/ martes 20 de agosto de 2024

Ciclo histórico

Hace unos días tuve a bien ver una miniserie (cosas de millenial que no me abandonan), donde se registran las condiciones de nuestro País en finales de los 70s y la década de los 80s.

Nos volvimos de economía cerrada, de falta de calificación de crédito, restricciones de gasto corriente y limitaciones de incremento a salarios para contener la inflación, y de repente, ¡PUM!, somos ricos, se multiplican las reservas petroleras, los precios internacionales del oro negro se ven en niveles increíbles, y nos sobra quien nos preste dinero, como artista de moda.

Solo que la naturaleza humana, la ambición, la corrupción, la falta de capacidad de “administrar la abundancia”, fue una frase que cavó la tumba de nuestra economía y su proyección de crecimiento galopante. Y tanta riqueza no sirvió para sacar al País de su pobreza.

El presidente JoLoPo, cuyo slogan de campaña sin rival fue “La solución somos todos”, que pudiera ser como el “primero los pobres”, ya que ambas frases parecen ser carentes de ser una realidad; hasta terminó llorando por lo que dijo no pudo resolver.

Las estrategias populistas de esos años, los actos faraónicos para los políticos, encumbrados como dioses, vitoreados como héroes, y enaltecidos como una deidad, a la que se le besa la mano; parecen un presagio de nuestros días, son como una sesión de entrenamiento.

Se ven en la serie, caras juveniles de un Bartlett, de pie junto a los privilegiados secretarios de esos años, hoy hecho un titular de CFE tremendamente controversial y protegido, eran parte de ese partido único.

Hay historias paralelas como el terremoto del 85, de los más devastadores y donde se perdieron tantos miles de vidas, pero el gobierno, sólo reconoció una pequeña parte de ellas. Luego, un presidente bien vestido que sólo se tomó una foto, y dejó a la sociedad sola resolver la crisis indescriptible.

Elecciones amañadas, donde el sistema falló por ir perdiendo el candidato oficial, y donde había resultados increíbles, como ahora, localidades donde nadie disentía y todos los votos iban a favor del candidato del partido en el gobierno.

No deseo ser catastrófico, pero veo tanto paralelismo en las historias, que sufrimos algunos de los que aún estamos en este País, con las historias que empezamos ahora a vivir, con protagonistas que aprendieron de esas escuelas, pero además las refinaron, las hicieron más profundas, ya que ahora la tecnología, las redes y la inmediatez, requiere de una tropicalización, donde además, hay que dar, dentro de la inmediatez, dinero a pastos, generados por los impuestos, de manera irracional, dejando un futuro incierto de sostenimiento, si es que queremos hacer algo más que tener programas sociales.

Esos paralelismos históricos, son importantes de recordar, más siendo de un ciclo relativamente corto, que da pie a retrocesos de gobiernos de partido único, de cero disentimientos, y, además, de abusos autoritarios, maltratos, y preferencias solo para quienes agachan la cabeza y dicen que sí, haciendo de nuevo lo que entonces llamábamos “la cargada”. Esto incluso explica las adhesiones de contrarios a las tendencias del partido único.

Lo cierto es que, en los 80s, los líderes opositores fueron más fuertes, más sólidos y luchadores, aunque con pocas ideas de qué hacer al ganar, como de alguna manera pasó cuando obtuvieron los primeros municipios y estados; la poca experiencia y planes de gobierno novatos no les dieron la velocidad requerida para trascender más rápido. Hoy, la contra es débil por los errores de aquellos años, por el abuso y la terquedad de pensar que no iba a cambiar nada, y no fue así.

Hoy, las estrategias son peligrosamente más radicales, y han logrado por diversos medios, atraer por conveniencias y por intimidaciones, con métodos que pueden ser peligrosos.

Tomemos conciencia de la historia, poner todos los huevos en una sola canasta, es dejar las opciones de lado, y luego, no encontrar cómo salir del agujero. Ojalá sepamos romper los ciclos sin sobresaltos, sin pérdidas lamentables, y que sean inteligentes, profundos y duraderos.


Maestro en Administración de Negocios. Expresidente de Index Chihuahua

lcramirez132000@gmail.com


Hace unos días tuve a bien ver una miniserie (cosas de millenial que no me abandonan), donde se registran las condiciones de nuestro País en finales de los 70s y la década de los 80s.

Nos volvimos de economía cerrada, de falta de calificación de crédito, restricciones de gasto corriente y limitaciones de incremento a salarios para contener la inflación, y de repente, ¡PUM!, somos ricos, se multiplican las reservas petroleras, los precios internacionales del oro negro se ven en niveles increíbles, y nos sobra quien nos preste dinero, como artista de moda.

Solo que la naturaleza humana, la ambición, la corrupción, la falta de capacidad de “administrar la abundancia”, fue una frase que cavó la tumba de nuestra economía y su proyección de crecimiento galopante. Y tanta riqueza no sirvió para sacar al País de su pobreza.

El presidente JoLoPo, cuyo slogan de campaña sin rival fue “La solución somos todos”, que pudiera ser como el “primero los pobres”, ya que ambas frases parecen ser carentes de ser una realidad; hasta terminó llorando por lo que dijo no pudo resolver.

Las estrategias populistas de esos años, los actos faraónicos para los políticos, encumbrados como dioses, vitoreados como héroes, y enaltecidos como una deidad, a la que se le besa la mano; parecen un presagio de nuestros días, son como una sesión de entrenamiento.

Se ven en la serie, caras juveniles de un Bartlett, de pie junto a los privilegiados secretarios de esos años, hoy hecho un titular de CFE tremendamente controversial y protegido, eran parte de ese partido único.

Hay historias paralelas como el terremoto del 85, de los más devastadores y donde se perdieron tantos miles de vidas, pero el gobierno, sólo reconoció una pequeña parte de ellas. Luego, un presidente bien vestido que sólo se tomó una foto, y dejó a la sociedad sola resolver la crisis indescriptible.

Elecciones amañadas, donde el sistema falló por ir perdiendo el candidato oficial, y donde había resultados increíbles, como ahora, localidades donde nadie disentía y todos los votos iban a favor del candidato del partido en el gobierno.

No deseo ser catastrófico, pero veo tanto paralelismo en las historias, que sufrimos algunos de los que aún estamos en este País, con las historias que empezamos ahora a vivir, con protagonistas que aprendieron de esas escuelas, pero además las refinaron, las hicieron más profundas, ya que ahora la tecnología, las redes y la inmediatez, requiere de una tropicalización, donde además, hay que dar, dentro de la inmediatez, dinero a pastos, generados por los impuestos, de manera irracional, dejando un futuro incierto de sostenimiento, si es que queremos hacer algo más que tener programas sociales.

Esos paralelismos históricos, son importantes de recordar, más siendo de un ciclo relativamente corto, que da pie a retrocesos de gobiernos de partido único, de cero disentimientos, y, además, de abusos autoritarios, maltratos, y preferencias solo para quienes agachan la cabeza y dicen que sí, haciendo de nuevo lo que entonces llamábamos “la cargada”. Esto incluso explica las adhesiones de contrarios a las tendencias del partido único.

Lo cierto es que, en los 80s, los líderes opositores fueron más fuertes, más sólidos y luchadores, aunque con pocas ideas de qué hacer al ganar, como de alguna manera pasó cuando obtuvieron los primeros municipios y estados; la poca experiencia y planes de gobierno novatos no les dieron la velocidad requerida para trascender más rápido. Hoy, la contra es débil por los errores de aquellos años, por el abuso y la terquedad de pensar que no iba a cambiar nada, y no fue así.

Hoy, las estrategias son peligrosamente más radicales, y han logrado por diversos medios, atraer por conveniencias y por intimidaciones, con métodos que pueden ser peligrosos.

Tomemos conciencia de la historia, poner todos los huevos en una sola canasta, es dejar las opciones de lado, y luego, no encontrar cómo salir del agujero. Ojalá sepamos romper los ciclos sin sobresaltos, sin pérdidas lamentables, y que sean inteligentes, profundos y duraderos.


Maestro en Administración de Negocios. Expresidente de Index Chihuahua

lcramirez132000@gmail.com


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