/ lunes 1 de agosto de 2022

Aplaudir lo plausible: la economía

Por: Amín Anchondo

El mexicano, por cultura, está acostumbrado a exponenciar las desgracias y reservarse las ganaditas. Así nos educaron desde que nos colonizaron. El malinchismo se enquista en nosotros y sólo vemos bien lo que hacen los demás, pero raramente nos reconocemos como fuertes frente a otro país. “A la mexicana” se convirtió en una frase para referirse a algo mal hecho. Este ejemplo nos clarifica nuestra forma inconsciente de vernos como mexicanos. Lo mismo pasa en otros sentidos. Urge cambiar esta narrativa cultural si queremos llegar a ser una potencia económica aún más fuerte. No podemos vender al país como un lugar ideal si no reconocemos y hablamos de nuestras virtudes.

La cosa se pone peor cuando queremos hablar mal de un personaje político o de un partido en el gobierno, porque tendemos a exagerar las malas noticias para hacerlos quedar mal pero nos llevamos entre las patas la reputación del país o de nuestra entidad. Eso nos ha nublado la vista a todos, al grado que no logramos reconocer los avances que vamos teniendo como sociedad, por sólo estar abrumados con los grandes problemas.

La oposición en este país ha jugado un juego que a nadie nos gusta. Se ha convertido en esa persona que todos odiamos porque siempre se está quejando de todo, no le ve el lado positivo a nada y sólo habla mal de los demás. Esa persona tampoco aporta la coperacha cuando se le pide y siempre se hace pato a la hora de las actividades. Sabemos que esa persona juzga todo pero tiene un relajo en su vida personal. Ese estereotipo de persona es la oposición hoy en día. Por lo tanto, nadie le cree y nadie quiere saber de ella. Mucho menos elegir como líder del grupo.

Escribí todo lo anterior para poder explicar el sesgo que tenemos al reconocer lo positivo que vamos macroeconómicamente. Esta semana salieron datos del INEGI, del Fondo Monetario Internacional y de diferentes organismos internacionales que dicen que la economía de México está fuerte. Por ejemplo, el peso mexicano es la moneda más fuerte en el mundo frente al dólar. Otro dato es que por primera vez en muchos años, la economía de México va a crecer más que la de Estados Unidos. Esto rompe la creencia de que si a Estados Unidos le da un resfriado, a nosotros nos pega una pulmonía. Y por último, el dólar ha bajado. Esto sólo se debe a una buena política monetaria que se compone de muchos factores diferentes. Esto es sumamente presumible en el ámbito mundial y es algo que todos deberíamos estar replicando en todas las mesas donde estemos.

En nuestro estado también hay muchas cosas que debemos reconocer de la fortaleza que tenemos económicamente. Obviamente hay muchas cosas por hacer y fortalecer, pero es innegable la dinámica económica que existe. Escribí la semana pasada acerca de los niveles positivos de empleo que tenemos en nuestro estado, al menos en cierto nivel salarial.

Todo lo anterior puede ser a pesar del gobierno o gracias al gobierno, pero es lo que tenemos y debemos reconocerlo como tal. Hablemos bien de México.


Por: Amín Anchondo

El mexicano, por cultura, está acostumbrado a exponenciar las desgracias y reservarse las ganaditas. Así nos educaron desde que nos colonizaron. El malinchismo se enquista en nosotros y sólo vemos bien lo que hacen los demás, pero raramente nos reconocemos como fuertes frente a otro país. “A la mexicana” se convirtió en una frase para referirse a algo mal hecho. Este ejemplo nos clarifica nuestra forma inconsciente de vernos como mexicanos. Lo mismo pasa en otros sentidos. Urge cambiar esta narrativa cultural si queremos llegar a ser una potencia económica aún más fuerte. No podemos vender al país como un lugar ideal si no reconocemos y hablamos de nuestras virtudes.

La cosa se pone peor cuando queremos hablar mal de un personaje político o de un partido en el gobierno, porque tendemos a exagerar las malas noticias para hacerlos quedar mal pero nos llevamos entre las patas la reputación del país o de nuestra entidad. Eso nos ha nublado la vista a todos, al grado que no logramos reconocer los avances que vamos teniendo como sociedad, por sólo estar abrumados con los grandes problemas.

La oposición en este país ha jugado un juego que a nadie nos gusta. Se ha convertido en esa persona que todos odiamos porque siempre se está quejando de todo, no le ve el lado positivo a nada y sólo habla mal de los demás. Esa persona tampoco aporta la coperacha cuando se le pide y siempre se hace pato a la hora de las actividades. Sabemos que esa persona juzga todo pero tiene un relajo en su vida personal. Ese estereotipo de persona es la oposición hoy en día. Por lo tanto, nadie le cree y nadie quiere saber de ella. Mucho menos elegir como líder del grupo.

Escribí todo lo anterior para poder explicar el sesgo que tenemos al reconocer lo positivo que vamos macroeconómicamente. Esta semana salieron datos del INEGI, del Fondo Monetario Internacional y de diferentes organismos internacionales que dicen que la economía de México está fuerte. Por ejemplo, el peso mexicano es la moneda más fuerte en el mundo frente al dólar. Otro dato es que por primera vez en muchos años, la economía de México va a crecer más que la de Estados Unidos. Esto rompe la creencia de que si a Estados Unidos le da un resfriado, a nosotros nos pega una pulmonía. Y por último, el dólar ha bajado. Esto sólo se debe a una buena política monetaria que se compone de muchos factores diferentes. Esto es sumamente presumible en el ámbito mundial y es algo que todos deberíamos estar replicando en todas las mesas donde estemos.

En nuestro estado también hay muchas cosas que debemos reconocer de la fortaleza que tenemos económicamente. Obviamente hay muchas cosas por hacer y fortalecer, pero es innegable la dinámica económica que existe. Escribí la semana pasada acerca de los niveles positivos de empleo que tenemos en nuestro estado, al menos en cierto nivel salarial.

Todo lo anterior puede ser a pesar del gobierno o gracias al gobierno, pero es lo que tenemos y debemos reconocerlo como tal. Hablemos bien de México.