/ sábado 9 de octubre de 2021

Antes que se nos olvide; Salvaje vs Dulce 

Por: Carlos A. Esparza Deister

Para varios especialistas en pugilismo, Walker Smith Jr., mejor conocido como Sugar Ray Robinson, fue el mejor boxeador de todos los tiempos, colocándolo un escalón arriba del legendario Muhammad Ali. Actualmente su nombre está casi olvidado, pero Sugar fue un estupendo boxeador de peso mediano, quien combatió profesionalmente de 1940 a 1965, finalizando su carrera con un impresionante récord de 173 victorias y sólo 19 derrotas. Su primer descalabro jamás lo olvidó, fue contra el neoyorquino de ascendencia italiana, Jake LaMotta, durísimo boxeador que siempre iba al frente. Luego de ese primer combate se enfrentaron cinco ocasiones más, surgiendo así una de las grandes rivalidades del boxeo mundial. Sugar le hizo pagar cara esa primera derrota, ganándole todos los combates posteriores.

LaMotta era buen pugilista, pero indisciplinado y con problemas psicológicos. Su caótica vida llamó la atención del director Martin Scorsese, quien basándose en el libro autobiográfico de Jake, en 1980, filmó “Toro salvaje”, protagonizada por Robert De Niro, la película tuvo un éxito rotundo en taquilla. Posteriormente consiguió ocho nominaciones al Oscar, pero sólo ganó dos categorías, mejor actor y mejor montaje. Filmada en blanco y negro, está entre las mejores cuatro películas deportivas de la historia.

Jake se comportaba realmente como toro en el ring, siempre embistiendo a sus rivales, pero abajo del cuadrilátero era todavía más agresivo. A Joey su único hermano, quien fungía como su entrenador y promotor, en un ataque de paranoia lo golpeó brutalmente. A Vicky, su segunda esposa, una hermosa rubia, con quien se casó cuando ella tenía 16 años y él 25, le daba unas salvajes palizas, impulsado por celos irracionales. En una ocasión, declaró que llegó a golpearla más fuerte que a sus rivales.

Su carrera fue exitosa pero intermitente, el gusto por la vida nocturna y total desinterés por entrenar ocasionaba que perdiera con pugilistas de baja calidad. Además, estuvo involucrado en apuestas boxísticas con la mafia neoyorquina, se dice que un importante capo le propuso dejarse ganar a cambio de 20 mil dólares, Jake aceptó, “cayendo” en el cuarto round ante Billy Fox. Se retiró del pugilismo en 1954, pero las derrotas más dolorosas llegarían después, en 1956 Vicky lo abandonó tras nueve años de infeliz matrimonio. Después, por mala administración perdió el centro nocturno que había comprado. Luego fue encarcelado seis meses por supuesta corrupción de menores. En 1991 murió su hermano Joey. Posteriormente fallecen sus dos hijos varones, Jake de cáncer y Joe en un accidente aéreo; finalmente Vicky, el amor de su vida, murió en 2005 a los 75 años.

Jake terminó su carrera con récord de 83 peleas ganadas y 19 perdidas, mismas derrotas que tuvo Sugar Ray Robinson, pero éste, con 90 peleas más. LaMotta murió en 2017 a los 96 años, mientras Sugar en 1989 a los 67 años. A pesar de su grandeza boxística, Sugar es menos popular que LaMotta, quizá porque Jake vivió más tiempo, pero suele pasar que se recuerda más al villano que al héroe, en este caso la mayoría prefiere lo salvaje sobre lo dulce.

@carlosaesparza

esparzadeister@gmail.com

Por: Carlos A. Esparza Deister

Para varios especialistas en pugilismo, Walker Smith Jr., mejor conocido como Sugar Ray Robinson, fue el mejor boxeador de todos los tiempos, colocándolo un escalón arriba del legendario Muhammad Ali. Actualmente su nombre está casi olvidado, pero Sugar fue un estupendo boxeador de peso mediano, quien combatió profesionalmente de 1940 a 1965, finalizando su carrera con un impresionante récord de 173 victorias y sólo 19 derrotas. Su primer descalabro jamás lo olvidó, fue contra el neoyorquino de ascendencia italiana, Jake LaMotta, durísimo boxeador que siempre iba al frente. Luego de ese primer combate se enfrentaron cinco ocasiones más, surgiendo así una de las grandes rivalidades del boxeo mundial. Sugar le hizo pagar cara esa primera derrota, ganándole todos los combates posteriores.

LaMotta era buen pugilista, pero indisciplinado y con problemas psicológicos. Su caótica vida llamó la atención del director Martin Scorsese, quien basándose en el libro autobiográfico de Jake, en 1980, filmó “Toro salvaje”, protagonizada por Robert De Niro, la película tuvo un éxito rotundo en taquilla. Posteriormente consiguió ocho nominaciones al Oscar, pero sólo ganó dos categorías, mejor actor y mejor montaje. Filmada en blanco y negro, está entre las mejores cuatro películas deportivas de la historia.

Jake se comportaba realmente como toro en el ring, siempre embistiendo a sus rivales, pero abajo del cuadrilátero era todavía más agresivo. A Joey su único hermano, quien fungía como su entrenador y promotor, en un ataque de paranoia lo golpeó brutalmente. A Vicky, su segunda esposa, una hermosa rubia, con quien se casó cuando ella tenía 16 años y él 25, le daba unas salvajes palizas, impulsado por celos irracionales. En una ocasión, declaró que llegó a golpearla más fuerte que a sus rivales.

Su carrera fue exitosa pero intermitente, el gusto por la vida nocturna y total desinterés por entrenar ocasionaba que perdiera con pugilistas de baja calidad. Además, estuvo involucrado en apuestas boxísticas con la mafia neoyorquina, se dice que un importante capo le propuso dejarse ganar a cambio de 20 mil dólares, Jake aceptó, “cayendo” en el cuarto round ante Billy Fox. Se retiró del pugilismo en 1954, pero las derrotas más dolorosas llegarían después, en 1956 Vicky lo abandonó tras nueve años de infeliz matrimonio. Después, por mala administración perdió el centro nocturno que había comprado. Luego fue encarcelado seis meses por supuesta corrupción de menores. En 1991 murió su hermano Joey. Posteriormente fallecen sus dos hijos varones, Jake de cáncer y Joe en un accidente aéreo; finalmente Vicky, el amor de su vida, murió en 2005 a los 75 años.

Jake terminó su carrera con récord de 83 peleas ganadas y 19 perdidas, mismas derrotas que tuvo Sugar Ray Robinson, pero éste, con 90 peleas más. LaMotta murió en 2017 a los 96 años, mientras Sugar en 1989 a los 67 años. A pesar de su grandeza boxística, Sugar es menos popular que LaMotta, quizá porque Jake vivió más tiempo, pero suele pasar que se recuerda más al villano que al héroe, en este caso la mayoría prefiere lo salvaje sobre lo dulce.

@carlosaesparza

esparzadeister@gmail.com