/ jueves 23 de abril de 2020

Campaña “Comparte 2x1”


Sin negar los nobles sentimientos de los filósofos de la antigüedad en materia de filantropía fue, pese a todo, deficitaria, por su interés antes que su gratuidad, por su vacuidad moral, al pensar que eran impropios del hombre, el sentimiento y la emoción. La caridad, tal como la conocemos hoy en Occidente, fue inventada por la Iglesia Católica, y como bien diría Voltaire, “los pueblos separados de la religión romana han imitado, aunque imperfectamente, esta generosa caridad”. Para muestra, un botón, según dirá Andrés Manuel López Obrador (AMLO), acerca de la pandemia del Covid-19:

“Nos vino esto como anillo al dedo, para afianzar el propósito de la transformación”. Junto al historiador Thomas E. Woods Jr. podemos decir que es natural que personas paganizadas, alejadas de la realidad del mal, no corran a aliviar sus efectos en sus semejantes y, confirmamos con el divulgador Ramón Alberto Garza, de cómo los líderes, sin interpretaciones y sin máscaras, antes prefieran sacar partido político de una enorme tragedia para la humanidad, una crisis económica y sanitaria, de vida o muerte, sin precedentes en la historia moderna de nuestra civilización.

Nunca antes, como ahora, ha sido verdadera la frase, parafraseando a W.E.H. Lecky: “quienes se niegan a reconocer el dolor y la enfermedad como males, difícilmente podrán tener el anhelo de aliviarlo en otros”. Pero, los que lo reconocen, podemos hacer algo al respecto. Unos recorren la ciudad repartiendo despensas, otros las dejan en la puerta de personas necesitadas. Usted y yo, podemos dejar productos marcados con la campaña “Comparte 2x1”, al menos una vez por semana, con un cartel promocional, en la reja de nuestras casas y a las horas menos concurridas.

Lo anterior, con la finalidad de que, libremente, las personas que lo necesiten, lo tomen de bolsas, tarimas o canastas de cada hogar que pueda compartir algo de lo que compre de comestibles, sólo con la condición expresa de que compartan algo de lo que tomen con alguien más que lo necesite. Mientras la Cuarta Transformación (4T) hace lo suyo para salvar al país de los conservadores, los demás, empresarios o sociedad civil, sin que las creencias importen, aportemos en hacer el resto, y tal vez evitemos que alguna familia, sin ingresos, deje de comer en estos momentos tan difíciles.

Es sencillo y simple, pero obremos, sólo un poco, para aliviar la presión general de la sociedad, como quien no deja en oídos sordos lo que dijo Edmund Burke: “Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”. agusperezr@hotmail.com




Sin negar los nobles sentimientos de los filósofos de la antigüedad en materia de filantropía fue, pese a todo, deficitaria, por su interés antes que su gratuidad, por su vacuidad moral, al pensar que eran impropios del hombre, el sentimiento y la emoción. La caridad, tal como la conocemos hoy en Occidente, fue inventada por la Iglesia Católica, y como bien diría Voltaire, “los pueblos separados de la religión romana han imitado, aunque imperfectamente, esta generosa caridad”. Para muestra, un botón, según dirá Andrés Manuel López Obrador (AMLO), acerca de la pandemia del Covid-19:

“Nos vino esto como anillo al dedo, para afianzar el propósito de la transformación”. Junto al historiador Thomas E. Woods Jr. podemos decir que es natural que personas paganizadas, alejadas de la realidad del mal, no corran a aliviar sus efectos en sus semejantes y, confirmamos con el divulgador Ramón Alberto Garza, de cómo los líderes, sin interpretaciones y sin máscaras, antes prefieran sacar partido político de una enorme tragedia para la humanidad, una crisis económica y sanitaria, de vida o muerte, sin precedentes en la historia moderna de nuestra civilización.

Nunca antes, como ahora, ha sido verdadera la frase, parafraseando a W.E.H. Lecky: “quienes se niegan a reconocer el dolor y la enfermedad como males, difícilmente podrán tener el anhelo de aliviarlo en otros”. Pero, los que lo reconocen, podemos hacer algo al respecto. Unos recorren la ciudad repartiendo despensas, otros las dejan en la puerta de personas necesitadas. Usted y yo, podemos dejar productos marcados con la campaña “Comparte 2x1”, al menos una vez por semana, con un cartel promocional, en la reja de nuestras casas y a las horas menos concurridas.

Lo anterior, con la finalidad de que, libremente, las personas que lo necesiten, lo tomen de bolsas, tarimas o canastas de cada hogar que pueda compartir algo de lo que compre de comestibles, sólo con la condición expresa de que compartan algo de lo que tomen con alguien más que lo necesite. Mientras la Cuarta Transformación (4T) hace lo suyo para salvar al país de los conservadores, los demás, empresarios o sociedad civil, sin que las creencias importen, aportemos en hacer el resto, y tal vez evitemos que alguna familia, sin ingresos, deje de comer en estos momentos tan difíciles.

Es sencillo y simple, pero obremos, sólo un poco, para aliviar la presión general de la sociedad, como quien no deja en oídos sordos lo que dijo Edmund Burke: “Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”. agusperezr@hotmail.com