/ jueves 25 de noviembre de 2021

Cartucheras al cañón… Corrupta simbiosis político-empresarial

“Políticos y empresarios, con simbióticos soñares… desean que los avatares, los hagan cual otros…pares”.

Refiere el diccionario de la lengua, que simbiosis es la asociación de organismos diferentes en la que éstos sacan provecho de la vida en común. Si bien el término se refiere a la esfera biológica, en el área antropológica sucede igual. Sobre todo y paradójicamente entre los políticos –grandes políticos- y empresarios -empresarios cupulares-.

Los políticos cuando se han encumbrado sueñan en llegar a ser importantes empresarios y viceversa, los empresarios más encumbrados sueñan con ser destacados políticos. Resulta obvio mencionar que el interés final de ambos es hacer ellos y con los suyos los grandes negocios que auspicia el gobierno.

Y es que el político que ya logró amasar una fortuna en el servicio público -desde luego y a todas luces deshonestamente- busca mercantilizar o bursatilizar su capital; y por el contrario el gran o mediano empresario busca alcanzar un importante puesto público, para acceder a los negocios -permisos y oportunidades- que brinda el Estado; tanto para él como para su grupo o grupos empresariales. Esta connivencia la permite la ley; y hasta permite que el político electo atienda su empresa, así como que el empresario sin desatender su empresa haga labor pública; por ello al pueblo sólo nos queda cuidarles las manos y los alcances a ambos tipos de “profesionales”. Hace unos meses Alfredo Jalife Rahme, geopolítico destacado, dio a conocer un análisis del desabasto de medicamentos en México, y fue hasta el 19 de noviembre de 2021 que exhibió “El Cártel Farmacéutico Priista”, donde aparecían como propietarios o accionistas mayoritarios o importantes los priistas Manlio Fabio Beltrones Rivera, en el Grupo Fármacos Especializados S.A. de C.V.; Comercializadora de Productos Institucionales S.A. de C.V., y Distribuidores S.A. de C.V. Miguel Ángel Osorio Chong, como parte de Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico S.A. de C.V. y Laboratorio de Biológicos y Reactivos de México S.A. de C.V. José Narro Robles, como integrante de Comercializadora Pentamed S.A. de C.V.; Roberto Madrazo Pintado, involucrado en Farmacéuticos Maypo S.A. de C.V. y Vitasanitas S.A. de C.V. Y Emilio Gamboa Patrón, en Ralca S.A. de C.V. y en Compañía Internacional Médica S.A. de C.V.

Empresas con un capital estimado de 241 mil millones de pesos; y contratos exclusivos para el sistema de salud, del viejo régimen político -IMSS, ISSSTE, etc.-

Así entendemos los elevados precios de los medicamentos, y su escasez inexplicable que una mafia de la industria farmacéutica todavía induce y conduce. Y pensar que alguna vez me llegué a involucrar como simpatizante de alguno de ellos. La corrupción nacional no es un delirio de AMLO, sino una estrujante realidad, apenas revelada; y por ello ignorada, casi en su totalidad por el pueblo de México.


“Políticos y empresarios, con simbióticos soñares… desean que los avatares, los hagan cual otros…pares”.

Refiere el diccionario de la lengua, que simbiosis es la asociación de organismos diferentes en la que éstos sacan provecho de la vida en común. Si bien el término se refiere a la esfera biológica, en el área antropológica sucede igual. Sobre todo y paradójicamente entre los políticos –grandes políticos- y empresarios -empresarios cupulares-.

Los políticos cuando se han encumbrado sueñan en llegar a ser importantes empresarios y viceversa, los empresarios más encumbrados sueñan con ser destacados políticos. Resulta obvio mencionar que el interés final de ambos es hacer ellos y con los suyos los grandes negocios que auspicia el gobierno.

Y es que el político que ya logró amasar una fortuna en el servicio público -desde luego y a todas luces deshonestamente- busca mercantilizar o bursatilizar su capital; y por el contrario el gran o mediano empresario busca alcanzar un importante puesto público, para acceder a los negocios -permisos y oportunidades- que brinda el Estado; tanto para él como para su grupo o grupos empresariales. Esta connivencia la permite la ley; y hasta permite que el político electo atienda su empresa, así como que el empresario sin desatender su empresa haga labor pública; por ello al pueblo sólo nos queda cuidarles las manos y los alcances a ambos tipos de “profesionales”. Hace unos meses Alfredo Jalife Rahme, geopolítico destacado, dio a conocer un análisis del desabasto de medicamentos en México, y fue hasta el 19 de noviembre de 2021 que exhibió “El Cártel Farmacéutico Priista”, donde aparecían como propietarios o accionistas mayoritarios o importantes los priistas Manlio Fabio Beltrones Rivera, en el Grupo Fármacos Especializados S.A. de C.V.; Comercializadora de Productos Institucionales S.A. de C.V., y Distribuidores S.A. de C.V. Miguel Ángel Osorio Chong, como parte de Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico S.A. de C.V. y Laboratorio de Biológicos y Reactivos de México S.A. de C.V. José Narro Robles, como integrante de Comercializadora Pentamed S.A. de C.V.; Roberto Madrazo Pintado, involucrado en Farmacéuticos Maypo S.A. de C.V. y Vitasanitas S.A. de C.V. Y Emilio Gamboa Patrón, en Ralca S.A. de C.V. y en Compañía Internacional Médica S.A. de C.V.

Empresas con un capital estimado de 241 mil millones de pesos; y contratos exclusivos para el sistema de salud, del viejo régimen político -IMSS, ISSSTE, etc.-

Así entendemos los elevados precios de los medicamentos, y su escasez inexplicable que una mafia de la industria farmacéutica todavía induce y conduce. Y pensar que alguna vez me llegué a involucrar como simpatizante de alguno de ellos. La corrupción nacional no es un delirio de AMLO, sino una estrujante realidad, apenas revelada; y por ello ignorada, casi en su totalidad por el pueblo de México.