Ejercer y defender la Libertad de Expresión ha sido uno de los valores que más he defendido y defiendo. No obstante, al pasar de mi oficio de comunicador a figura pública sometida al escrutinio ciudadano, mantuve siempre el respeto y la tolerancia a quienes durante mi periodo como alcalde seguí viendo como compañeros y amigos.
Sin embargo, hubo otros que actuando de manera despectiva hacia mi persona y mis colaboradores rebasaron por mucho la crítica constructiva, convirtiendo sus opiniones en majaderías y ofensas que incluyeron hasta a mi familia.
Como es bien sabido, dentro del gremio de la comunicación existen quienes mediante dádivas económicas prostituyen el periodismo o su idea de él; a ese tipo de incomunicadores FIGURINES se les conoce en el argot periodístico como CHAYOTEROS.
Hace apenas unos días se dio a conocer la detención del ex alcalde de San Francisco del Oro, de quien un conocido medio de comunicación de Parral protegió su imagen y trabajo defendiendo lo indefendible.
Hoy el ex alcalde enfrenta privado de la libertad un proceso por mal uso de los recursos y en ello, los comunicadores que le alabaron pudieran verse afectados con la acción de la justicia.
Hasta ese punto pueden llegar las consecuencias de utilizar un medio de comunicación y sus herramientas socio digitales, haciendo creer a su audiencia que son ellos los de la razón absoluta.
Como integrante de la prensa, durante mi gestión como alcalde de Parral mantuve una estrecha relación con casi todos los medios, pues eso se llama equidad y está basada en el respeto.
Aunque también se trató de ser un gobierno incluyente en lo que al respeto a la prensa se refiere; aun con ello, algunos no solo magnificaron lo que consideraban acciones incorrectas o errores de la administración municipal, sino que llegaron a SATANIZARLAS.
Y es que no es lo mismo emitir una crítica bien fundamentada o señalamiento directo, porque antes de ello se debe tener responsabilidad social y la suficiente experiencia que respalde lo criticado.
Por otra parte, vender la veracidad de un medio por unos cuantos pesos temporales, conducirá sin duda a ese medio y sus integrantes a lo mismo que ellos hacen, me refiero a la crítica social en su contra y por ende al fracaso.
Así, y ponderando y defendiendo siempre lo que marcan los artículos 6 y 7 de la Constitución Mexicana, hoy conmino a esos comunicadores a corregir el rumbo y dignificar sus acciones.
Si bien es cierto que quienes somos comunicadores y hemos incursionado en la política, al concluir nuestra etapa como servidores públicos podemos con la cabeza levantada y mirando a los ojos de las personas, volver a emprender el oficio previo con la alegría de siempre.
Por todo lo anterior los grandes sabios recomiendan, no escupir hacia arriba.