/ domingo 26 de septiembre de 2021

Crisis magisterial; urge democratizar la SNTE

Por Francisco Javier Pizarro Chávez.

Estimados maestros y maestras. Agradezco de antemano el que se me haya invitado a dar mi opinión en torno a la crisis en que está inmersa la Sección 42 del SNTE, que ustedes han abordado rubro por rubro en esta segunda reunión regional, realizada el 18 de septiembre en Cd. Juárez.

Desde mi perspectiva periodista, se requiere abordar ¿Qué fue lo que pasó?, ¿dónde?, ¿cuándo y por qué? En atención a ello, describiré en lo general cuáles son los orígenes de los efectos referenciados, quién o quiénes los promovieron, en qué circunstancias y con qué fin, para ubicar la causa de lo causado y, consecuentemente, explorar qué rutas hay que transitar, para resolver o al menos mitigar la crisis magisterial y democratizar la SNTE.

La carga impositiva del magisterio es irracional: Les cobran el 12% para el fondo de pensiones; el 3% por concepto de servicio médico; 1% de la cuota sindical; entre el 2% y 6% del SIMAP; el 28% del ISR y por si fuera poco, descuentos por seguros de vida y retiro; por préstamos personales o hipotecario, lo cual es una omisión flagrante de la fracción I del Artículo 105 del Código Administrativo del estado de Chihuahua, para que el patrón realice la aportación del 5% para un fondo de vivienda de los trabajadores.

En 2018 la Sección VIII tenía 38 mil 500 miembros; la Sección 42, contaba con 20 mil maestros. Entre 2005 y julio de 2018, la nómina magisterial –que es manejada a través del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y el Gasto operativo (Fone) tuvo un gasto total de un billón 268 mil millones de pesos.

El monto de la nómina que se paga a los trabajadores de la educación se ha convertido en un botín económico que, hay que decirlo, ha sido explotado por los líderes sindicales y empresas privadas mediante diversos mecanismos financieros como: el pago de seguros mediante descuentos quincenales; el cobro de cuotas sindicales; el otorgamiento de préstamos personales por parte de financieras privadas; la venta y el cobro de distintos productos y servicios que son descontados vía nómina y, la conformación de fideicomisos como el FIGLOSENTE, que hace uso de la nómina magisterial y de la estructura del sindicato de manera discrecional para hacer negocios.

En esa nefasta fase, en los Estatutos del SNTE, se incluyó la Secretaría de Promociones Económicas, para que la nómina magisterial se convirtiera en un negocio, más allá de la Defensa de los Derechos Sindicales. La secretaría mencionada tiene la facultad de “solicitar a las empresas privadas que oferten productos y servicios a miembros del sindicato”. También tiene la atribución de “celebrar” con autorización de la Secretaría General del SNTE (textual) “convenios y contratos con organismo públicos y privados que ofrecen bienes y servicios a los miembros del sindicato” (artículo 94 de los estatutos vigente del SNTE).

En concreto: Los maestros han dejado de ser “sujetos de derecho sindical” y los han convertido en “clientes potenciales”. Con el surgimiento de la Secretaría de Prestaciones Económicas y la abultada nómina magisterial, los líderes sindicales han llegado a la conclusión de que, lo mejor para ellos es acatar y operar esa absurda lógica empresarial. Urge democratizar el sindicato magisterial.


Por Francisco Javier Pizarro Chávez.

Estimados maestros y maestras. Agradezco de antemano el que se me haya invitado a dar mi opinión en torno a la crisis en que está inmersa la Sección 42 del SNTE, que ustedes han abordado rubro por rubro en esta segunda reunión regional, realizada el 18 de septiembre en Cd. Juárez.

Desde mi perspectiva periodista, se requiere abordar ¿Qué fue lo que pasó?, ¿dónde?, ¿cuándo y por qué? En atención a ello, describiré en lo general cuáles son los orígenes de los efectos referenciados, quién o quiénes los promovieron, en qué circunstancias y con qué fin, para ubicar la causa de lo causado y, consecuentemente, explorar qué rutas hay que transitar, para resolver o al menos mitigar la crisis magisterial y democratizar la SNTE.

La carga impositiva del magisterio es irracional: Les cobran el 12% para el fondo de pensiones; el 3% por concepto de servicio médico; 1% de la cuota sindical; entre el 2% y 6% del SIMAP; el 28% del ISR y por si fuera poco, descuentos por seguros de vida y retiro; por préstamos personales o hipotecario, lo cual es una omisión flagrante de la fracción I del Artículo 105 del Código Administrativo del estado de Chihuahua, para que el patrón realice la aportación del 5% para un fondo de vivienda de los trabajadores.

En 2018 la Sección VIII tenía 38 mil 500 miembros; la Sección 42, contaba con 20 mil maestros. Entre 2005 y julio de 2018, la nómina magisterial –que es manejada a través del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y el Gasto operativo (Fone) tuvo un gasto total de un billón 268 mil millones de pesos.

El monto de la nómina que se paga a los trabajadores de la educación se ha convertido en un botín económico que, hay que decirlo, ha sido explotado por los líderes sindicales y empresas privadas mediante diversos mecanismos financieros como: el pago de seguros mediante descuentos quincenales; el cobro de cuotas sindicales; el otorgamiento de préstamos personales por parte de financieras privadas; la venta y el cobro de distintos productos y servicios que son descontados vía nómina y, la conformación de fideicomisos como el FIGLOSENTE, que hace uso de la nómina magisterial y de la estructura del sindicato de manera discrecional para hacer negocios.

En esa nefasta fase, en los Estatutos del SNTE, se incluyó la Secretaría de Promociones Económicas, para que la nómina magisterial se convirtiera en un negocio, más allá de la Defensa de los Derechos Sindicales. La secretaría mencionada tiene la facultad de “solicitar a las empresas privadas que oferten productos y servicios a miembros del sindicato”. También tiene la atribución de “celebrar” con autorización de la Secretaría General del SNTE (textual) “convenios y contratos con organismo públicos y privados que ofrecen bienes y servicios a los miembros del sindicato” (artículo 94 de los estatutos vigente del SNTE).

En concreto: Los maestros han dejado de ser “sujetos de derecho sindical” y los han convertido en “clientes potenciales”. Con el surgimiento de la Secretaría de Prestaciones Económicas y la abultada nómina magisterial, los líderes sindicales han llegado a la conclusión de que, lo mejor para ellos es acatar y operar esa absurda lógica empresarial. Urge democratizar el sindicato magisterial.