/ lunes 1 de marzo de 2021

¡Ay, Chihuahua! Chihuahua, #1 en hostigamiento sexual

Mujeres, ¿a quiénes de ustedes no les han tan tocado alguna parte del cuerpo de forma innecesaria?, ¿a quiénes no las han saludado con abrazos o besos con una familiaridad que no tienen con esa persona?, ¿a quiénes no les han dicho frases ofensivas mientras caminan por la calle, la escuela o el trabajo? Hombres, ¿quiénes no han realizado invitaciones no deseadas y persistentes para salir a una cita?, ¿quiénes no han hablado de mujeres con insultos y burlas de naturaleza sexual refiriéndose a compañeras de trabajo, amigas o simples desconocidas?

Estoy segura de que la respuesta a todas estas preguntas será: sí, algunas veces o: sí, muchas veces. Pocas serán las exentas. Yo no lo soy. Como mujer, he pasado por todas esas situaciones. La violencia de género en contra de las mujeres está presente en cada una de las esferas en donde me desenvuelvo, donde muchas mujeres nos desarrollamos.

El hostigamiento sexual en contra de las mujeres es tan cotidiano como el día y la noche. En los comentarios aparentemente inofensivos, en “bromas”, en ofensas disfrazadas de “piropos”, en proposiciones reiteradas e insistentes, en propuestas donde las posiciones jerárquicas son evidentes, en donde el quid pro quo parece que es la única solución y que es obligatorio.

De acuerdo con el primer informe de 2021 del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sensp), Chihuahua se colocó como el primer lugar nacional en hostigamiento sexual en enero de este año. Del total de las llamadas en el país (563 llamadas al 911), en Chihuahua se registraron 76, lo que constituye el 13.5%, seguido de Guanajuato y Ciudad de México.

El Secretariado señala que las llamadas registran probables incidentes de emergencia con base en la percepción de la persona que la realiza. Este lugar no hace más que continuar con la tendencia en el estado, pues el año pasado fue también el primer lugar al registrar mil 118 casos sobre posible hostigamiento sexual.

Si bien el hostigamiento es un foco naranja, esto no se queda ahí, ya que en cuanto al abuso sexual (delito que sin el consentimiento de una persona y sin el propósito de llegar a la cópula, ejecute en ella un acto sexual o la obligue a ejecutarlo) en Chihuahua se registraron 36 llamadas de 357 llamadas.

Lo que sigue después de esto es la forma más extrema de violencia en contra de las mujeres, el feminicidio, y también ahí lamentablemente estamos entre los primeros lugares en el ámbito nacional. El último reporte de la ONU Mujeres sobre Violencia Feminicida en México señala que Ciudad Juárez y Chihuahua, junto con otros cinco municipios de diferentes estados, tienen las tasas más elevadas de defunciones femeninas con presunción de homicidio.

Así pues, es posible decir que el hostigamiento sexual es una causal (entre muchas otras) que puede terminar en feminicidio. Al tratarse de un problema estructural, se debe resolver a través de soluciones estructurales, es decir, a través de políticas públicas transversales, que involucren a la educación básica, instituciones de salud pública, de procuración e impartición de justicia, entre otras.

Hace falta que autoridades de los tres niveles de gobierno realmente conozcan y se comprometan a aplicar estas soluciones con perspectiva de género. No es suficiente autodenominarse “simpatizante de las causas de las mujeres”, como lo dice el gobernador, ni tampoco suponer que, por ser mujer, se gobierna con perspectiva de género, como es el caso de la alcaldesa. Hace falta mucho más.


Mujeres, ¿a quiénes de ustedes no les han tan tocado alguna parte del cuerpo de forma innecesaria?, ¿a quiénes no las han saludado con abrazos o besos con una familiaridad que no tienen con esa persona?, ¿a quiénes no les han dicho frases ofensivas mientras caminan por la calle, la escuela o el trabajo? Hombres, ¿quiénes no han realizado invitaciones no deseadas y persistentes para salir a una cita?, ¿quiénes no han hablado de mujeres con insultos y burlas de naturaleza sexual refiriéndose a compañeras de trabajo, amigas o simples desconocidas?

Estoy segura de que la respuesta a todas estas preguntas será: sí, algunas veces o: sí, muchas veces. Pocas serán las exentas. Yo no lo soy. Como mujer, he pasado por todas esas situaciones. La violencia de género en contra de las mujeres está presente en cada una de las esferas en donde me desenvuelvo, donde muchas mujeres nos desarrollamos.

El hostigamiento sexual en contra de las mujeres es tan cotidiano como el día y la noche. En los comentarios aparentemente inofensivos, en “bromas”, en ofensas disfrazadas de “piropos”, en proposiciones reiteradas e insistentes, en propuestas donde las posiciones jerárquicas son evidentes, en donde el quid pro quo parece que es la única solución y que es obligatorio.

De acuerdo con el primer informe de 2021 del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sensp), Chihuahua se colocó como el primer lugar nacional en hostigamiento sexual en enero de este año. Del total de las llamadas en el país (563 llamadas al 911), en Chihuahua se registraron 76, lo que constituye el 13.5%, seguido de Guanajuato y Ciudad de México.

El Secretariado señala que las llamadas registran probables incidentes de emergencia con base en la percepción de la persona que la realiza. Este lugar no hace más que continuar con la tendencia en el estado, pues el año pasado fue también el primer lugar al registrar mil 118 casos sobre posible hostigamiento sexual.

Si bien el hostigamiento es un foco naranja, esto no se queda ahí, ya que en cuanto al abuso sexual (delito que sin el consentimiento de una persona y sin el propósito de llegar a la cópula, ejecute en ella un acto sexual o la obligue a ejecutarlo) en Chihuahua se registraron 36 llamadas de 357 llamadas.

Lo que sigue después de esto es la forma más extrema de violencia en contra de las mujeres, el feminicidio, y también ahí lamentablemente estamos entre los primeros lugares en el ámbito nacional. El último reporte de la ONU Mujeres sobre Violencia Feminicida en México señala que Ciudad Juárez y Chihuahua, junto con otros cinco municipios de diferentes estados, tienen las tasas más elevadas de defunciones femeninas con presunción de homicidio.

Así pues, es posible decir que el hostigamiento sexual es una causal (entre muchas otras) que puede terminar en feminicidio. Al tratarse de un problema estructural, se debe resolver a través de soluciones estructurales, es decir, a través de políticas públicas transversales, que involucren a la educación básica, instituciones de salud pública, de procuración e impartición de justicia, entre otras.

Hace falta que autoridades de los tres niveles de gobierno realmente conozcan y se comprometan a aplicar estas soluciones con perspectiva de género. No es suficiente autodenominarse “simpatizante de las causas de las mujeres”, como lo dice el gobernador, ni tampoco suponer que, por ser mujer, se gobierna con perspectiva de género, como es el caso de la alcaldesa. Hace falta mucho más.