/ viernes 18 de enero de 2019

Cartucheras al cañón… ¿“Pos” cómo darles gusto?

Nunca se podrá dar gusto, al enemigo cifrado; que aunque le des regalado…buscará hallarle disgusto.

Cuando hay propósito de fastidiar, por antipatía oculta –cifrada- animadversión, o propósito por conveniencia personal o de grupo, nunca se le podrá dar gusto al enemigo franco o solapado. Y esto viene a cuento, cuando en una labor inmejorable de limpieza republicana, con gran riesgo para su persona y en sólo su segundo mes de ejercicio presidencial, Andrés Manuel López Obrador ha gobernado como lo prometió con palpables hechos, situación que les ha dolido hasta “el citopigio, el oxipucio y el infundíbulo” a las huestes neoliberales enemigas y a las otras –las no convencidas del “priian”; oposición por inercia, o nada más por “joder”- estos cabrestos y cabrestas,

–parodiando al célebre gaznápiro Fox- y tomando por ejemplo dos editorialistas de reconocido rotativo local que opinan: el uno… que AMLO efectivamente está cumpliendo; pues el escritor conoce de la lucha contra el robo de combustible; pero critica acremente en demérito de AMLO, que no asistió al sepelio de Moreno Valle y esposa en Puebla –de los que se duda hayan muerto-; y la otra… que esa lucha contra el huachicoleo y el robo de Pemex ha traído en demérito de AMLO, el desabasto en algunos estados del país; y que además dice… que AMLO no tiene el “charming” de Peña Nieto; consideraciones de mínimo peso real, por lo circunstancial; y que el enemigo detractor magnifica, en lugar de destacar lo benéfico y provechoso de la insólita lucha. Esto es, según ellos… debían dejarlos que sigan robando, pero que no padezcamos ninguna molestia. Pensamiento infantil, pueril e inmaduro. Y estas personas o son ladrones neoliberales –sus corifeos- o son gente frustrada con problemas vivenciales y conductuales de fondo, que afectan y trastornan su personalidad y juicio y que no persiguen nunca la armonía y el bienestar; y sí procuran el disgusto y la diatriba, soslayando cualquier avance que contraste y evidencie la delincuencia “prianista”.

Lo que me recuerda la anécdota del niño de dos años de edad que lloraba en un berrinche en los brazos de su padre, mientras apuntaba con un dedo un cuadro colgado en una pared; el padre descolgó el cuadro de inmediato y se lo entregó al menor, que se calmó de momento, para luego abandonarlo señalando el clavo donde estuviera el cuadro, berreando de igual manera. El padre retiró el clavo de su lugar y se lo entregó al pequeño, que se calmó momentáneamente, para iniciar su llanto de nuevo, señalando el orificio de la pared que había ocupado el clavo; el hombre exasperado llamó a su mujer y le preguntó qué quería el niño; a lo que la madre respondió… “Ahora quiere el agujero de la pared”; el hombre tomó al menor y con dos fuertes nalgadas lo apaciguó.

Así, hay conciudadanos que primero quieren el cuadro, luego el clavo y finalmente el orificio de la pared. O son verdaderos beneficiarios del “chayote” y la canonjía, que encuentran premio a su labor detractora, o lo hacen como el español… por “joder”. Como quiera que esto sea, es inadmisible, ilógico y atentatorio a la equilibrada inteligencia, abogar por cualquier giro o actividad negra en el país, con el pretexto de que ésta produce una buena derrama económica; sería tanto como ponderar promover y cuidar, el narcotráfico, la prostitución, la venta de armas, el huachicoleo, la usura, el secuestro, los juegos de azar –hasta hace relativamente poco, permitidos- como detonantes económicos beneficiosos para el país, sin evaluar dichas actividades en el contexto ético y moral; y de seguridad social.

Haya necedad o dolo, los descontentadizos serán rémoras perennes para el progreso y pacificación del país.

Nunca se podrá dar gusto, al enemigo cifrado; que aunque le des regalado…buscará hallarle disgusto.

Cuando hay propósito de fastidiar, por antipatía oculta –cifrada- animadversión, o propósito por conveniencia personal o de grupo, nunca se le podrá dar gusto al enemigo franco o solapado. Y esto viene a cuento, cuando en una labor inmejorable de limpieza republicana, con gran riesgo para su persona y en sólo su segundo mes de ejercicio presidencial, Andrés Manuel López Obrador ha gobernado como lo prometió con palpables hechos, situación que les ha dolido hasta “el citopigio, el oxipucio y el infundíbulo” a las huestes neoliberales enemigas y a las otras –las no convencidas del “priian”; oposición por inercia, o nada más por “joder”- estos cabrestos y cabrestas,

–parodiando al célebre gaznápiro Fox- y tomando por ejemplo dos editorialistas de reconocido rotativo local que opinan: el uno… que AMLO efectivamente está cumpliendo; pues el escritor conoce de la lucha contra el robo de combustible; pero critica acremente en demérito de AMLO, que no asistió al sepelio de Moreno Valle y esposa en Puebla –de los que se duda hayan muerto-; y la otra… que esa lucha contra el huachicoleo y el robo de Pemex ha traído en demérito de AMLO, el desabasto en algunos estados del país; y que además dice… que AMLO no tiene el “charming” de Peña Nieto; consideraciones de mínimo peso real, por lo circunstancial; y que el enemigo detractor magnifica, en lugar de destacar lo benéfico y provechoso de la insólita lucha. Esto es, según ellos… debían dejarlos que sigan robando, pero que no padezcamos ninguna molestia. Pensamiento infantil, pueril e inmaduro. Y estas personas o son ladrones neoliberales –sus corifeos- o son gente frustrada con problemas vivenciales y conductuales de fondo, que afectan y trastornan su personalidad y juicio y que no persiguen nunca la armonía y el bienestar; y sí procuran el disgusto y la diatriba, soslayando cualquier avance que contraste y evidencie la delincuencia “prianista”.

Lo que me recuerda la anécdota del niño de dos años de edad que lloraba en un berrinche en los brazos de su padre, mientras apuntaba con un dedo un cuadro colgado en una pared; el padre descolgó el cuadro de inmediato y se lo entregó al menor, que se calmó de momento, para luego abandonarlo señalando el clavo donde estuviera el cuadro, berreando de igual manera. El padre retiró el clavo de su lugar y se lo entregó al pequeño, que se calmó momentáneamente, para iniciar su llanto de nuevo, señalando el orificio de la pared que había ocupado el clavo; el hombre exasperado llamó a su mujer y le preguntó qué quería el niño; a lo que la madre respondió… “Ahora quiere el agujero de la pared”; el hombre tomó al menor y con dos fuertes nalgadas lo apaciguó.

Así, hay conciudadanos que primero quieren el cuadro, luego el clavo y finalmente el orificio de la pared. O son verdaderos beneficiarios del “chayote” y la canonjía, que encuentran premio a su labor detractora, o lo hacen como el español… por “joder”. Como quiera que esto sea, es inadmisible, ilógico y atentatorio a la equilibrada inteligencia, abogar por cualquier giro o actividad negra en el país, con el pretexto de que ésta produce una buena derrama económica; sería tanto como ponderar promover y cuidar, el narcotráfico, la prostitución, la venta de armas, el huachicoleo, la usura, el secuestro, los juegos de azar –hasta hace relativamente poco, permitidos- como detonantes económicos beneficiosos para el país, sin evaluar dichas actividades en el contexto ético y moral; y de seguridad social.

Haya necedad o dolo, los descontentadizos serán rémoras perennes para el progreso y pacificación del país.