/ viernes 14 de diciembre de 2018

Calidad educativa, evaluación necesaria

De que habrá evaluación educativa, la habrá. Es imposible que cualquier proceso avance sin evaluación, sobre todo cuando se asume un compromiso con la calidad. Y se tiene que evaluar de manera integral, a todas las partes del proceso, no sólo –malintencionadamente- a una de ellas.

Las prioridades de Andrés Manuel López Obrador en el renglón educativo son básicamente dos: garantizar a todo mexicano el derecho a la educación y que ésta sea de calidad. Así lo dijo el presidente de México antes de firmar la iniciativa con la cual cancela la “mal llamada Reforma Educativa” puesta en marcha en el anterior sexenio.

La iniciativa que el mandatario nacional envía al congreso contempla cambios al artículo tercero de la constitución. Lo que se intenta con ello, según él, es garantizar el derecho a la educación, sobre todo a una educación realmente gratuita y de calidad en todos los niveles.

En Chihuahua, el gobierno se ve comprometido con mejorar la educación en las escuelas, según el secretario de Educación y Deporte, Carlos González Herrera, quien presentó ante el Congreso del Estado el proyecto de Presupuesto de Egresos 2019, que estima 24 mil 998 millones de pesos para ese renglón, un 4.3 por ciento más que el presente año.

El Gobierno del Estado se enfocará durante el próximo año en dos puntos educativos: el empate de recursos para beneficiar con subsidios a las instituciones de los niveles medio superior y superior, y la construcción de salones de clase (con una inversión extraordinaria de 105 millones de pesos) en los niveles preescolar y básico.

Lo interesante de los planes de los gobiernos estatal y federal es que están considerando la calidad educativa, lo cual les exige una evaluación en el sector. Pero esta evaluación educativa tendrá que corregirse a nivel federal para tomar distancia de aquella que molestó tanto al magisterio durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.

No podemos mejorar, entregar servicios y productos con calidad, sin asumir la responsabilidad de evaluarnos.

Si queremos buena educación, necesitamos aplicar bien los recursos; que las escuelas dejen de ser sólo guarderías, que los estudiantes aprendan realmente.

De que habrá evaluación educativa, la habrá. Es imposible que cualquier proceso avance sin evaluación, sobre todo cuando se asume un compromiso con la calidad. Y se tiene que evaluar de manera integral, a todas las partes del proceso, no sólo –malintencionadamente- a una de ellas.

Las prioridades de Andrés Manuel López Obrador en el renglón educativo son básicamente dos: garantizar a todo mexicano el derecho a la educación y que ésta sea de calidad. Así lo dijo el presidente de México antes de firmar la iniciativa con la cual cancela la “mal llamada Reforma Educativa” puesta en marcha en el anterior sexenio.

La iniciativa que el mandatario nacional envía al congreso contempla cambios al artículo tercero de la constitución. Lo que se intenta con ello, según él, es garantizar el derecho a la educación, sobre todo a una educación realmente gratuita y de calidad en todos los niveles.

En Chihuahua, el gobierno se ve comprometido con mejorar la educación en las escuelas, según el secretario de Educación y Deporte, Carlos González Herrera, quien presentó ante el Congreso del Estado el proyecto de Presupuesto de Egresos 2019, que estima 24 mil 998 millones de pesos para ese renglón, un 4.3 por ciento más que el presente año.

El Gobierno del Estado se enfocará durante el próximo año en dos puntos educativos: el empate de recursos para beneficiar con subsidios a las instituciones de los niveles medio superior y superior, y la construcción de salones de clase (con una inversión extraordinaria de 105 millones de pesos) en los niveles preescolar y básico.

Lo interesante de los planes de los gobiernos estatal y federal es que están considerando la calidad educativa, lo cual les exige una evaluación en el sector. Pero esta evaluación educativa tendrá que corregirse a nivel federal para tomar distancia de aquella que molestó tanto al magisterio durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.

No podemos mejorar, entregar servicios y productos con calidad, sin asumir la responsabilidad de evaluarnos.

Si queremos buena educación, necesitamos aplicar bien los recursos; que las escuelas dejen de ser sólo guarderías, que los estudiantes aprendan realmente.