/ sábado 7 de diciembre de 2019

¿Banco de niños?

Desde hace casi 20 años, ante el abandono de niños en autos, calles, parques y basureros, Alemania desarrolló una alternativa que le permite libertad a la mujer, al mismo tiempo que no desampara a los niños no deseados. Ya no “hay que matarlos para que no sufran”, como proponía una neofeminista comunista local hace un tiempo. Esto es con o sin una constitución “confesional”. No se puede andar hablando del derecho de matar (abortar) mientras se hace alarde de “derechos humanos”.

Se trata de algo como un “banco de niños”, un lugar donde pueden acudir las mamás a depositar a los niños no deseados. Tienen la garantía de que no serán filmadas ni fotografiadas.

El depósito de niños no deseados se hace discretamente y sin compromisos. Una vez que el niño es introducido en una pequeña puerta, suena una alarma interior la que activa una cámara de video, monitoreando al bebé hasta que acude una enfermera.

Si bien esta iniciativa que tuvo el gobierno de Alemania despertó críticas tales como que el proyecto era “un centro de reciclado”, o que se crean niños desechables, la realidad es que seguramente evitará la muerte de muchos niños inocentes. Si la intención de la mamá es deshacerse de su bebé, al menos si ahora lo hace, ya no tendrá en su conciencia su muerte, aunque sí su abandono aunque sea en manos seguras. Los niños y niñas recibidos son dados en adopción.

A las mamás que han abandonado a sus hijos en dicho “banco” se les da la oportunidad de regresar por su bebé si es que se arrepienten, por lo que los niños se quedan en dicho lugar por dos meses. Luego se les manda a orfanatos, los cuales tienen la responsabilidad de ponerlos en adopción a la mayor brevedad, garantizando que quedarán en familias que los quieran y que los puedan mantener.

Un banco de esta naturaleza en nuestro país podría cubrir varias necesidades. Primero, la del respeto a la vida de toda persona. Segundo, la de permitirle a la mamá que no quiera a su bebé la libertad de disponer de él sin compromisos. Tercero, la de darle al bebé la oportunidad de ser “alguien”, a través de padres adoptivos que sí lo quieran. Y cuarto, le permitiría a aquellas personas que se han robado infantes, a entregarlos sin correr el riesgo de ser capturados. Sólo habría que garantizar que la corrupción de la 4T estuviera ausente de dicha institución, pues si nos descuidamos, podría convertirse en un banco de órganos y de ganancia personal.

Desde hace casi 20 años, ante el abandono de niños en autos, calles, parques y basureros, Alemania desarrolló una alternativa que le permite libertad a la mujer, al mismo tiempo que no desampara a los niños no deseados. Ya no “hay que matarlos para que no sufran”, como proponía una neofeminista comunista local hace un tiempo. Esto es con o sin una constitución “confesional”. No se puede andar hablando del derecho de matar (abortar) mientras se hace alarde de “derechos humanos”.

Se trata de algo como un “banco de niños”, un lugar donde pueden acudir las mamás a depositar a los niños no deseados. Tienen la garantía de que no serán filmadas ni fotografiadas.

El depósito de niños no deseados se hace discretamente y sin compromisos. Una vez que el niño es introducido en una pequeña puerta, suena una alarma interior la que activa una cámara de video, monitoreando al bebé hasta que acude una enfermera.

Si bien esta iniciativa que tuvo el gobierno de Alemania despertó críticas tales como que el proyecto era “un centro de reciclado”, o que se crean niños desechables, la realidad es que seguramente evitará la muerte de muchos niños inocentes. Si la intención de la mamá es deshacerse de su bebé, al menos si ahora lo hace, ya no tendrá en su conciencia su muerte, aunque sí su abandono aunque sea en manos seguras. Los niños y niñas recibidos son dados en adopción.

A las mamás que han abandonado a sus hijos en dicho “banco” se les da la oportunidad de regresar por su bebé si es que se arrepienten, por lo que los niños se quedan en dicho lugar por dos meses. Luego se les manda a orfanatos, los cuales tienen la responsabilidad de ponerlos en adopción a la mayor brevedad, garantizando que quedarán en familias que los quieran y que los puedan mantener.

Un banco de esta naturaleza en nuestro país podría cubrir varias necesidades. Primero, la del respeto a la vida de toda persona. Segundo, la de permitirle a la mamá que no quiera a su bebé la libertad de disponer de él sin compromisos. Tercero, la de darle al bebé la oportunidad de ser “alguien”, a través de padres adoptivos que sí lo quieran. Y cuarto, le permitiría a aquellas personas que se han robado infantes, a entregarlos sin correr el riesgo de ser capturados. Sólo habría que garantizar que la corrupción de la 4T estuviera ausente de dicha institución, pues si nos descuidamos, podría convertirse en un banco de órganos y de ganancia personal.