/ viernes 27 de agosto de 2021

¿Coordinadora de facto?

Por: Hiram Hernández Zetina

Rumbo a la segunda mitad del sexenio, el gobierno federal parece resquebrajarse, sorprendentemente, desde el sitio jamás imaginado: su interior mismo.

De ello da cuenta la renuncia de Olga Sánchez Cordero a la Secretaría de Gobernación, que exhibe lo que cada vez resulta más evidente: la acumulación de múltiples frentes abiertos y de muy distinta índole entre los propios miembros del gabinete y ecosistema presidencial. En esta ocasión, el cisma tendría como epicentro al Senado de la República.


La información conocida y difundida por los medios de comunicación, es que la ahora exsecretaria renunció con el único objetivo de buscar la presidencia de la mesa directiva del Senado en el nuevo periodo de sesiones que iniciará el próximo 1 de septiembre con la LXV legislatura. Sin embargo, apenas el pasado miércoles el popular columnista de El Universal, Salvador García Soto escribía sobre el distanciamiento cada vez más pronunciado entre el presidente López Obrador y el Coordinador de los Senadores de MORENA, Ricardo Monreal, después de una muy larga relación de más de 25 años.

Ha trascendido que tal distanciamiento se debería a que la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha acusado en reiteradas ocasiones a Ricardo Monreal de haber operado en contra y ser el principal artífice de la derrota de MORENA en la capital del país durante las pasadas elecciones del 6 de junio, particularmente en la delegación Cuauhtémoc, de la que el propio Monreal fue jefe delegacional. Como señala García Soto, el presidente habría creído estas versiones y designado a Olga Sánchez Cordero para ser ahora su nuevo puente e intermediaria con la bancada morenista en el Senado para comunicar las indicaciones presidenciales.

A raíz de la elección, las señales de posible distanciamiento entre el inquilino de Palacio Nacional y Monreal han ido en aumento: el 5 de julio los medios nacionales reportaban que AMLO había anunciado su lista de posibles presidenciables mencionando a miembros de su gabinete como Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, Esteban Moctezuma, entre otros, pero dejando fuera al zacatecano. La reacción no se hizo esperar, y el coordinador morenista se aventuró al destape justo un día después, declarando abiertamente sus intenciones de buscar la candidatura presidencial de su partido para el 2024. La tensión de la relación AMLO-Monreal ha sido pública de manera reiterada en el pasado y se sostiene con alfileres, desde que en el 2018 fue Claudia y no Ricardo, la abanderada de MORENA para competir por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

La renuncia de Olga parece confirmar que el distanciamiento ha devenido en rompimiento. Aunque se pretenda disfrazar que Olga regresa al Senado únicamente para presidir la mesa, todo parece indicar que su encomienda real será la de fungir como coordinadora de facto de los senadores de MORENA, si es que desde Palacio no toman la determinación, mucho más aventurada, de intentar derrocar formalmente al actual coordinador. Me parece que desde Palacio optarán por la primera vía, ya que dudo mucho que estén dispuestos a hacer público el rompimiento con el actual líder de los senadores morenistas.

No es la primera ocasión que se ventilan las diferencias en el gabinete. Apenas hace un par de meses, el canciller Marcelo Ebrard y la propia Sheinbaum protagonizaban una serie de filtraciones a la prensa internacional culpándose unos a otros y buscando deslindarse del costo político del trágico incidente de la caída de la línea 12 del metro de la Ciudad de México.

Resulta preocupante que lleve las riendas del país un gabinete presidencial tan profundamente dividido que parece estar concentrado únicamente en la adelantadísima sucesión del 2024.


Correo: hhiram.hernandez@gmail.com


Twitter: @YOSOYHIRAM4


Facebook: Hiram Hernández Zetina


Instagram: @YoSoyHiram

Por: Hiram Hernández Zetina

Rumbo a la segunda mitad del sexenio, el gobierno federal parece resquebrajarse, sorprendentemente, desde el sitio jamás imaginado: su interior mismo.

De ello da cuenta la renuncia de Olga Sánchez Cordero a la Secretaría de Gobernación, que exhibe lo que cada vez resulta más evidente: la acumulación de múltiples frentes abiertos y de muy distinta índole entre los propios miembros del gabinete y ecosistema presidencial. En esta ocasión, el cisma tendría como epicentro al Senado de la República.


La información conocida y difundida por los medios de comunicación, es que la ahora exsecretaria renunció con el único objetivo de buscar la presidencia de la mesa directiva del Senado en el nuevo periodo de sesiones que iniciará el próximo 1 de septiembre con la LXV legislatura. Sin embargo, apenas el pasado miércoles el popular columnista de El Universal, Salvador García Soto escribía sobre el distanciamiento cada vez más pronunciado entre el presidente López Obrador y el Coordinador de los Senadores de MORENA, Ricardo Monreal, después de una muy larga relación de más de 25 años.

Ha trascendido que tal distanciamiento se debería a que la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha acusado en reiteradas ocasiones a Ricardo Monreal de haber operado en contra y ser el principal artífice de la derrota de MORENA en la capital del país durante las pasadas elecciones del 6 de junio, particularmente en la delegación Cuauhtémoc, de la que el propio Monreal fue jefe delegacional. Como señala García Soto, el presidente habría creído estas versiones y designado a Olga Sánchez Cordero para ser ahora su nuevo puente e intermediaria con la bancada morenista en el Senado para comunicar las indicaciones presidenciales.

A raíz de la elección, las señales de posible distanciamiento entre el inquilino de Palacio Nacional y Monreal han ido en aumento: el 5 de julio los medios nacionales reportaban que AMLO había anunciado su lista de posibles presidenciables mencionando a miembros de su gabinete como Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, Esteban Moctezuma, entre otros, pero dejando fuera al zacatecano. La reacción no se hizo esperar, y el coordinador morenista se aventuró al destape justo un día después, declarando abiertamente sus intenciones de buscar la candidatura presidencial de su partido para el 2024. La tensión de la relación AMLO-Monreal ha sido pública de manera reiterada en el pasado y se sostiene con alfileres, desde que en el 2018 fue Claudia y no Ricardo, la abanderada de MORENA para competir por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

La renuncia de Olga parece confirmar que el distanciamiento ha devenido en rompimiento. Aunque se pretenda disfrazar que Olga regresa al Senado únicamente para presidir la mesa, todo parece indicar que su encomienda real será la de fungir como coordinadora de facto de los senadores de MORENA, si es que desde Palacio no toman la determinación, mucho más aventurada, de intentar derrocar formalmente al actual coordinador. Me parece que desde Palacio optarán por la primera vía, ya que dudo mucho que estén dispuestos a hacer público el rompimiento con el actual líder de los senadores morenistas.

No es la primera ocasión que se ventilan las diferencias en el gabinete. Apenas hace un par de meses, el canciller Marcelo Ebrard y la propia Sheinbaum protagonizaban una serie de filtraciones a la prensa internacional culpándose unos a otros y buscando deslindarse del costo político del trágico incidente de la caída de la línea 12 del metro de la Ciudad de México.

Resulta preocupante que lleve las riendas del país un gabinete presidencial tan profundamente dividido que parece estar concentrado únicamente en la adelantadísima sucesión del 2024.


Correo: hhiram.hernandez@gmail.com


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