/ viernes 25 de diciembre de 2020

Cartucheras al cañón…      

Navidad Covidosa

“Se hace un asunto primero… la navidad “covidosa”; sonará rara la cosa, pero hay que ser muy sinceros”

Somos la primera generación que padecemos una Natividad “covidosa”, no es un privilegio sino una desgracia, pero cuando ésta haya pasado, si no nos llevó con ella, las generaciones por venir nos preguntarán… ¿cómo la soportaron y cómo la sobrevivieron? , o algo así como… ¿y verdaderamente era tan maligna? Y los recuerdos de los que sobrevivan la pandemia, responderán de acuerdo a sus memorias y emociones.

De frente a la navidad… y nos dan los diarios la noticia de que una nueva cepa más potente, contagiosa y destructiva, ha iniciado en alguna parte del mundo; mala noticia; pues todavía no tenemos a disposición la vacuna para la supuesta cepa tradicional y ya apareció otra; parece ser que tenemos pandemia para rato, y si muchos de la tercera edad, ya le perdimos el miedo, con mayor razón los jóvenes y maduros robustos y saludables, a los que les hace los puros mandados; si se fijan…nos lleva a los viejos y defectuosos; ya alguna vez mencioné que la naturaleza desde que nacemos busca generarnos una deficiencia orgánica para aniquilarnos, no se diga de la veleidosa vida, que siempre encuentra un pretexto para terminarnos. A la vida no le gustan los viejos y menos los mayores de 90 años. Pero ahí es donde los viejos podemos contrariar a la vida, disfrutando a todos y cada uno de los miembros de nuestra familia; de su amor y de la navidad; para apostrofar a la vida y decirle en su cara… “Mira esto es mío, esto me llevo; te guste o no, antes que me transformes en polvo, recuerdo y nada; disfrutaré el rostro feliz de los míos; un beso; una caricia y un afecto; y luego lo que tú quieras… un méndigo agujero en la tierra, y un efímero recuerdo para los demás; pero en estos momentos brillantes y lucidos de la navidad y del calor de los míos, ya me pagaste ahí, con creces, lo que al fin me quitarás…y ya te lo dije en mi poema:

“Me tendrás de buena gana cortesana. Sin que hagas presencia vana, ni a mi miedo te detengas. Que cuando así muerte, vengas… te amaré cual cortesana”.

Feliz Navidad a todos; y tiznen a su madre el Covid 19 y todas sus cepas.

Navidad Covidosa

“Se hace un asunto primero… la navidad “covidosa”; sonará rara la cosa, pero hay que ser muy sinceros”

Somos la primera generación que padecemos una Natividad “covidosa”, no es un privilegio sino una desgracia, pero cuando ésta haya pasado, si no nos llevó con ella, las generaciones por venir nos preguntarán… ¿cómo la soportaron y cómo la sobrevivieron? , o algo así como… ¿y verdaderamente era tan maligna? Y los recuerdos de los que sobrevivan la pandemia, responderán de acuerdo a sus memorias y emociones.

De frente a la navidad… y nos dan los diarios la noticia de que una nueva cepa más potente, contagiosa y destructiva, ha iniciado en alguna parte del mundo; mala noticia; pues todavía no tenemos a disposición la vacuna para la supuesta cepa tradicional y ya apareció otra; parece ser que tenemos pandemia para rato, y si muchos de la tercera edad, ya le perdimos el miedo, con mayor razón los jóvenes y maduros robustos y saludables, a los que les hace los puros mandados; si se fijan…nos lleva a los viejos y defectuosos; ya alguna vez mencioné que la naturaleza desde que nacemos busca generarnos una deficiencia orgánica para aniquilarnos, no se diga de la veleidosa vida, que siempre encuentra un pretexto para terminarnos. A la vida no le gustan los viejos y menos los mayores de 90 años. Pero ahí es donde los viejos podemos contrariar a la vida, disfrutando a todos y cada uno de los miembros de nuestra familia; de su amor y de la navidad; para apostrofar a la vida y decirle en su cara… “Mira esto es mío, esto me llevo; te guste o no, antes que me transformes en polvo, recuerdo y nada; disfrutaré el rostro feliz de los míos; un beso; una caricia y un afecto; y luego lo que tú quieras… un méndigo agujero en la tierra, y un efímero recuerdo para los demás; pero en estos momentos brillantes y lucidos de la navidad y del calor de los míos, ya me pagaste ahí, con creces, lo que al fin me quitarás…y ya te lo dije en mi poema:

“Me tendrás de buena gana cortesana. Sin que hagas presencia vana, ni a mi miedo te detengas. Que cuando así muerte, vengas… te amaré cual cortesana”.

Feliz Navidad a todos; y tiznen a su madre el Covid 19 y todas sus cepas.