/ jueves 14 de julio de 2022

Cómo afectan las suposiciones cuando hacemos un testamento

Por: Guillermo Monroy

Es muy común que al pensar en un testamento se deje de lado la historia familiar, porque la forma tradicional de planificar una herencia es centrarse en el patrimonio. Esa es una de las grandes diferencias al momento de establecer un plan de corto plazo o generar un legado que abarque varias generaciones.

Si nuestra familia es el motor para generar empresas, participar en cámaras y asociaciones o apoyar alguna causa que nos interese como puede ser educación, cuidado del arte de la ciudad, apoyo a la niñez, entonces, lo importante es saber qué opinan las personas a quienes queremos heredar lo que hemos considerado importante a lo largo de nuestras vidas.

El primer punto es tener claridad que una herencia que trasciende es algo más que la mera transferencia de los bienes: es la que toma en cuenta los deseos, aspiraciones y circunstancias de nuestros seres queridos, en quienes estamos pensando en nuestra última voluntad.

Por eso es importante profundizar en lo que sabemos -o creemos saber- sobre nuestra propia familia y potenciales herederos: ¿Forman parte ya de la operación de la empresa?, ¿tienen interés en alguna de las causas que apoyamos?, ¿prefieren ceder espacio a otros miembros de la familia?, ¿cuáles son sus objetivos a corto y mediano plazo?

Cuando atendemos a los involucrados en nuestra herencia es cuando podemos tener un efecto positivo que va más allá de la riqueza económica: tenemos la posibilidad de promover la armonía familiar, que en realidad es el pilar para que el patrimonio se enriquezca a lo largo del tiempo y pase de generación en generación.

Además, otorga libertad a los potenciales herederos de poder expresar sus dudas, deseos, aspiraciones y preocupaciones en un espacio seguro, donde también podrán entender las motivaciones de quien promueve el testamento, así como las responsabilidades que tendrán para poder dejar una impronta de largo aliento, más allá de los bienes materiales.

También es importante dejar atrás las ideas preconcebidas que tenemos sobre el proceso, porque no hay mejor solución que hablar en vez de suponer. Las suposiciones son la puerta a la frustración, misma que se agrava ante la crisis que implica la pérdida de un ser querido.

Lo mejor es recordar que la comunicación es la base de las familias y que dado que cualquier pérdida es un tema sensible, lo ideal es contar con la asesoría adecuada para crear un espacio seguro efectivo y constructivo, donde se puedan sentar las bases de un legado y no sólo una mera transferencia de bienes.

Guillermo Monroy es autor de “Cómo hacer que tu herencia trascienda”

gmonroy@horizontemx.com


Por: Guillermo Monroy

Es muy común que al pensar en un testamento se deje de lado la historia familiar, porque la forma tradicional de planificar una herencia es centrarse en el patrimonio. Esa es una de las grandes diferencias al momento de establecer un plan de corto plazo o generar un legado que abarque varias generaciones.

Si nuestra familia es el motor para generar empresas, participar en cámaras y asociaciones o apoyar alguna causa que nos interese como puede ser educación, cuidado del arte de la ciudad, apoyo a la niñez, entonces, lo importante es saber qué opinan las personas a quienes queremos heredar lo que hemos considerado importante a lo largo de nuestras vidas.

El primer punto es tener claridad que una herencia que trasciende es algo más que la mera transferencia de los bienes: es la que toma en cuenta los deseos, aspiraciones y circunstancias de nuestros seres queridos, en quienes estamos pensando en nuestra última voluntad.

Por eso es importante profundizar en lo que sabemos -o creemos saber- sobre nuestra propia familia y potenciales herederos: ¿Forman parte ya de la operación de la empresa?, ¿tienen interés en alguna de las causas que apoyamos?, ¿prefieren ceder espacio a otros miembros de la familia?, ¿cuáles son sus objetivos a corto y mediano plazo?

Cuando atendemos a los involucrados en nuestra herencia es cuando podemos tener un efecto positivo que va más allá de la riqueza económica: tenemos la posibilidad de promover la armonía familiar, que en realidad es el pilar para que el patrimonio se enriquezca a lo largo del tiempo y pase de generación en generación.

Además, otorga libertad a los potenciales herederos de poder expresar sus dudas, deseos, aspiraciones y preocupaciones en un espacio seguro, donde también podrán entender las motivaciones de quien promueve el testamento, así como las responsabilidades que tendrán para poder dejar una impronta de largo aliento, más allá de los bienes materiales.

También es importante dejar atrás las ideas preconcebidas que tenemos sobre el proceso, porque no hay mejor solución que hablar en vez de suponer. Las suposiciones son la puerta a la frustración, misma que se agrava ante la crisis que implica la pérdida de un ser querido.

Lo mejor es recordar que la comunicación es la base de las familias y que dado que cualquier pérdida es un tema sensible, lo ideal es contar con la asesoría adecuada para crear un espacio seguro efectivo y constructivo, donde se puedan sentar las bases de un legado y no sólo una mera transferencia de bienes.

Guillermo Monroy es autor de “Cómo hacer que tu herencia trascienda”

gmonroy@horizontemx.com