocurrió a Kate del Castillo, quien protagonizó “La reina del sur”, historia inspirada en Sandra Ávila, famosa narcotraficante, conocida como “La reina del Pacífico”. Dicha serie también muy exitosa, pero Kate quizá se metió demasiado en su personaje, pues luego ya andaba en la vida real involucrándose con el Chapo Guzmán, metiéndose en serios problemas con autoridades estadounidenses y mexicanas.

Las televisoras producen contenidos que les generen mucho dinero y es válido, pues al fin y al cabo es un negocio, pero con narcoseries sólo atizan más el fuego de un país que está envuelto en llamas.

Por supuesto, si no tuvieran altas audiencias esos programas, las cadenas televisivas dejarían de producirlos, pero tristemente en México y otros países, es más atractiva la vida de un cruel narcotraficante que la de un empresario altruista y honesto. Desgraciadamente lo sanguinario es rentable

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Mi sentido pésame para nuestro presidente de la AECHI, Alejandro Rueda, por la pérdida de su querida madre, doña Mercedes Moreno. Un abrazo afectuoso para toda la familia.

Twitter :@carlosaesparza

esparzadeister@gmail.com