/ martes 31 de julio de 2018

¿César Duarte regresa libre?

La nota de ocho columnas en esta semana fue que a César Duarte le había concedido amparo un juez federal, diciéndole al juez local que no podía librar la orden de aprehensión porque esos recursos desviados (275 millones de pesos) no eran recursos estatales, sino federales, y por lo tanto le ordenaba que cancelara la orden de aprehensión.

Da risa ver esa sentencia. En primer lugar y muy importante es que el juez federal no niega el desvío de los cientos de millones, sólo dice que ese recurso se lo había dado la Federación al estado y por lo tanto ese dinero era federal y sólo puede ser juzgado por un juez federal, que es el mismo caso por el que intentaron llevarse preso a una cárcel federal a la Coneja Gutiérrez. No soy abogado, pero el sentido común me dice que los recursos una vez que entran a las arcas del estado se convierten en recursos estatales, si no imagínese que el estado recauda todos los impuestos federales que luego concentra en México y luego éste le devuelve una parte pequeña, no todo lo recaudado, vía participaciones que se convierten en recursos del estado, y éste a la vez le envía una parte a los municipios.

Es ridículo darle un amparo a César Duarte con esos fundamentos. Es como el dicho ese de moda que dice: “¿Entonces se va a hacer la carnita asada?”, la gente dice lo mismo: “Van a meter a Duarte a la cárcel?”… para hacernos carnita asada de festejo.

Si con ese amparo federal que logró Duarte pudiera regresar a Chihuahua o a cualquier otro lugar de México, creo que lo haría de inmediato, pero no lo hará porque es un amparo, pero le quedan otras catorce órdenes de aprehensión, por las cuales puede ser detenido en cuanto pise tierras mexicanas, y no se diga del estado de Chihuahua, de tal manera que seguirá prófugo en el destierro.

Ha quedado claro que con Peña Nieto no van a aprehender a Duarte, porque no hay la voluntad de traer ante la justicia a su amigo y benefactor, ya que puede soltar la lengua y le puede ir mal al mismo Peña, como a muchos de sus cercanos colaboradores.

¿Se atreverá López Obrador a pedir la extradición de César Duarte? El tiempo lo dirá.

César Duarte no regresa libre.


La nota de ocho columnas en esta semana fue que a César Duarte le había concedido amparo un juez federal, diciéndole al juez local que no podía librar la orden de aprehensión porque esos recursos desviados (275 millones de pesos) no eran recursos estatales, sino federales, y por lo tanto le ordenaba que cancelara la orden de aprehensión.

Da risa ver esa sentencia. En primer lugar y muy importante es que el juez federal no niega el desvío de los cientos de millones, sólo dice que ese recurso se lo había dado la Federación al estado y por lo tanto ese dinero era federal y sólo puede ser juzgado por un juez federal, que es el mismo caso por el que intentaron llevarse preso a una cárcel federal a la Coneja Gutiérrez. No soy abogado, pero el sentido común me dice que los recursos una vez que entran a las arcas del estado se convierten en recursos estatales, si no imagínese que el estado recauda todos los impuestos federales que luego concentra en México y luego éste le devuelve una parte pequeña, no todo lo recaudado, vía participaciones que se convierten en recursos del estado, y éste a la vez le envía una parte a los municipios.

Es ridículo darle un amparo a César Duarte con esos fundamentos. Es como el dicho ese de moda que dice: “¿Entonces se va a hacer la carnita asada?”, la gente dice lo mismo: “Van a meter a Duarte a la cárcel?”… para hacernos carnita asada de festejo.

Si con ese amparo federal que logró Duarte pudiera regresar a Chihuahua o a cualquier otro lugar de México, creo que lo haría de inmediato, pero no lo hará porque es un amparo, pero le quedan otras catorce órdenes de aprehensión, por las cuales puede ser detenido en cuanto pise tierras mexicanas, y no se diga del estado de Chihuahua, de tal manera que seguirá prófugo en el destierro.

Ha quedado claro que con Peña Nieto no van a aprehender a Duarte, porque no hay la voluntad de traer ante la justicia a su amigo y benefactor, ya que puede soltar la lengua y le puede ir mal al mismo Peña, como a muchos de sus cercanos colaboradores.

¿Se atreverá López Obrador a pedir la extradición de César Duarte? El tiempo lo dirá.

César Duarte no regresa libre.