/ sábado 4 de diciembre de 2021

Autoestima: “Muchos pensamientos... un solo equipo”

Por: Carlos González Fernández

“DESDE CUALQUIER ÁNGULO EN EL ENTORNO” refiere ese sentimiento tan exclusivo como es la autoestima; una definición, entre otras, es aquella que significa la liberación de la cadena interna para sentirte bien; es el amor propio y la capacidad de tener confianza y respeto por sí mismo; lo que pienso y siento por mi forma de ser física y mental que tiene que ver con una personalidad independiente que canta a su propio yo y que denota el grado de satisfacción favorable o insatisfacción de uno mismo para sí mismo.

Decían dos mexicanos/con sus respectivos “pomos”/para qué nos lamentamos/si nos la mentamos solos/y esté México que amamos/es un México de todos/aunque estemos como estamos/porque somos como somos... (Güémez). Y si no fuéramos como somos/no estaríamos como estamos. Los seres humanos necesitamos que los demás nos acepten como somos: gordos, flacos, negros, blancos o amarillos, por lo tanto, la autoestima de ser primero para cada quien antes de ser para los demás, es básicamente importante porque la ausencia de autoestima procrea severos problemas personales que derivan en traumas y frustraciones que conducen al escape de la realidad y es entonces que nos refugiamos en las drogas y/o el alcohol, nos mostramos a la defensiva en nuestras relaciones, nos volvemos comilones impulsivos y simple, sencilla y llanamente, escapamos de la realidad por no tener una autoestima adecuada o por una autoestima baja, nos volvemos escapistas de nuestra realidad.

Naturalmente la autoestima se ve influenciada en las distintas etapas de la vida: niñez, pubertad, juventud, madurez y vejez, en esencia con la identidad que es la concordancia estricta del ser consigo mismo; sin duda, la autoestima varía de acuerdo con nuestra imagen; gordo, flaco, alto, chaparro, complexión, etc., pero, sobre todo por nuestra forma de ser: obedientes, respetuosos, por nuestras creencias, conflictos, amarguras, egoísmos, rencores, etc. La autoestima debe robustecerse para cambiar de una autoestima baja a una autoestima alta; disfrutar la vida y las cosas, brindar afecto, capacidad de amar, sinceridad y congruencia, disfrutar los momentos gratos y aceptar los ingratos, aceptar los errores y corregirlos, buscar la superación, ser entregado a las tareas con alegría, ayudar al prójimo, ser feliz, pero fundamentalmente sin vicios y adicciones...

El ser humano puede ser bueno o malo, bonito, agraciado o lo contrario, pero para impedir que se dañe la autoestima, se requieren pensamientos positivos y generar relaciones respetuosas con buenos sentimientos con la pareja, familiares y amigos, en el ámbito laboral y deportivo; en conjunto o interpersonales, independientemente con los talentos con que se cuente, pensar y sentir en participar en un mundo mejor, bajo la premisa de que si sirvo a mi entorno con sinceridad en vez de servirme de los demás. cargofe7@hotmail.com

Por: Carlos González Fernández

“DESDE CUALQUIER ÁNGULO EN EL ENTORNO” refiere ese sentimiento tan exclusivo como es la autoestima; una definición, entre otras, es aquella que significa la liberación de la cadena interna para sentirte bien; es el amor propio y la capacidad de tener confianza y respeto por sí mismo; lo que pienso y siento por mi forma de ser física y mental que tiene que ver con una personalidad independiente que canta a su propio yo y que denota el grado de satisfacción favorable o insatisfacción de uno mismo para sí mismo.

Decían dos mexicanos/con sus respectivos “pomos”/para qué nos lamentamos/si nos la mentamos solos/y esté México que amamos/es un México de todos/aunque estemos como estamos/porque somos como somos... (Güémez). Y si no fuéramos como somos/no estaríamos como estamos. Los seres humanos necesitamos que los demás nos acepten como somos: gordos, flacos, negros, blancos o amarillos, por lo tanto, la autoestima de ser primero para cada quien antes de ser para los demás, es básicamente importante porque la ausencia de autoestima procrea severos problemas personales que derivan en traumas y frustraciones que conducen al escape de la realidad y es entonces que nos refugiamos en las drogas y/o el alcohol, nos mostramos a la defensiva en nuestras relaciones, nos volvemos comilones impulsivos y simple, sencilla y llanamente, escapamos de la realidad por no tener una autoestima adecuada o por una autoestima baja, nos volvemos escapistas de nuestra realidad.

Naturalmente la autoestima se ve influenciada en las distintas etapas de la vida: niñez, pubertad, juventud, madurez y vejez, en esencia con la identidad que es la concordancia estricta del ser consigo mismo; sin duda, la autoestima varía de acuerdo con nuestra imagen; gordo, flaco, alto, chaparro, complexión, etc., pero, sobre todo por nuestra forma de ser: obedientes, respetuosos, por nuestras creencias, conflictos, amarguras, egoísmos, rencores, etc. La autoestima debe robustecerse para cambiar de una autoestima baja a una autoestima alta; disfrutar la vida y las cosas, brindar afecto, capacidad de amar, sinceridad y congruencia, disfrutar los momentos gratos y aceptar los ingratos, aceptar los errores y corregirlos, buscar la superación, ser entregado a las tareas con alegría, ayudar al prójimo, ser feliz, pero fundamentalmente sin vicios y adicciones...

El ser humano puede ser bueno o malo, bonito, agraciado o lo contrario, pero para impedir que se dañe la autoestima, se requieren pensamientos positivos y generar relaciones respetuosas con buenos sentimientos con la pareja, familiares y amigos, en el ámbito laboral y deportivo; en conjunto o interpersonales, independientemente con los talentos con que se cuente, pensar y sentir en participar en un mundo mejor, bajo la premisa de que si sirvo a mi entorno con sinceridad en vez de servirme de los demás. cargofe7@hotmail.com