/ martes 19 de diciembre de 2017

Ciudad Judicial, monumento a la corrupción

El gobernador Javier Corral Jurado declaró en alguna ocasión que la Ciudad Judicial es un monumento a la corrupción y no le faltaba razón, no sólo por el edificio recién construido, sino por la corrupción que existía adentro de ese poder.

La Ciudad Judicial, como se le conoce al nuevo edificio del Poder Judicial, construido en el sexenio del innombrable exgobernador César Duarte, se dijo cuando inició la construcción que costaría 1,020 millones de pesos, sin embargo, al poco tiempo se dijo que el presupuesto subía a 1,300 millones de pesos, sin explicación alguna de por qué un aumento de casi un 30%. Más adelante se dijo que el inmueble costaría 1,500 millones de pesos, también sin explicación alguna, por qué ese desfase de 50% casi. Después ya no se volvió a mencionar otra cifra oficialmente, pero se decía en radio pasillo que la obra ya se había ido arriba de $1,800 millones, un “pequeño” desfase de un 80% más caro que lo presupuestado.

Pocos días antes de la toma de posesión del gobierno de Javier Corral se conoció públicamente que una de las constructoras que intervinieron en la Ciudad Judicial estaba demandando al Gobierno del estado por más de 600 millones de pesos que no le habían pagado, ¿adicionales a los 1,800 millones? No se sabe, además no se le ha pagado a la constructora su reclamo.

Ahora nos enteramos de la bajísima calidad del edificio al que se le caen los falsos plafones, tiene fugas en las tuberías de agua, entre otros “pequeños detalles” que dejan menos margen para dar por buenos los estratosféricos aumentos en el presupuesto original.

Se estima que ese edificio tiene un sobreprecio del 100% más de su valor real, es decir unos 1,000 millones de pesos que fueron a parar al bolsillo de alguien. Adicionalmente, todavía se deben impuestos, escrituras y traslaciones de dominio de algunas propiedades que se adquirieron para poder construir la Ciudad Judicial. Simplemente dejaron muchas cosas “al ahi se va”, como muchas otras y que lo arregle el que sigue.

Nunca había visto tanta indolencia en todos los temas de la administración del Gobierno del Estado. Poner las cosas en orden se va a llevar un buen tiempo, aunque se avanzó bastante en este primer año del gobierno del PAN.

La corrupción dentro del Poder Judicial, convertido en nepotismo, ha permeado desde hace muchos años y así vemos que la esposa de un magistrado la manda a trabajar en otro tribunal, para que no lo puedan acusar de nepotismo, y éste a la vez recibe en reciprocidad a la esposa, hija, hijo, yerno o qué sé yo, del otro magistrado, y así vemos familias enteras en el Poder Judicial.

Los 14 millones de pesos que parece que se desviaron en la adquisición de la bóveda digital y por lo cual están suspendidos dos magistrados es sólo la punta del iceberg que tiene una base mucho más grande que el edificio de la Ciudad Judicial.

 

Seguirá dando de qué hablar el tema de la Ciudad Judicial, como un monumento a la corrupción.

 

El gobernador Javier Corral Jurado declaró en alguna ocasión que la Ciudad Judicial es un monumento a la corrupción y no le faltaba razón, no sólo por el edificio recién construido, sino por la corrupción que existía adentro de ese poder.

La Ciudad Judicial, como se le conoce al nuevo edificio del Poder Judicial, construido en el sexenio del innombrable exgobernador César Duarte, se dijo cuando inició la construcción que costaría 1,020 millones de pesos, sin embargo, al poco tiempo se dijo que el presupuesto subía a 1,300 millones de pesos, sin explicación alguna de por qué un aumento de casi un 30%. Más adelante se dijo que el inmueble costaría 1,500 millones de pesos, también sin explicación alguna, por qué ese desfase de 50% casi. Después ya no se volvió a mencionar otra cifra oficialmente, pero se decía en radio pasillo que la obra ya se había ido arriba de $1,800 millones, un “pequeño” desfase de un 80% más caro que lo presupuestado.

Pocos días antes de la toma de posesión del gobierno de Javier Corral se conoció públicamente que una de las constructoras que intervinieron en la Ciudad Judicial estaba demandando al Gobierno del estado por más de 600 millones de pesos que no le habían pagado, ¿adicionales a los 1,800 millones? No se sabe, además no se le ha pagado a la constructora su reclamo.

Ahora nos enteramos de la bajísima calidad del edificio al que se le caen los falsos plafones, tiene fugas en las tuberías de agua, entre otros “pequeños detalles” que dejan menos margen para dar por buenos los estratosféricos aumentos en el presupuesto original.

Se estima que ese edificio tiene un sobreprecio del 100% más de su valor real, es decir unos 1,000 millones de pesos que fueron a parar al bolsillo de alguien. Adicionalmente, todavía se deben impuestos, escrituras y traslaciones de dominio de algunas propiedades que se adquirieron para poder construir la Ciudad Judicial. Simplemente dejaron muchas cosas “al ahi se va”, como muchas otras y que lo arregle el que sigue.

Nunca había visto tanta indolencia en todos los temas de la administración del Gobierno del Estado. Poner las cosas en orden se va a llevar un buen tiempo, aunque se avanzó bastante en este primer año del gobierno del PAN.

La corrupción dentro del Poder Judicial, convertido en nepotismo, ha permeado desde hace muchos años y así vemos que la esposa de un magistrado la manda a trabajar en otro tribunal, para que no lo puedan acusar de nepotismo, y éste a la vez recibe en reciprocidad a la esposa, hija, hijo, yerno o qué sé yo, del otro magistrado, y así vemos familias enteras en el Poder Judicial.

Los 14 millones de pesos que parece que se desviaron en la adquisición de la bóveda digital y por lo cual están suspendidos dos magistrados es sólo la punta del iceberg que tiene una base mucho más grande que el edificio de la Ciudad Judicial.

 

Seguirá dando de qué hablar el tema de la Ciudad Judicial, como un monumento a la corrupción.