/ martes 12 de enero de 2021

¿Cómo viene enero 2021?

A pesar de las restricciones en los semáforos multicolores de la pandemia, diciembre 2020 fue un respiro económico para muchas empresas, sin embargo, enero 2021 continúa con el legado Covid-19 del año pasado y con un panorama incierto. Numerosos negocios siguen paralizados sin ingresos económicos suficientes, o nulos. Como era de esperarse, arrancamos este año con nuevas manifestaciones para exigir la reactivación de negocios que cerraron a raíz de la pandemia. Algunos cumplirán un año sin actividades este próximo marzo, lo que ha representado pérdidas millonarias. Aún así, continúan pagando rentas mensuales, sueldos e impuestos aun cuando no hay ganancias. Bastantes se vieron en la necesidad de reducir la planta laboral, si no es que decidieron eliminarla por completo. El año pasado hubo numerosas manifestaciones a lo largo del país de dueños de gimnasios, exigiendo su reapertura, aludiendo a que realizar ejercicio es una actividad esencial. En algunos estados estas protestas desafortunadamente se tornaron violentas y la fuerza pública intervino para mitigarlas. Hace unos días, dueños de salones de eventos también se manifestaron pidiendo se les escuche, para que se les apoye a trabajar nuevamente. Demandaron que ellos también tienen derecho a reactivarse, no sólo las grandes empresas. La industria turística igualmente ha sido muy afectada. Las aerolíneas están en peligro de quiebra tras la crisis financiera agravada por la pandemia, aun cuando muchas personas sin sentido común han decidido tomar vacaciones y volar, sin importar el riesgo.

El panorama laboral sigue siendo complicado. Se incrementa el mercado informal y desaparece con ello la seguridad social, prestaciones, atención médica y certeza jurídica; también los impuestos que se pagaban, aumentando la carga en empresas que todavía lo hacen. Las personas están siendo creativas para ganar un poco de dinero y alimentar a sus familias. Ya se escuchaba en radio que varios artistas del espectáculo habían decidido recurrir a las viejas recetas familiares para vender pasteles y comida; incluso les va mejor que como actores, comentan. Ya no sorprende levantarnos y encontrar los chats de WhatsApp saturados de publicidad casera ofreciendo comida, tamales, pasteles y demás antojos. El negocio de la venta de cubrebocas (importante prenda de vestir) repuntó, incluso con diseños modernos atractivos.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), las solicitudes en tarjetas de crédito han disminuido y repuntan las cancelaciones. Por su puesto, hay quienes se ven imposibilitados a pagar sus deudas. Hay actividades que dejaron de ser esenciales indefinidamente y ante ello, la pregunta es: ¿Cómo soltar aquello que nos dio sentido de vida tantos años laboralmente, que bruscamente dejó de ser esencial a causa de esta pandemia? Y ¿cómo construir un nuevo sentido ante los cambios que llegaron para quedarse indefinidamente? Nadie nunca imaginó que enfrentaríamos una crisis de esta magnitud. Ante esta situación, es difícil hablar de una recuperación total de las actividades, pero sí de un proceso de adaptación gradual a las nuevas circunstancias que nos rodean. El momento de volver a encontrar sentido con las nuevas prioridades y estilo de vida, pero que el gobierno nos dé una mano, o dos para avanzar, pues solos está canijo.


A pesar de las restricciones en los semáforos multicolores de la pandemia, diciembre 2020 fue un respiro económico para muchas empresas, sin embargo, enero 2021 continúa con el legado Covid-19 del año pasado y con un panorama incierto. Numerosos negocios siguen paralizados sin ingresos económicos suficientes, o nulos. Como era de esperarse, arrancamos este año con nuevas manifestaciones para exigir la reactivación de negocios que cerraron a raíz de la pandemia. Algunos cumplirán un año sin actividades este próximo marzo, lo que ha representado pérdidas millonarias. Aún así, continúan pagando rentas mensuales, sueldos e impuestos aun cuando no hay ganancias. Bastantes se vieron en la necesidad de reducir la planta laboral, si no es que decidieron eliminarla por completo. El año pasado hubo numerosas manifestaciones a lo largo del país de dueños de gimnasios, exigiendo su reapertura, aludiendo a que realizar ejercicio es una actividad esencial. En algunos estados estas protestas desafortunadamente se tornaron violentas y la fuerza pública intervino para mitigarlas. Hace unos días, dueños de salones de eventos también se manifestaron pidiendo se les escuche, para que se les apoye a trabajar nuevamente. Demandaron que ellos también tienen derecho a reactivarse, no sólo las grandes empresas. La industria turística igualmente ha sido muy afectada. Las aerolíneas están en peligro de quiebra tras la crisis financiera agravada por la pandemia, aun cuando muchas personas sin sentido común han decidido tomar vacaciones y volar, sin importar el riesgo.

El panorama laboral sigue siendo complicado. Se incrementa el mercado informal y desaparece con ello la seguridad social, prestaciones, atención médica y certeza jurídica; también los impuestos que se pagaban, aumentando la carga en empresas que todavía lo hacen. Las personas están siendo creativas para ganar un poco de dinero y alimentar a sus familias. Ya se escuchaba en radio que varios artistas del espectáculo habían decidido recurrir a las viejas recetas familiares para vender pasteles y comida; incluso les va mejor que como actores, comentan. Ya no sorprende levantarnos y encontrar los chats de WhatsApp saturados de publicidad casera ofreciendo comida, tamales, pasteles y demás antojos. El negocio de la venta de cubrebocas (importante prenda de vestir) repuntó, incluso con diseños modernos atractivos.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), las solicitudes en tarjetas de crédito han disminuido y repuntan las cancelaciones. Por su puesto, hay quienes se ven imposibilitados a pagar sus deudas. Hay actividades que dejaron de ser esenciales indefinidamente y ante ello, la pregunta es: ¿Cómo soltar aquello que nos dio sentido de vida tantos años laboralmente, que bruscamente dejó de ser esencial a causa de esta pandemia? Y ¿cómo construir un nuevo sentido ante los cambios que llegaron para quedarse indefinidamente? Nadie nunca imaginó que enfrentaríamos una crisis de esta magnitud. Ante esta situación, es difícil hablar de una recuperación total de las actividades, pero sí de un proceso de adaptación gradual a las nuevas circunstancias que nos rodean. El momento de volver a encontrar sentido con las nuevas prioridades y estilo de vida, pero que el gobierno nos dé una mano, o dos para avanzar, pues solos está canijo.