/ domingo 17 de julio de 2022

Crisis de seguridad no da tregua a chihuahuenses

Por: Brenda Ríos

¿Será que la autoridad no tiene ni idea de qué hacer ante la inseguridad que impera a lo largo del estado?, esta interrogante la dejo a modo de reflexión, para quien sea que esté leyendo este editorial.

Es un tanto incoherente y cínico lo que las autoridades actualmente están declarando, dicen “haber buena coordinación”; sin embargo, en la capital y en el estado los homicidios no cesan, esa “buena coordinación” entre la Fiscalía General del Estado a cargo del fiscal Roberto Fierro y la Dirección de Seguridad Pública Municipal, liderada por Julio César Salas González, no es clara, lo que sí es claro y notable es la escalada de masacres y asesinatos de inocentes a manos de criminales.

Ha sido y es una administración manchada de mucha sangre recorrida por la mayoría de todos nuestros municipios, tan sólo son doce grupos del crimen organizado quienes lideran y operan en el estado; se han cometido entre enero y marzo más de 12 mil homicidios dolosos, posicionando a nuestro estado en el top de los más violentos del país.

Y no, las autoridades no han negado esta crisis, pero claramente las mesas de seguridad se merman y se convierten en un desfile de promesas y pactos al aire, porque ¿cuántas masacres más tenemos que vivir y llorar, para que se atiendan los temas de inseguridad que vivimos actualmente?

Hay fracaso en las estrategias de seguridad en el estado, sí que lo hay… un fracaso reflejado en las fuerzas municipales, estatales y federales que no han podido frenar esta ola de violencia que continuamente sigue manchando de sangre a nuestras familias chihuahuenses.

En materia de seguridad a las autoridades actuales, les falta camino, la percepción que se tiene en inseguridad es muy alta y la incidencia delictiva y la impunidad imperan en un estado que le continúa llorando a sus sacerdotes, víctimas y ahora a personal médico que es violentado en el cumplimiento de su labor; hoy en este editorial, le lloramos y exigimos justicia a Masiel Mexia, doctora del IMSS, asesinada a disparos en San Juanito.

Masiel Mexia se suma a la lista junto con los dos sacerdotes jesuitas, ambientalistas, desplazados y comunidades enteras de la Sierra Tarahumara que han vivido o experimentado el terror de vivir en tierras dominadas por el narcotráfico.

Ella, como tantos profesionistas de la salud, no han podido ejercer su vocación por las tinieblas en las que se encuentran laborando. Un infierno, en el que sus habitantes toman justicia por mano propia y ejercen acciones para defender a los suyos.

Lo viví de niña, crecí en mi amada Sierra Tarahumara; desde entonces existe un abandono a nuestros pueblos originarios, los cuales actualmente se sienten en la orfandad por parte de nuestras autoridades.

Se reconoce que las estrategias pactadas en materia de seguridad dentro de las corporaciones de gobierno no están dando resultados y se reconoce, además, en el miedo que los chihuahuenses tienen, pues si bien lo dijo el presidente municipal “sólo deben temer quienes están en malos pasos”, ¿cuantás y cuántos de nuestros muertos no son víctimas indirectas del crimen que hay actualmente?

Seguiremos cuestionando las estrategias de seguridad, desde las acciones que se hagan por parte de la Federación; dicen haber avances, coordinación, celebración de un Estado de derecho; pero, la descomposición social y el fracaso imperan a cargo de una administración estatal que ya tiene en duda a quienes están a cargo de sus corporaciones policiales y fiscales.


Por: Brenda Ríos

¿Será que la autoridad no tiene ni idea de qué hacer ante la inseguridad que impera a lo largo del estado?, esta interrogante la dejo a modo de reflexión, para quien sea que esté leyendo este editorial.

Es un tanto incoherente y cínico lo que las autoridades actualmente están declarando, dicen “haber buena coordinación”; sin embargo, en la capital y en el estado los homicidios no cesan, esa “buena coordinación” entre la Fiscalía General del Estado a cargo del fiscal Roberto Fierro y la Dirección de Seguridad Pública Municipal, liderada por Julio César Salas González, no es clara, lo que sí es claro y notable es la escalada de masacres y asesinatos de inocentes a manos de criminales.

Ha sido y es una administración manchada de mucha sangre recorrida por la mayoría de todos nuestros municipios, tan sólo son doce grupos del crimen organizado quienes lideran y operan en el estado; se han cometido entre enero y marzo más de 12 mil homicidios dolosos, posicionando a nuestro estado en el top de los más violentos del país.

Y no, las autoridades no han negado esta crisis, pero claramente las mesas de seguridad se merman y se convierten en un desfile de promesas y pactos al aire, porque ¿cuántas masacres más tenemos que vivir y llorar, para que se atiendan los temas de inseguridad que vivimos actualmente?

Hay fracaso en las estrategias de seguridad en el estado, sí que lo hay… un fracaso reflejado en las fuerzas municipales, estatales y federales que no han podido frenar esta ola de violencia que continuamente sigue manchando de sangre a nuestras familias chihuahuenses.

En materia de seguridad a las autoridades actuales, les falta camino, la percepción que se tiene en inseguridad es muy alta y la incidencia delictiva y la impunidad imperan en un estado que le continúa llorando a sus sacerdotes, víctimas y ahora a personal médico que es violentado en el cumplimiento de su labor; hoy en este editorial, le lloramos y exigimos justicia a Masiel Mexia, doctora del IMSS, asesinada a disparos en San Juanito.

Masiel Mexia se suma a la lista junto con los dos sacerdotes jesuitas, ambientalistas, desplazados y comunidades enteras de la Sierra Tarahumara que han vivido o experimentado el terror de vivir en tierras dominadas por el narcotráfico.

Ella, como tantos profesionistas de la salud, no han podido ejercer su vocación por las tinieblas en las que se encuentran laborando. Un infierno, en el que sus habitantes toman justicia por mano propia y ejercen acciones para defender a los suyos.

Lo viví de niña, crecí en mi amada Sierra Tarahumara; desde entonces existe un abandono a nuestros pueblos originarios, los cuales actualmente se sienten en la orfandad por parte de nuestras autoridades.

Se reconoce que las estrategias pactadas en materia de seguridad dentro de las corporaciones de gobierno no están dando resultados y se reconoce, además, en el miedo que los chihuahuenses tienen, pues si bien lo dijo el presidente municipal “sólo deben temer quienes están en malos pasos”, ¿cuantás y cuántos de nuestros muertos no son víctimas indirectas del crimen que hay actualmente?

Seguiremos cuestionando las estrategias de seguridad, desde las acciones que se hagan por parte de la Federación; dicen haber avances, coordinación, celebración de un Estado de derecho; pero, la descomposición social y el fracaso imperan a cargo de una administración estatal que ya tiene en duda a quienes están a cargo de sus corporaciones policiales y fiscales.