/ martes 7 de mayo de 2019

Cómo surge un conflicto

Ayer por la noche me percaté de que la “pluma” para ingresar al fraccionamiento donde vivo estaba rota. No le di mucha importancia, ya que con frecuencia se daña. Esta mañana al despertar, vi que por el chat del fraccionamiento compartieron el video donde se observa a una cuatrimoto trasgredir la “pluma”, ya que huía de policías.

Evidentemente había un problema por resolver: reparar la “pluma”; sin embargo, la reproducción de ese video generó comentarios, en su mayoría negativos, lo que llevó a que el problema se gestara en un conflicto. Las primeras observaciones fueron encaminadas a juzgar: de seguro... y no estoy segura de querer tener vecinos así. Posteriormente se dedicaron a tratar de interpretar lo ocurrido, como detectives, descifrando un crimen del cual la única víctima había sido la puerta de entrada. Finalmente aparece un comentario de los responsables relatando lo ocurrido y diciendo que se pagará el daño.

La realidad es que nadie sabemos lo que verdaderamente ocurrió y en lugar de abocarse al problema (objetivo), se creó un conflicto (subjetivo) cubierto de suposiciones y juicios que quizás hayan terminado por dañar las relaciones en ese lugar.

Respecto al conflicto, Lederach indica que el mejor término que describe su conceptualización popular es enredo, pues nos da la imagen de una situación confusa e intrigante. También refiere que es un evento de construcción social, donde los conflictos no sólo les suceden a las personas, sino que ellos mismos son participantes activos en crear las situaciones e interacciones de lo que ellos experimentan cuando ocurre un conflicto.

Generalmente hablamos de los conflictos y pensamos que son los demás los que los generan, sin embargo, no somos conscientes de nuestras actitudes que nos llevan a reaccionar ante situaciones muchas veces basadas en emociones y sin racionalidad es fácil que se produzca un conflicto. Pero bueno, sólo en un mundo completamente racional no sucedería.

A veces, a través de las historias podemos ejemplificar mejor la existencia de conflictos y su escalada. La Universidad de Harvard recomienda estrategias para su solución: reconocer que todos tenemos percepciones variadas sobre la “realidad”; evitar que las tensiones se agraven con amenazas y provocaciones; superar la mentalidad nosotros contra ellos; separar los temas. Quizás es tiempo de comenzar a transformar nuestras formas de comunicación, cambiar nuestras percepciones y evitar el surgimiento de situaciones que pudieran ser conflictivas. De hacerlo, nos acercamos a una cultura de paz.


Yanez_flor@hotmail.com





Ayer por la noche me percaté de que la “pluma” para ingresar al fraccionamiento donde vivo estaba rota. No le di mucha importancia, ya que con frecuencia se daña. Esta mañana al despertar, vi que por el chat del fraccionamiento compartieron el video donde se observa a una cuatrimoto trasgredir la “pluma”, ya que huía de policías.

Evidentemente había un problema por resolver: reparar la “pluma”; sin embargo, la reproducción de ese video generó comentarios, en su mayoría negativos, lo que llevó a que el problema se gestara en un conflicto. Las primeras observaciones fueron encaminadas a juzgar: de seguro... y no estoy segura de querer tener vecinos así. Posteriormente se dedicaron a tratar de interpretar lo ocurrido, como detectives, descifrando un crimen del cual la única víctima había sido la puerta de entrada. Finalmente aparece un comentario de los responsables relatando lo ocurrido y diciendo que se pagará el daño.

La realidad es que nadie sabemos lo que verdaderamente ocurrió y en lugar de abocarse al problema (objetivo), se creó un conflicto (subjetivo) cubierto de suposiciones y juicios que quizás hayan terminado por dañar las relaciones en ese lugar.

Respecto al conflicto, Lederach indica que el mejor término que describe su conceptualización popular es enredo, pues nos da la imagen de una situación confusa e intrigante. También refiere que es un evento de construcción social, donde los conflictos no sólo les suceden a las personas, sino que ellos mismos son participantes activos en crear las situaciones e interacciones de lo que ellos experimentan cuando ocurre un conflicto.

Generalmente hablamos de los conflictos y pensamos que son los demás los que los generan, sin embargo, no somos conscientes de nuestras actitudes que nos llevan a reaccionar ante situaciones muchas veces basadas en emociones y sin racionalidad es fácil que se produzca un conflicto. Pero bueno, sólo en un mundo completamente racional no sucedería.

A veces, a través de las historias podemos ejemplificar mejor la existencia de conflictos y su escalada. La Universidad de Harvard recomienda estrategias para su solución: reconocer que todos tenemos percepciones variadas sobre la “realidad”; evitar que las tensiones se agraven con amenazas y provocaciones; superar la mentalidad nosotros contra ellos; separar los temas. Quizás es tiempo de comenzar a transformar nuestras formas de comunicación, cambiar nuestras percepciones y evitar el surgimiento de situaciones que pudieran ser conflictivas. De hacerlo, nos acercamos a una cultura de paz.


Yanez_flor@hotmail.com