/ domingo 26 de enero de 2020

“Con la salud no se juega”

Es desgarrador ver el sufrimiento de un niño enfermo, más aún si su padecimiento es cáncer, por lo que es entendible la desesperación de los padres que se manifiestan de diferentes maneras para presionar a las autoridades para que abastezcan de medicamentos a hospitales públicos, y que el servicio médico les sea cubierto, independientemente de la denominación que se le dé a los servicios de salud, eso es lo de menos, lo realmente importante es que funcionen bien. Los primeros días de este año se anunció con bombo y platillo el arranque del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) como el nuevo instituto que brinda servicios de salud gratuitos y de calidad a 59 millones de mexicanos que no cuentan con seguridad social y además se anunció , “sin restricción alguna y para todos los padecimientos, aún los de gastos catastróficos, incluyendo medicamentos gratuitos y demás insumos que se requieran para los padecimientos”. No ha pasado ni un mes del anuncio y se dejan sentir las inconformidades de los usuarios, las constantes quejas por el alto costo de las consultas en el Insabi; lo más grave es la falta de medicamentos de urgencia para los enfermos de cáncer, que no se pueden demorar. La salud es un tema muy sensible y con la salud no se juega, y mucho menos se debe improvisar con ocurrencias para atenderla. Son constantes las quejas de los usuarios del Insabi, desesperados por la escasez de medicamentos que significan la vida para ellos y sus familias, en contraste con las declaraciones del presidente López Obrador y de las autoridades de Salud que niegan que haya escasez de medicamentos, refiriendo que ellos tienen otros datos, y mientras esto ocurre, fallecen personas.

El Insabi carece de reglas de operación que son indispensables para el manejo eficiente y eficaz de los programas públicos, tampoco tiene un presupuesto etiquetado, de ahí el problema para su funcionamiento. Su mote es pegajoso, pero de bienestar nada más tiene el nombre. Quedamos en espera de que se corrijan las deficiencias y que el funcionamiento del Insabi brinde servicios médicos gratuitos y de calidad, toda vez que las autoridades tienen la obligación legal y moral de hacerlo.

Por la salud de los hijos, los padres somos capaces de todo, el amor da la fuerza para hacer el más grande de los sacrificios, incluso dar la vida misma.

Es desgarrador ver el sufrimiento de un niño enfermo, más aún si su padecimiento es cáncer, por lo que es entendible la desesperación de los padres que se manifiestan de diferentes maneras para presionar a las autoridades para que abastezcan de medicamentos a hospitales públicos, y que el servicio médico les sea cubierto, independientemente de la denominación que se le dé a los servicios de salud, eso es lo de menos, lo realmente importante es que funcionen bien. Los primeros días de este año se anunció con bombo y platillo el arranque del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) como el nuevo instituto que brinda servicios de salud gratuitos y de calidad a 59 millones de mexicanos que no cuentan con seguridad social y además se anunció , “sin restricción alguna y para todos los padecimientos, aún los de gastos catastróficos, incluyendo medicamentos gratuitos y demás insumos que se requieran para los padecimientos”. No ha pasado ni un mes del anuncio y se dejan sentir las inconformidades de los usuarios, las constantes quejas por el alto costo de las consultas en el Insabi; lo más grave es la falta de medicamentos de urgencia para los enfermos de cáncer, que no se pueden demorar. La salud es un tema muy sensible y con la salud no se juega, y mucho menos se debe improvisar con ocurrencias para atenderla. Son constantes las quejas de los usuarios del Insabi, desesperados por la escasez de medicamentos que significan la vida para ellos y sus familias, en contraste con las declaraciones del presidente López Obrador y de las autoridades de Salud que niegan que haya escasez de medicamentos, refiriendo que ellos tienen otros datos, y mientras esto ocurre, fallecen personas.

El Insabi carece de reglas de operación que son indispensables para el manejo eficiente y eficaz de los programas públicos, tampoco tiene un presupuesto etiquetado, de ahí el problema para su funcionamiento. Su mote es pegajoso, pero de bienestar nada más tiene el nombre. Quedamos en espera de que se corrijan las deficiencias y que el funcionamiento del Insabi brinde servicios médicos gratuitos y de calidad, toda vez que las autoridades tienen la obligación legal y moral de hacerlo.

Por la salud de los hijos, los padres somos capaces de todo, el amor da la fuerza para hacer el más grande de los sacrificios, incluso dar la vida misma.