/ lunes 7 de junio de 2021

Azul

Por Mario Ramírez

Esto no es una columna deportiva, esto es una carta de reconocimiento, un escrito para aquellos que nunca abandonaron el barco, una manifestación de respeto para los que se quedaron, se hundieron y se ahogaron en él más de una vez, para ustedes que lloraron, sufrieron, cayeron y aun así decidieron continuar, este es un texto dirigido a todos los verdaderos aficionados del Club Deportivo Cruz Azul. Esta es una carta para ti, amigo azul.

¿Qué van a saber de fidelidad aquellos seres humanos que nunca han apoyado a un equipo deportivo? ¿Qué van a saber de amor las personas que nunca han llevado literalmente en su corazón el escudo de un club? ¿Qué van a saber de lealtad aquellas personas que no le van a Cruz Azul? Dicen que el amor duele y que si duele es una buena señal, y a ti, afición azul, te dolió muchísimo y por mucho tiempo. Insólitos sucesos dentro de la cancha daban a entender que tu maldición no era cosa de ficción y que era la mera realidad. El penal no marcado a Villaluz, la voltereta en el tecnológico, el insoportable gol del portero en el último segundo, etc. México encontró los argumentos para dejar de creer en tu color azul y muchos seguidores que jactaban de ser azules de corazón abandonaron el club. Es necesario hacer énfasis en el dolor para saborear más la gloria, muchas veces no se dimensiona un logro en el presente hasta que se voltea a ver al pasado.

Empezaste este Guardianes 2021 con sed de venganza por cómo finalizaste el torneo anterior y terminaste exagerando. Vengaste tus últimas dos finales ante América arrebatándole el liderato general, vengaste en cuartos tu final del Apertura 2008 contra Toluca recordando el golpe a Villaluz y la espalda de Yosgart, vengaste la final que empezó con la mala racha en 1999 contra Pachuca en semifinales y vengaste la final del Clausura 2008 contra Santos en la misma instancia. Arrasaste con todo y todos. El campeonato más poético en la historia del fútbol mexicano.

Amigo azul, quiero decirte que hoy te envidio y te respeto. Resististe todo, burlas, bullying, memes y finales perdidas. A pesar de todo eso tú nunca dejaste de ponerte ese jersey, nunca dejaste de festejar un gol, nunca dejaste de ir al estadio y nunca dejaste que muriera tu ilusión. Te costó mucho, te costó todo, gritos, lágrimas, decepciones y frustraciones. Aguantaste a una directiva corrupta, aguantaste jugadores de poca sangre, aguantaste entrenadores de medio pelo, aguantaste la invención de un verbo que insultaba tu historia, aguantaste 23 años y medio, 47 torneos, 281 meses, aguantaste 8575 días. No tengo dudas de cómo fue que te hiciste inmune ante todo, te hiciste fuerte en la adversidad y seguiste creciendo. Hoy terminaste un torneo prácticamente perfecto, con récord de victorias, con el liderato general, con un plantel completísimo y con un director técnico diferente y realmente capaz que conocía tus entrañas. Hoy vuelves a sentirte como en tu maravillosa década de los 70s, pues tu futuro luce muy prometedor.

Así que festéjalo, grítalo, llóralo y sobre todo presúmelo, restriégaselo en la cara a ese aficionado que se bajó del barco y a ese rival que se burlaba porque seguías creyendo. Tarde o temprano el amor con amor se paga, fuiste puesto a prueba ante todo y de alguna improbable manera sobreviviste para hoy poder ser llamado… campeón.


Por Mario Ramírez

Esto no es una columna deportiva, esto es una carta de reconocimiento, un escrito para aquellos que nunca abandonaron el barco, una manifestación de respeto para los que se quedaron, se hundieron y se ahogaron en él más de una vez, para ustedes que lloraron, sufrieron, cayeron y aun así decidieron continuar, este es un texto dirigido a todos los verdaderos aficionados del Club Deportivo Cruz Azul. Esta es una carta para ti, amigo azul.

¿Qué van a saber de fidelidad aquellos seres humanos que nunca han apoyado a un equipo deportivo? ¿Qué van a saber de amor las personas que nunca han llevado literalmente en su corazón el escudo de un club? ¿Qué van a saber de lealtad aquellas personas que no le van a Cruz Azul? Dicen que el amor duele y que si duele es una buena señal, y a ti, afición azul, te dolió muchísimo y por mucho tiempo. Insólitos sucesos dentro de la cancha daban a entender que tu maldición no era cosa de ficción y que era la mera realidad. El penal no marcado a Villaluz, la voltereta en el tecnológico, el insoportable gol del portero en el último segundo, etc. México encontró los argumentos para dejar de creer en tu color azul y muchos seguidores que jactaban de ser azules de corazón abandonaron el club. Es necesario hacer énfasis en el dolor para saborear más la gloria, muchas veces no se dimensiona un logro en el presente hasta que se voltea a ver al pasado.

Empezaste este Guardianes 2021 con sed de venganza por cómo finalizaste el torneo anterior y terminaste exagerando. Vengaste tus últimas dos finales ante América arrebatándole el liderato general, vengaste en cuartos tu final del Apertura 2008 contra Toluca recordando el golpe a Villaluz y la espalda de Yosgart, vengaste la final que empezó con la mala racha en 1999 contra Pachuca en semifinales y vengaste la final del Clausura 2008 contra Santos en la misma instancia. Arrasaste con todo y todos. El campeonato más poético en la historia del fútbol mexicano.

Amigo azul, quiero decirte que hoy te envidio y te respeto. Resististe todo, burlas, bullying, memes y finales perdidas. A pesar de todo eso tú nunca dejaste de ponerte ese jersey, nunca dejaste de festejar un gol, nunca dejaste de ir al estadio y nunca dejaste que muriera tu ilusión. Te costó mucho, te costó todo, gritos, lágrimas, decepciones y frustraciones. Aguantaste a una directiva corrupta, aguantaste jugadores de poca sangre, aguantaste entrenadores de medio pelo, aguantaste la invención de un verbo que insultaba tu historia, aguantaste 23 años y medio, 47 torneos, 281 meses, aguantaste 8575 días. No tengo dudas de cómo fue que te hiciste inmune ante todo, te hiciste fuerte en la adversidad y seguiste creciendo. Hoy terminaste un torneo prácticamente perfecto, con récord de victorias, con el liderato general, con un plantel completísimo y con un director técnico diferente y realmente capaz que conocía tus entrañas. Hoy vuelves a sentirte como en tu maravillosa década de los 70s, pues tu futuro luce muy prometedor.

Así que festéjalo, grítalo, llóralo y sobre todo presúmelo, restriégaselo en la cara a ese aficionado que se bajó del barco y a ese rival que se burlaba porque seguías creyendo. Tarde o temprano el amor con amor se paga, fuiste puesto a prueba ante todo y de alguna improbable manera sobreviviste para hoy poder ser llamado… campeón.