/ viernes 2 de marzo de 2018

Corrupción e inseguridad, deudas de Peña Nieto

Esta campaña será decidida por la percepción y las propuestas de estas dos variables. Primero la corrupción, que nos tiene postrados como nación y que como nunca, ha dejado la marca característica e indeleble de esta administración federal, se ha convertido en la carga más pesada, el sello de la casa.

Pareciera ser que el Nuevo PRI, el de Peña Nieto y sus secuaces, nunca anticipó la dimensión del problema, los eventos fueron sucediendo uno tras otro, tras otro, tras otro. La lista se agolpa en la memoria colectiva ciudadana, dejando muy claro que los presupuestos de comunicación y los controles de los medios tradicionales ya no son suficientes para esconder estas oprobiosas ofensas, que los agravios públicos, cada vez más evidentes y complicados para disfrazar, y que, a pesar de la complicidad de algunos funcionarios e instituciones, éstos ya no fueron suficientes para ocultar los atracos, la estafa maestra.

La PGR y la SHCP por medio del SAT, que, actuando por consigna y bajo la más terrible corrupción, magnifican y distorsionan hechos ya esclarecidos, usando esa información dolosa para atacar a Ricardo Anaya, conocedores del notorio e irrefutable avance que el joven candidato ha tenido, en tan sólo dos meses de precampaña. Conocedores también del terrible desempeño que ha tenido su propuesta presidencial, quieren avanzar en la contienda electoral, a base de desbarrancar, a como dé lugar, la propuesta de la coalición Por México al Frente, menudo encanto de chavales, perversidad de la autoridad sin igual.

La inseguridad, bueno, eso es ooootra historia, el año 2017 se convirtió en el más violento del que se tenga memoria documentada en los registros de México, según el Secretariado Ejecutivo Nacional del Sistema Nacional de Seguridad, el número de asesinatos asciende a 25,339, lo cual representa un incremento de más del 13% comparado contra el 2011, que había sido, con mucho, el más violento y el que más muertes había registrado nuestro país.

En los últimos años del presidente Peña Nieto, las muertes violentas y asesinatos han venido creciendo en más de un 30% anual, de las 32 entidades federativas, 25 han tenido un incremento en el número de homicidios, en casi todos los estados este crecimiento fue de dos dígitos, la debacle es impresionante, no corresponde en nada, al esfuerzo que se ha hecho en el presupuesto, para reforzar a las fuerzas armadas.

Presidente Peña Nieto, deje de esconder su ineficiencia en el combate a la inseguridad y la corrupción, que empañan su caduco sexenio, para este año 2018, urge un cambio de estrategia para reducir el número de muertes violentas, ese ya sería un gran logro; por otro lado, deje de pelear contra molinos de viento, tiene varios pendientes mucho más importantes y apremiantes que resolver, que estar persiguiendo a alguien que sus únicos delitos son su carismática personalidad, el haber conjuntado la coalición Por México al Frente y haberlos desplazado de la contienda presidencial, ¡póngase a trabajar!, usted está a tiempo, podría intentar corregir, su precaria actuación, piense en México.

 

 

Esta campaña será decidida por la percepción y las propuestas de estas dos variables. Primero la corrupción, que nos tiene postrados como nación y que como nunca, ha dejado la marca característica e indeleble de esta administración federal, se ha convertido en la carga más pesada, el sello de la casa.

Pareciera ser que el Nuevo PRI, el de Peña Nieto y sus secuaces, nunca anticipó la dimensión del problema, los eventos fueron sucediendo uno tras otro, tras otro, tras otro. La lista se agolpa en la memoria colectiva ciudadana, dejando muy claro que los presupuestos de comunicación y los controles de los medios tradicionales ya no son suficientes para esconder estas oprobiosas ofensas, que los agravios públicos, cada vez más evidentes y complicados para disfrazar, y que, a pesar de la complicidad de algunos funcionarios e instituciones, éstos ya no fueron suficientes para ocultar los atracos, la estafa maestra.

La PGR y la SHCP por medio del SAT, que, actuando por consigna y bajo la más terrible corrupción, magnifican y distorsionan hechos ya esclarecidos, usando esa información dolosa para atacar a Ricardo Anaya, conocedores del notorio e irrefutable avance que el joven candidato ha tenido, en tan sólo dos meses de precampaña. Conocedores también del terrible desempeño que ha tenido su propuesta presidencial, quieren avanzar en la contienda electoral, a base de desbarrancar, a como dé lugar, la propuesta de la coalición Por México al Frente, menudo encanto de chavales, perversidad de la autoridad sin igual.

La inseguridad, bueno, eso es ooootra historia, el año 2017 se convirtió en el más violento del que se tenga memoria documentada en los registros de México, según el Secretariado Ejecutivo Nacional del Sistema Nacional de Seguridad, el número de asesinatos asciende a 25,339, lo cual representa un incremento de más del 13% comparado contra el 2011, que había sido, con mucho, el más violento y el que más muertes había registrado nuestro país.

En los últimos años del presidente Peña Nieto, las muertes violentas y asesinatos han venido creciendo en más de un 30% anual, de las 32 entidades federativas, 25 han tenido un incremento en el número de homicidios, en casi todos los estados este crecimiento fue de dos dígitos, la debacle es impresionante, no corresponde en nada, al esfuerzo que se ha hecho en el presupuesto, para reforzar a las fuerzas armadas.

Presidente Peña Nieto, deje de esconder su ineficiencia en el combate a la inseguridad y la corrupción, que empañan su caduco sexenio, para este año 2018, urge un cambio de estrategia para reducir el número de muertes violentas, ese ya sería un gran logro; por otro lado, deje de pelear contra molinos de viento, tiene varios pendientes mucho más importantes y apremiantes que resolver, que estar persiguiendo a alguien que sus únicos delitos son su carismática personalidad, el haber conjuntado la coalición Por México al Frente y haberlos desplazado de la contienda presidencial, ¡póngase a trabajar!, usted está a tiempo, podría intentar corregir, su precaria actuación, piense en México.