/ martes 17 de diciembre de 2019

¿Casualidades?

Dicen que no hay casualidades y en política, menos. Los de la semana pasada así lo demuestran.


Después del “culiacanazo” y del lamentable acontecimiento de los LeBarón, Mr. Trump amenaza con declarar a los cárteles de la droga como terroristas, lo que le abre la puerta legalmente a intervenir militarmente en México. La respuesta de AMLO fue la misma, abrazos y no balazos porque son buenos ciudadanos.

Trump se molesta y le manda al fiscal general, quien se entrevista en Palacio Nacional con AMLO. Al día siguiente, o ese mismo día, porque se trató de disimular, Evo Morales, que hasta avión presidencial habían mandado por él a Bolivia, sale disparado rumbo a Cuba, donde permanece en silencio y días después se va a Argentina, donde pide asilo político. ¿Casualidad? Al mismo tiempo Trump tuitea que no iba a declarar como terroristas a los narcotraficantes.

Sabiendo Trump del susto de AMLO y de la urgencia de éste por aprobar el T-MEC, antes TLC, manda a su yerno que es casi el 2º de abordo y en lo oscurito le agregan y le quitan al documento, que es firmado de inmediato ante la mirada complaciente de AMLO, para mandarse al Senado mexicano para su aprobación. Los empresarios fueron ignorados totalmente por nuestro Gobierno, primero les llegó la versión en inglés. Los americanos vieron bien inocentes al Gobierno mexicano y metieron cláusulas que de llevarse a cabo serían muy nocivas para México, como para la industria automotriz, que es muy importante en México; deberán usar acero y aluminio americano, empinando a la ya vapuleada industria del acero nuestra y del aluminio canadiense. Además, podrían venir los americanos y revisar las empresas mexicanas, es decir una intervención de facto, una auditoría para verificar que se estuviera cumpliendo el T-MEC.

Cuando empresarios y sindicatos pegan el grito en el cielo, reaccionan y dicen que los chamaquearon. Ojalá lo corrijan a tiempo.

Como consecuencia de todo lo anterior, Trump manda arrestar a García Luna, que casualmente tenía 7 años viviendo en Estados Unidos, quien lo recibió con honores y le dio la residencia. Lo acusan de narcotráfico, lavado de dinero, asociación delictiva y cuanta cosa. García Luna fue secretario de Seguridad con Felipe Calderón y se piensa que fue para apaciguarlo, sin embargo el más asustado fue AMLO, quien de inmediato ordena que le abran una carpeta de averiguación, ya que en México no tenía antecedentes y que pidan su extradición a México, para que no abra la boca allá.

García Luna es vital no por lo que hizo, sino por lo que sabe. AMLO ha declarado que se investigará a todos los que estuvieron relacionados con él y bueno podría empezar por Durazo, su secretario de Seguridad, de quien dijo hace tan sólo unos días que lo veía “fortachón” a raíz de los graves errores del “culiacanazo” seguido de su fiscal, Gertz Manero. Sólo por mencionar a los de arriba. Tienen años trabajando juntos, así que imagínate cómo ha de andar AMLO.

Yo no creo que se vaya a destapar la cloaca, que salpicaría desde Fox para acá, ya que Durazo fue su secretario particular y luego su vocero. Yo más bien creo que ya tienen a López Obrador agarrado del pescuezo. Ojalá no se convierta en otro López de Santa Anna.

¿Casualidades?



Dicen que no hay casualidades y en política, menos. Los de la semana pasada así lo demuestran.


Después del “culiacanazo” y del lamentable acontecimiento de los LeBarón, Mr. Trump amenaza con declarar a los cárteles de la droga como terroristas, lo que le abre la puerta legalmente a intervenir militarmente en México. La respuesta de AMLO fue la misma, abrazos y no balazos porque son buenos ciudadanos.

Trump se molesta y le manda al fiscal general, quien se entrevista en Palacio Nacional con AMLO. Al día siguiente, o ese mismo día, porque se trató de disimular, Evo Morales, que hasta avión presidencial habían mandado por él a Bolivia, sale disparado rumbo a Cuba, donde permanece en silencio y días después se va a Argentina, donde pide asilo político. ¿Casualidad? Al mismo tiempo Trump tuitea que no iba a declarar como terroristas a los narcotraficantes.

Sabiendo Trump del susto de AMLO y de la urgencia de éste por aprobar el T-MEC, antes TLC, manda a su yerno que es casi el 2º de abordo y en lo oscurito le agregan y le quitan al documento, que es firmado de inmediato ante la mirada complaciente de AMLO, para mandarse al Senado mexicano para su aprobación. Los empresarios fueron ignorados totalmente por nuestro Gobierno, primero les llegó la versión en inglés. Los americanos vieron bien inocentes al Gobierno mexicano y metieron cláusulas que de llevarse a cabo serían muy nocivas para México, como para la industria automotriz, que es muy importante en México; deberán usar acero y aluminio americano, empinando a la ya vapuleada industria del acero nuestra y del aluminio canadiense. Además, podrían venir los americanos y revisar las empresas mexicanas, es decir una intervención de facto, una auditoría para verificar que se estuviera cumpliendo el T-MEC.

Cuando empresarios y sindicatos pegan el grito en el cielo, reaccionan y dicen que los chamaquearon. Ojalá lo corrijan a tiempo.

Como consecuencia de todo lo anterior, Trump manda arrestar a García Luna, que casualmente tenía 7 años viviendo en Estados Unidos, quien lo recibió con honores y le dio la residencia. Lo acusan de narcotráfico, lavado de dinero, asociación delictiva y cuanta cosa. García Luna fue secretario de Seguridad con Felipe Calderón y se piensa que fue para apaciguarlo, sin embargo el más asustado fue AMLO, quien de inmediato ordena que le abran una carpeta de averiguación, ya que en México no tenía antecedentes y que pidan su extradición a México, para que no abra la boca allá.

García Luna es vital no por lo que hizo, sino por lo que sabe. AMLO ha declarado que se investigará a todos los que estuvieron relacionados con él y bueno podría empezar por Durazo, su secretario de Seguridad, de quien dijo hace tan sólo unos días que lo veía “fortachón” a raíz de los graves errores del “culiacanazo” seguido de su fiscal, Gertz Manero. Sólo por mencionar a los de arriba. Tienen años trabajando juntos, así que imagínate cómo ha de andar AMLO.

Yo no creo que se vaya a destapar la cloaca, que salpicaría desde Fox para acá, ya que Durazo fue su secretario particular y luego su vocero. Yo más bien creo que ya tienen a López Obrador agarrado del pescuezo. Ojalá no se convierta en otro López de Santa Anna.

¿Casualidades?