/ martes 2 de marzo de 2021

¿Cómo formalizar mi emprendimiento?

El emprendimiento es un largo camino solitario lleno de baches, pero que da mucha satisfacción. Iniciar un negocio propio no es nada sencillo. Desde un principio hay que ser muy atrevido e inquieto para poder salir de tu zona de confort y empezar algo desde cero.

Como lo hemos comentado en anteriores ocasiones, el emprender inicia desde el momento en que concibes una idea de negocio para poder satisfacer una necesidad en el mercado. Continúa contándoles tu maravillosa idea a tus mejores amigos, en una carne asada; después, cuando empiezas a escribir esa idea en papel, es cuando por fin te decides a contarle a tus familiares y generalmente esa es la parte más difícil, pero aún así, ni siquiera has iniciado.

Para arrancar tienes que trazar un plan de negocios para poder llevar a la práctica tu sueño más anhelado, como definir: ¿Qué producto o servicio vas a ofrecer?, ¿cuánto será la inversión inicial?, ¿tendrás socios o no?, ¿quiénes serán tus proveedores?, ¿a quién le quieres vender? y ¿cuáles serán tus canales de difusión y distribución? Todas estas preguntas tienes que definirlas antes de comenzar a comercializar tu producto o servicio, y durante todo este tiempo cometerás muchos errores y recibirás un sinfín de críticas y burlas de quien menos te los esperas. Pensarás que nadie cree en ti, pero tu pasión y ganas de salir adelante serán tu mejor motivación para no rendirte.

Pero cuando menos te lo esperas, te vas dando cuenta de que tu negocio empieza a prosperar, que todo tu tiempo se te va en atenderlo y que tus ingresos son los suficientes como para vivir de ello. No sabes ni cómo lo hiciste, ni cuándo en verdad empezó a progresar tu emprendimiento.

Lo único de lo que estás seguro es que ya no quieres parar y tu sueño que nació de una plática en una comida familiar o una reunión de amigos, por fin se logró cristalizar. Has pasado la prueba de fuego, pero no quiere decir que ya estás del otro lado. Así como las ganancias y utilidades han aumentado, también las responsabilidades y obligaciones acrecientan, tanto con las autoridades, como en tu entorno (clientes, proveedores, socios y colaboradores).

En consecuencia, la mayoría de las empresas que no tienen una estructura formal, legal y fiscal adecuada, es muy difícil que sigan creciendo o, en el peor de los escenarios, que lleguen a sobrevivir.

Pero, ¿a qué nos referimos con formalizar nuestro emprendimiento? Existen una serie de pasos y requisitos que necesitamos cumplir para poder estar en regla y blindados para prevenir cualquier problema.

A lo largo de varias columnas estaremos tratando los puntos principales más a detalle y por lo pronto sólo los enlistaremos.

El primero es constituir una empresa legalmente, las leyes mexicanas reconocen varios tipos de sociedades, si cuentas con dos o más socios, deberán constituir una sociedad. A través de esta sociedad podrán gozar de ciertos beneficios, como el de la responsabilidad limitada y tratamiento fiscal preferente.

El segundo es proteger nuestras creaciones intelectuales y bienes intangibles como lo son nuestra marca, tanto el nombre de nuestro negocio y el logotipo con el que nos identifican los consumidores.

El tercer punto, al emprender tendrás que buscar terceros interesados que te ayuden a obtener ingresos y deberás formalizar esos acuerdos a través de la firma de diferentes tipos de contratos, como lo son, los contratos de arrendamiento, de compraventa, de suministro, de comisión mercantil y de prestación de servicios dependiendo cuál sea el caso concreto.

Y por último, deberá analizar las distintas modalidades para la contratación de colaboradores, pero sobre todo conocer los derechos y obligaciones del colaborador al momento de una terminar una relación laboral.

Todos estos requisitos pueden ser muy abrumadores, y generalmente para el emprendedor al iniciar no siempre se tiene disponible el tiempo y el dinero para llevarlos a cabo.

Una de las justificaciones en el ámbito de los negocios para no respetar la Ley es la excesiva regulación, que en ocasiones hace imposible el cumplimiento puntual de todas las normas aplicables. Si bien este es un argumento que pudiera servir como excusa, de ninguna manera autoriza a no cumplir con la normatividad aplicable.

Es por ello que los emprendedores requieren de una buena asesoría para poder llevar formalmente su negocio. En las siguientes columnas hablaremos más a detalle de cómo cumplir con cada uno de estos pasos.

Mauricio Corona Aguilar, licenciado en Derecho. Abogado corporativo. Presidente de la Sección Especializada de Jóvenes Empresarios de Canaco.

El emprendimiento es un largo camino solitario lleno de baches, pero que da mucha satisfacción. Iniciar un negocio propio no es nada sencillo. Desde un principio hay que ser muy atrevido e inquieto para poder salir de tu zona de confort y empezar algo desde cero.

Como lo hemos comentado en anteriores ocasiones, el emprender inicia desde el momento en que concibes una idea de negocio para poder satisfacer una necesidad en el mercado. Continúa contándoles tu maravillosa idea a tus mejores amigos, en una carne asada; después, cuando empiezas a escribir esa idea en papel, es cuando por fin te decides a contarle a tus familiares y generalmente esa es la parte más difícil, pero aún así, ni siquiera has iniciado.

Para arrancar tienes que trazar un plan de negocios para poder llevar a la práctica tu sueño más anhelado, como definir: ¿Qué producto o servicio vas a ofrecer?, ¿cuánto será la inversión inicial?, ¿tendrás socios o no?, ¿quiénes serán tus proveedores?, ¿a quién le quieres vender? y ¿cuáles serán tus canales de difusión y distribución? Todas estas preguntas tienes que definirlas antes de comenzar a comercializar tu producto o servicio, y durante todo este tiempo cometerás muchos errores y recibirás un sinfín de críticas y burlas de quien menos te los esperas. Pensarás que nadie cree en ti, pero tu pasión y ganas de salir adelante serán tu mejor motivación para no rendirte.

Pero cuando menos te lo esperas, te vas dando cuenta de que tu negocio empieza a prosperar, que todo tu tiempo se te va en atenderlo y que tus ingresos son los suficientes como para vivir de ello. No sabes ni cómo lo hiciste, ni cuándo en verdad empezó a progresar tu emprendimiento.

Lo único de lo que estás seguro es que ya no quieres parar y tu sueño que nació de una plática en una comida familiar o una reunión de amigos, por fin se logró cristalizar. Has pasado la prueba de fuego, pero no quiere decir que ya estás del otro lado. Así como las ganancias y utilidades han aumentado, también las responsabilidades y obligaciones acrecientan, tanto con las autoridades, como en tu entorno (clientes, proveedores, socios y colaboradores).

En consecuencia, la mayoría de las empresas que no tienen una estructura formal, legal y fiscal adecuada, es muy difícil que sigan creciendo o, en el peor de los escenarios, que lleguen a sobrevivir.

Pero, ¿a qué nos referimos con formalizar nuestro emprendimiento? Existen una serie de pasos y requisitos que necesitamos cumplir para poder estar en regla y blindados para prevenir cualquier problema.

A lo largo de varias columnas estaremos tratando los puntos principales más a detalle y por lo pronto sólo los enlistaremos.

El primero es constituir una empresa legalmente, las leyes mexicanas reconocen varios tipos de sociedades, si cuentas con dos o más socios, deberán constituir una sociedad. A través de esta sociedad podrán gozar de ciertos beneficios, como el de la responsabilidad limitada y tratamiento fiscal preferente.

El segundo es proteger nuestras creaciones intelectuales y bienes intangibles como lo son nuestra marca, tanto el nombre de nuestro negocio y el logotipo con el que nos identifican los consumidores.

El tercer punto, al emprender tendrás que buscar terceros interesados que te ayuden a obtener ingresos y deberás formalizar esos acuerdos a través de la firma de diferentes tipos de contratos, como lo son, los contratos de arrendamiento, de compraventa, de suministro, de comisión mercantil y de prestación de servicios dependiendo cuál sea el caso concreto.

Y por último, deberá analizar las distintas modalidades para la contratación de colaboradores, pero sobre todo conocer los derechos y obligaciones del colaborador al momento de una terminar una relación laboral.

Todos estos requisitos pueden ser muy abrumadores, y generalmente para el emprendedor al iniciar no siempre se tiene disponible el tiempo y el dinero para llevarlos a cabo.

Una de las justificaciones en el ámbito de los negocios para no respetar la Ley es la excesiva regulación, que en ocasiones hace imposible el cumplimiento puntual de todas las normas aplicables. Si bien este es un argumento que pudiera servir como excusa, de ninguna manera autoriza a no cumplir con la normatividad aplicable.

Es por ello que los emprendedores requieren de una buena asesoría para poder llevar formalmente su negocio. En las siguientes columnas hablaremos más a detalle de cómo cumplir con cada uno de estos pasos.

Mauricio Corona Aguilar, licenciado en Derecho. Abogado corporativo. Presidente de la Sección Especializada de Jóvenes Empresarios de Canaco.