/ jueves 22 de agosto de 2019

Cáncer, un extraño enemigo

“Con armas en mi alma, balas de amor, fuego de fe, en pie de guerra ante el enemigo que no se deja ver”

- Soraya -

Todos hemos escuchado alguna historia de alguien que padeció o padece cáncer; el amigo de un amigo, la mamá de la vecina o el primo de un compañero de trabajo, el caso es que siempre que escuchamos el nombre de esta enfermedad nos causa verdaderos escalofríos, pero no comprendemos la situación hasta que alguien cercano es quien lo padece, es entonces cuando el dolor y el sufrimiento se esparce entre toda la familia y se unen para ver qué pueden hacer al respecto. En épocas recientes el tabú de hablar de cáncer ha ido disipándose, ya que hoy no representa necesariamente un sinónimo de muerte; cientos de personas que lo padecen han decidido no ocultarse en sus guaridas bajo la sombra de la enfermedad y por el contrario manifiestan sus testimonios en un ejercicio de catarsis que de alguna manera les ayuda a sí mismas y ayudan a quienes las escuchan. Tener cáncer como cualquier otra enfermedad no es ningún pecado.

Cáncer de mama, de próstata, de pulmón, de colon o en la piel son algunos de los que más se escuchan y aun con toda la tecnología y los avances médicos de nuestros días el cáncer sigue representando un desafío en el terreno científico. La prevención continúa siendo la principal manera de atacar al cáncer; ante cualquier síntoma o rareza que se perciba en el cuerpo hay que acudir de inmediato a revisión médica.

La manera en que cada individuo afronta esta enfermedad es muy personal; el golpe de enterarse que se tiene este padecimiento debe ser el momento más difícil; cada quien decide el sentido que le quiera dar a la situación. Existen experiencias de personas que lejos de deprimirse asumen la situación afianzándose más a sus objetivos en la vida, son alegres y casi no se enfadan; los pacientes, irónicamente, se convierten en el motor para no dejar caer a su familia que esconde de mil formas el sufrimiento por su ser querido. En la mayoría de las ocasiones el enfermo es más fuerte que los seres que lo rodean. Así es esto.

Lejos (muy lejos) de ser un médico especializado y conocedor del tema, estas letras van para todo aquel que padece cáncer o que tiene algún familiar que lo padezca. Ánimo; la medicina hoy en día requiere de una actitud optimista para seguir adelante. Un abrazo de todo corazón. Ande pues.

“Con armas en mi alma, balas de amor, fuego de fe, en pie de guerra ante el enemigo que no se deja ver”

- Soraya -

Todos hemos escuchado alguna historia de alguien que padeció o padece cáncer; el amigo de un amigo, la mamá de la vecina o el primo de un compañero de trabajo, el caso es que siempre que escuchamos el nombre de esta enfermedad nos causa verdaderos escalofríos, pero no comprendemos la situación hasta que alguien cercano es quien lo padece, es entonces cuando el dolor y el sufrimiento se esparce entre toda la familia y se unen para ver qué pueden hacer al respecto. En épocas recientes el tabú de hablar de cáncer ha ido disipándose, ya que hoy no representa necesariamente un sinónimo de muerte; cientos de personas que lo padecen han decidido no ocultarse en sus guaridas bajo la sombra de la enfermedad y por el contrario manifiestan sus testimonios en un ejercicio de catarsis que de alguna manera les ayuda a sí mismas y ayudan a quienes las escuchan. Tener cáncer como cualquier otra enfermedad no es ningún pecado.

Cáncer de mama, de próstata, de pulmón, de colon o en la piel son algunos de los que más se escuchan y aun con toda la tecnología y los avances médicos de nuestros días el cáncer sigue representando un desafío en el terreno científico. La prevención continúa siendo la principal manera de atacar al cáncer; ante cualquier síntoma o rareza que se perciba en el cuerpo hay que acudir de inmediato a revisión médica.

La manera en que cada individuo afronta esta enfermedad es muy personal; el golpe de enterarse que se tiene este padecimiento debe ser el momento más difícil; cada quien decide el sentido que le quiera dar a la situación. Existen experiencias de personas que lejos de deprimirse asumen la situación afianzándose más a sus objetivos en la vida, son alegres y casi no se enfadan; los pacientes, irónicamente, se convierten en el motor para no dejar caer a su familia que esconde de mil formas el sufrimiento por su ser querido. En la mayoría de las ocasiones el enfermo es más fuerte que los seres que lo rodean. Así es esto.

Lejos (muy lejos) de ser un médico especializado y conocedor del tema, estas letras van para todo aquel que padece cáncer o que tiene algún familiar que lo padezca. Ánimo; la medicina hoy en día requiere de una actitud optimista para seguir adelante. Un abrazo de todo corazón. Ande pues.