/ sábado 27 de marzo de 2021

Antes que se nos olvide un grito desesperado

Piropear a una mujer en la calle ha sido algo “normal” desde hace décadas en nuestro país, sin embargo paulatinamente se fue saliendo de control, las palabras de admiración se convirtieron en aberraciones que ofenden a la mujer, y como es sabido esto no ha parado ahí, en el transporte público principalmente, muchos hombres además de piropear, se pasan de listos y hacen tocamientos “por accidente “, convirtiéndose en un acoso que lacera la dignidad del sexo femenino.

Debido a esto, en CDMX hace varios años incorporaron en el Metro vagones rosas, exclusivos para mujeres; así mismo, en Guadalajara hay camiones urbanos sólo para damas, lo cual es benéfico, sin embargo eso no será suficiente, mientras existan hombres estúpidos que ven a la mujer como objeto, como un ser inferior a quien pueden ofender y denigrar cuando se les antoje.

En las familias se debe inculcar respeto hacia la mujer, no sólo de palabra, sino comulgar con el ejemplo, de nada sirve que el padre regañe al niño que ofende a su hermana, si se da media vuelta para tratar mal a su esposa.

Los padres deben ser muy cuidadosos con su vocabulario, una palabra ofensiva contra el sexo femenino puede ocasionar pensamientos de superioridad en el hombre y baja autoestima en la mujer, ella probablemente en algún momento de su vida permitirá que pisoteen su dignidad, por citar un ejemplo, hace aproximadamente año y medio, circuló en redes sociales un video donde un joven veinteañero, a plena luz del día, desnuda afuera de un Oxxo a una muchachita de unos 18 años, luego le hace tocamientos grotescos, la jovencita con sonrisa fingida, sigue el “juego” pero luce incómoda, se trata de una agresión sexual y ella lamentablemente lo permite, quizá por verse como una mujer atrevida o hacerse “famosa” en redes sociales.

Es evidente que tiene una autoestima muy baja, mientras su acompañante es un enfermo mental al cual no le enseñaron respetar a una mujer.

Padre y madre de familia tienen la responsabilidad de inculcar respeto por las mujeres, claro, esto los sabemos todos, pero muchos no lo hacen, ocasionando que algunos varones se comporten como animales ante una mujer. Muchos todavía no comprenden que cuando una mujer dice No, es No, aun cuando haya accedido a tomarse unos tragos. Así mismo, los padres deben enseñar a sus hijas a no ser tan confiadas, mencionar una y otra vez de manera cruda los peligros que existen.

Las mujeres están hartas de permanecer en silencio, fastidiadas de ir por las calles con temor, de caminar sin plena libertad, hartas que su vestimenta se malinterprete, odian el acoso. Están angustiadas porque muchas de ellas han perdido una hija y las autoridades hacen poco para ayudarlas, por eso se han manifestado, algunas veces de manera violenta, dañando edificios, es un grito desesperado para llamar la atención de autoridades y para sentirse arropadas por la sociedad.

@carlosaesparza

esparzadeister@gmail.com

Piropear a una mujer en la calle ha sido algo “normal” desde hace décadas en nuestro país, sin embargo paulatinamente se fue saliendo de control, las palabras de admiración se convirtieron en aberraciones que ofenden a la mujer, y como es sabido esto no ha parado ahí, en el transporte público principalmente, muchos hombres además de piropear, se pasan de listos y hacen tocamientos “por accidente “, convirtiéndose en un acoso que lacera la dignidad del sexo femenino.

Debido a esto, en CDMX hace varios años incorporaron en el Metro vagones rosas, exclusivos para mujeres; así mismo, en Guadalajara hay camiones urbanos sólo para damas, lo cual es benéfico, sin embargo eso no será suficiente, mientras existan hombres estúpidos que ven a la mujer como objeto, como un ser inferior a quien pueden ofender y denigrar cuando se les antoje.

En las familias se debe inculcar respeto hacia la mujer, no sólo de palabra, sino comulgar con el ejemplo, de nada sirve que el padre regañe al niño que ofende a su hermana, si se da media vuelta para tratar mal a su esposa.

Los padres deben ser muy cuidadosos con su vocabulario, una palabra ofensiva contra el sexo femenino puede ocasionar pensamientos de superioridad en el hombre y baja autoestima en la mujer, ella probablemente en algún momento de su vida permitirá que pisoteen su dignidad, por citar un ejemplo, hace aproximadamente año y medio, circuló en redes sociales un video donde un joven veinteañero, a plena luz del día, desnuda afuera de un Oxxo a una muchachita de unos 18 años, luego le hace tocamientos grotescos, la jovencita con sonrisa fingida, sigue el “juego” pero luce incómoda, se trata de una agresión sexual y ella lamentablemente lo permite, quizá por verse como una mujer atrevida o hacerse “famosa” en redes sociales.

Es evidente que tiene una autoestima muy baja, mientras su acompañante es un enfermo mental al cual no le enseñaron respetar a una mujer.

Padre y madre de familia tienen la responsabilidad de inculcar respeto por las mujeres, claro, esto los sabemos todos, pero muchos no lo hacen, ocasionando que algunos varones se comporten como animales ante una mujer. Muchos todavía no comprenden que cuando una mujer dice No, es No, aun cuando haya accedido a tomarse unos tragos. Así mismo, los padres deben enseñar a sus hijas a no ser tan confiadas, mencionar una y otra vez de manera cruda los peligros que existen.

Las mujeres están hartas de permanecer en silencio, fastidiadas de ir por las calles con temor, de caminar sin plena libertad, hartas que su vestimenta se malinterprete, odian el acoso. Están angustiadas porque muchas de ellas han perdido una hija y las autoridades hacen poco para ayudarlas, por eso se han manifestado, algunas veces de manera violenta, dañando edificios, es un grito desesperado para llamar la atención de autoridades y para sentirse arropadas por la sociedad.

@carlosaesparza

esparzadeister@gmail.com