Es asombroso que una personalidad como la de Vargas Llosa dedique unos minutos a hablar sobre la situación política de México, seguro ve reflejada su historia política y la de su país en lo que está viviéndose aquí, hoy. Mario Vargas Llosa fue candidato a presidente por Perú en 1990 y optó por una campaña con promesas reales, cero populistas; se fio de su fama de escritor, de su pulcro currículo, de su conocimiento de la historia del mundo y las letras. Pero el pueblo lee poco, las promesas de su adversario, Alberto Fujimori, dirigidas a la población más pobre, hicieron que se identificara con él y lo llevaron al poder. Para 1992 Fujimori, elegido democráticamente por quienes creían en él, disolvió el Congreso y a esto siguió una larga década de engaños, matanzas y saqueos que todavía no termina. ¿Se imagina usted, querido lector, que para 2020 se disuelva el Congreso aquí en México? Puede suceder, sobre todo si gana el candidato que hace alarde de que le valen… las instituciones.
Mario Vargas Llosa fue quien le puso el nombre correcto a la política mexicana, en tiempos de la no expresión, cuando dijo en televisión en 1990, frente a Octavio Paz que México vivía la DICTADURA PERFECTA: “Una dictadura camuflada… que reclutó a los intelectuales… sobornándolos”. Y bueno, al otro día Octavio Paz (que no le gustó que le dijeran “vendido”), el priismo y el consorcio televisivo se pelearon por pagarle el avión que salía más temprano a Perú, con la exigencia de que no regresara a decirles sus verdades.
Que Mario Vargas Llosa, premio nobel de Literatura en 2010, sabio y conocedor de las dictaduras de América Latina (léase su novela “La fiesta del chivo”, sobre la dictadura de Trujillo en República Dominicana), y además recién casado con la bella Isabel Preysler (ex esposa de Julio Iglesias y mamá del guapo Enrique Iglesias) dé su opinión política sobre México, es una suerte.
Él dice que teme un suicidio electoral en México, es decir que después de haber alcanzado tal desarrollo en democracia volvamos a la dictadura si votamos por ya saben quién.
Amable lector, la única manera de evitar que la historia se repita es conociéndola. Hay que escuchar a los expertos.
Namasté
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