/ martes 17 de marzo de 2020

Catástrofe financiera y económica Marzo 2020; Cisne y Jueves Negro


La catástrofe financiera y económica que se presentó en el mundo en la primera quincena de marzo de 2020, se genera en el modelo económico y financiero del neoliberalismo, a través de los grados de integración económica implementados en la globalización en el libre comercio internacional.

El modelo económico, financiero y empresarial actual es un modelo colapsado que requiere cambios radicales en las regiones y países de política, fiscal, política monetaria, cambiaria, industrial, empresarial y comercial, con un plan internacional de desarrollo, integral, urgente y productivo, sustentado en la economía epistemológica y las ciencias digitales, con justicia y equidad social, con sentido humano.

El inicio de este proceso catastrófico se inicia a finales de 2019, con la desaceleración económica, continúa con la recesión económica en varias regiones y países del globo terráqueo, lo que presionó a los bancos centrales a establecer medidas contra cíclicas para reducir los niveles históricos de las tasas de interés, hasta registrar, en algunos países tasas negativas, establecieron estímulos fiscales, controlaron la inflación, estos esquemas no fueron suficientes y efectivos para cambiar la tendencia del ciclo económico, a finales de 2019 se produce una enfermedad respiratoria muy contagiosa que se convierte en pandemia a inicios de 2020, llamada “coronavirus”, la cual produjo que pararan y cerraran empresas Index de China y muchos países, impactando y reduciendo los niveles de producción, generando menor demanda de productos y reducción de empleos, lo que redujo la demanda de petróleo, reduciendo los precios internacionales, al aumentar el contagio de la epidemia, en marzo se convierte en pandemia, contagiando a muchos países, obligándolos a parar varias actividades económicas como el turismo, movilidad y transportes, eventos importantes de asistencia social, incremento de los gastos gubernamentales y empresariales para evitar y corregir el contagio, estas situaciones provocaron nerviosismo, incertidumbre y pánico en los consumidores, empresarios, gobiernos e inversionistas, presionándolos a adoptar la aversión al riesgo, para desinvertir en actividades productivas y canalizar los recursos a actividades e instrumentos especulativos, activos duros de mayor seguridad financiera, principalmente en el dólar americano, el oro, criptomonedas y en monedas emergentes internacionales como el peso mexicano en “Proxi” e instrumentos mexicanos con altas tasas de interés a mediano y largo plazo.

El 9 de marzo se registra el “Cisne Negro”, provocado por la guerra del mercado del oro negro (petróleo) entre la OPEP, Arabia Saudita y Rusia, agudizando la baja demanda que produjo el Covid-19, reduciendo los precios del petróleo internacional hasta $24.43 dólares por barril, el jueves negro se redujo el 8% adicional, hasta ubicarse en niveles de $31.50, el tipo de cambio el jueves negro se ubicó muy cercano a los $22.00 por dólar. Esta tendencia continuará por el Covid-19 y la aferración de Rusia y Arabia Saudita de aumentar la oferta, no se sabe hasta cuándo se presente el punto de inflexión.


La catástrofe financiera y económica que se presentó en el mundo en la primera quincena de marzo de 2020, se genera en el modelo económico y financiero del neoliberalismo, a través de los grados de integración económica implementados en la globalización en el libre comercio internacional.

El modelo económico, financiero y empresarial actual es un modelo colapsado que requiere cambios radicales en las regiones y países de política, fiscal, política monetaria, cambiaria, industrial, empresarial y comercial, con un plan internacional de desarrollo, integral, urgente y productivo, sustentado en la economía epistemológica y las ciencias digitales, con justicia y equidad social, con sentido humano.

El inicio de este proceso catastrófico se inicia a finales de 2019, con la desaceleración económica, continúa con la recesión económica en varias regiones y países del globo terráqueo, lo que presionó a los bancos centrales a establecer medidas contra cíclicas para reducir los niveles históricos de las tasas de interés, hasta registrar, en algunos países tasas negativas, establecieron estímulos fiscales, controlaron la inflación, estos esquemas no fueron suficientes y efectivos para cambiar la tendencia del ciclo económico, a finales de 2019 se produce una enfermedad respiratoria muy contagiosa que se convierte en pandemia a inicios de 2020, llamada “coronavirus”, la cual produjo que pararan y cerraran empresas Index de China y muchos países, impactando y reduciendo los niveles de producción, generando menor demanda de productos y reducción de empleos, lo que redujo la demanda de petróleo, reduciendo los precios internacionales, al aumentar el contagio de la epidemia, en marzo se convierte en pandemia, contagiando a muchos países, obligándolos a parar varias actividades económicas como el turismo, movilidad y transportes, eventos importantes de asistencia social, incremento de los gastos gubernamentales y empresariales para evitar y corregir el contagio, estas situaciones provocaron nerviosismo, incertidumbre y pánico en los consumidores, empresarios, gobiernos e inversionistas, presionándolos a adoptar la aversión al riesgo, para desinvertir en actividades productivas y canalizar los recursos a actividades e instrumentos especulativos, activos duros de mayor seguridad financiera, principalmente en el dólar americano, el oro, criptomonedas y en monedas emergentes internacionales como el peso mexicano en “Proxi” e instrumentos mexicanos con altas tasas de interés a mediano y largo plazo.

El 9 de marzo se registra el “Cisne Negro”, provocado por la guerra del mercado del oro negro (petróleo) entre la OPEP, Arabia Saudita y Rusia, agudizando la baja demanda que produjo el Covid-19, reduciendo los precios del petróleo internacional hasta $24.43 dólares por barril, el jueves negro se redujo el 8% adicional, hasta ubicarse en niveles de $31.50, el tipo de cambio el jueves negro se ubicó muy cercano a los $22.00 por dólar. Esta tendencia continuará por el Covid-19 y la aferración de Rusia y Arabia Saudita de aumentar la oferta, no se sabe hasta cuándo se presente el punto de inflexión.