/ sábado 20 de enero de 2018

Choque de trenes crisis y ternura 2ª parte

Por: Pablo Bernach

Hoy sábado a las 10 am arranca en Cd. Juárez la caravana de protesta encabezada por Javier Corral con destino a la Cd. de México. Por lo que me pregunto, ¿qué tanto sabrán y podrán declarar ante un juez el secretario particular adjunto de Beltrones, cuando era presidente del PRI nacional y César Duarte, para que el equipo de gobierno de EPN se haya enlodado en un berenjenal informativo, político y judicial, al inicio de una campaña presidencial?

 

Las declaraciones de los priistas locales me provocan la peor emoción que pueda sentir por un político, "ternura", mientras que el presidente del PRI nacional y secretarios de Estado hacen desfiguro y medio en los medios nacionales, donde la última intentona para boicotear la marcha a la CD. de México, fue el anuncio de que la PGR solicitaría la extradición de Duarte, apoyándose en sólo tres denuncias de las 10 existentes.

 

Lo que de inmediato nos hace suponer y para lo que no se necesitan más de dos dedos de frente, que las tres denuncias seleccionadas serían aquellas donde los abogados de Duarte tuvieran una mayor oportunidad de sacarlo bajo fianza. Por ello nos preguntarnos, ¿qué tanto podría declarar Duarte y hasta dónde su declaración enlodaría a los tlatoanis priistas más importantes? ¡Vaya espectáculo!

En las circunstancias actuales, las denuncias de Corral y su marcha a la Ciudad de México no se pueden separar de las campañas electorales, situación que utilizan los priistas para descalificar sus acciones, donde lo más sensato y conociendo el temperamento del gobernador, nos llevaría a preguntarles si acaso cualquier político se imaginaría una reacción diferente por parte de Corral.

Por último, habría que preguntarle a los políticos priistas locales si les queda un ápice de chihuahuenses, dignidad y vergüenza, después del saqueo en que directa, indirecta o circunstancialmente un buen número participaron durante el gobierno de Duarte, por aquello de que “tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata”, o se aprovechó electoralmente de las tripas de la vaca. 

Por: Pablo Bernach

Hoy sábado a las 10 am arranca en Cd. Juárez la caravana de protesta encabezada por Javier Corral con destino a la Cd. de México. Por lo que me pregunto, ¿qué tanto sabrán y podrán declarar ante un juez el secretario particular adjunto de Beltrones, cuando era presidente del PRI nacional y César Duarte, para que el equipo de gobierno de EPN se haya enlodado en un berenjenal informativo, político y judicial, al inicio de una campaña presidencial?

 

Las declaraciones de los priistas locales me provocan la peor emoción que pueda sentir por un político, "ternura", mientras que el presidente del PRI nacional y secretarios de Estado hacen desfiguro y medio en los medios nacionales, donde la última intentona para boicotear la marcha a la CD. de México, fue el anuncio de que la PGR solicitaría la extradición de Duarte, apoyándose en sólo tres denuncias de las 10 existentes.

 

Lo que de inmediato nos hace suponer y para lo que no se necesitan más de dos dedos de frente, que las tres denuncias seleccionadas serían aquellas donde los abogados de Duarte tuvieran una mayor oportunidad de sacarlo bajo fianza. Por ello nos preguntarnos, ¿qué tanto podría declarar Duarte y hasta dónde su declaración enlodaría a los tlatoanis priistas más importantes? ¡Vaya espectáculo!

En las circunstancias actuales, las denuncias de Corral y su marcha a la Ciudad de México no se pueden separar de las campañas electorales, situación que utilizan los priistas para descalificar sus acciones, donde lo más sensato y conociendo el temperamento del gobernador, nos llevaría a preguntarles si acaso cualquier político se imaginaría una reacción diferente por parte de Corral.

Por último, habría que preguntarle a los políticos priistas locales si les queda un ápice de chihuahuenses, dignidad y vergüenza, después del saqueo en que directa, indirecta o circunstancialmente un buen número participaron durante el gobierno de Duarte, por aquello de que “tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata”, o se aprovechó electoralmente de las tripas de la vaca.